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Posted in Bibliotecas, Educación, Gestión del Conocimiento By Cleyra Uzcategui On Agosto 10, 2017

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Cómo será la biblioteca del futuro es una incógnita. Pero debemos innovar y estar atentos a lo que las comunidades esperan de ellas. Una biblioteca innovadora no solo resguarda colecciones bibliográficas sino es un espacio para la creatividad, el trabajo colaborativo o coworking y la autoformación.

¿Acaso las bibliotecas no son ya un lugar de encuentro y de intercambio de conocimientos? ¿Acaso no cumplen una función social? ¿No son centros dinamizadores culturales? La respuesta a todo ello es un gran SÍ. Pero siempre se puede hacer más con un poco de imaginación.

También es cierto, que en muchas ocasiones la falta del apoyo institucional o de ayuda económica externa imposibilita la creación de espacios innovadores o nuevos servicios; y más aún en la era donde Internet y las redes sociales aparentemente lo copan todo.

Si buscamos innovar, como bibliotecólogos debemos “torcerle el cuello al lugar común” y ser capaces de ofrecer algo que lo digital no pueda, por medio de alianzas con instituciones o con la comunidad. Debemos dar un valor agregado a nuestros usuarios, a través de la coexistencia de la biblioteca física con los beneficios y las posibilidades de lo virtual.

A partir de este preámbulo, planteamos la creación de espacios coworking en las bibliotecas, una idea que no es nueva, pero que no parece aplicarse usualmente en las bibliotecas de América Latina.


¿Qué es un espacio coworking?

El coworking más que un ‘boom’ es un movimiento global basado en un concepto muy sencillo: la filosofía cooperativa. Según el portal www.coworkingspain.es:

Un espacio coworking es dónde personas que desarrollan diferentes actividades empresariales y que no necesitan una oficina física, es decir pueden trabajar desde casa, se reúnen para trabajar de forma individual en un ambiente de trabajo productivo. (Bueno, 2016, párr. 2)

En otras palabras, es un conjunto de profesionales comparten un espacio, físico o virtual, además de compartir gastos y experiencias, con el objetivo de desarrollar sus proyecto de forma independiente, a la par de fomentar proyectos conjuntos.


El perfil de los coworkers 

La 2ª Encuesta Mundial sobre Coworking (Deskmag, 2011) concluye que la mayoría de los coworkers son urbanitas (viven en ciudades de más de un millón de habitantes); tienen en promedio 34 años; son trabajadores bien formados (Tres de cada cuatro coworkers tiene, como mínimo, un título universitario); ganan muy bien, ya que la mayoría declara tener ingresos por encima del salario medio de sus países; y prefieren trabajar cerca de casa (A una distancia de entre 10 min y 20 min). 

Sin embargo, estos espacios coworking resultan de gran utilidad para un tipo específico de profesionales.  Es ideal para aquellos quienes trabajan de manera individual o independiente, tales como freelancer, emprendedores, las startups o pequeñas empresas. 

En cuanto al tipo de profesiones, la filosofía de trabajo cooperativo es pertinente para los que desempeñen su trabajo por medio de un ordenador o dispositivo móvil. Para profesionales vinculados al área de tecnología, marketing o comunicación.


Espacios coworking en las bibliotecas

No es nuevo el hecho de que muchos van a la biblioteca a trabajar, debido a la naturaleza del espacio. Subsanar esta necesidad de los usuarios y juntarlo con conceptos como economía social, open access, cultura libre, crowdsourcing, software libre, makerspace y coworkingda como resultado una nueva gama de servicios en bibliotecas innovadoras.

El filólogo español Alfonso Massó Cobo, compartió en su blog www.bibliotecasabiertas.com una lista de bibliotecas innovadoras, relacionadas al concepto de coworking:

Una biblioteca que proporciona una impresora 3D para imprimir una prótesis de mano que una niña de Texas necesitaba (County Freeman Branch Library de Clear Lake City, Houston); otra que presta corbatas para entrevistas de trabajo (Biblioteca Pública de Filadelfia); la Biblioteca Pública de Edmonton, que acoge a los sin techo y la Biblioteca Pública de Toronto que inauguró hace unos meses la primera biblioteca de instrumentos musicales. Estos son tan sólo unos ejemplos de las innovaciones tecnológicas y de los servicios innovadores que nos ofrecen las bibliotecas hoy en día. (Massó, 2016, párr. 1)




Espacios coworking, un servicio innovador para las bibliotecas.

 
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Universidad EAFIT 
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