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09/05/2024

Con estas dos nuevas invenciones, ya son 70 patentes con las que contamos en EAFIT​

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Las patentes de invención son otorgadas por la Superintendencia de Industria y Comercio cuando cumplen con tres criterios: ser nuevas, tener nivel inventivo y ser susceptibles de aplicación industrial.

El Simulador de reducción y fijación de fracturas con simulador de generador de rayos x es la patente número 69 de la Universidad, y fue otorgada en el marco de la alianza Simdesing, de la que también hacen parte la Universidad CES, el Hospital Pablo Tobón Uribe y la Universidad de Stanford.

• La patente número 70 —de las 61 nacionales y 9 internacionales con las que cuenta EAFIT en la actualidad— es la invención de Membranas hidrofóbicas de poliimida y su método de obtención. Se trata de una innovación en nano fibras con alta repelencia al agua y aplicabilidad en la industria textil, de empaques y otros sectores.

Invenciones que ofrecen soluciones en diferentes campos hacen de EAFIT un referente de nuevo conocimiento aplicable en la industria. Así se ratificó recientemente, cuando la Superintendencia de Industria y Comercio otorgó a la Universidad dos nuevas patentes, las número 69 y 70, correspondientes al Simulador de reducción y fijación de fracturas con simulador de generador de rayos x y a las Membranas hidrofóbicas de poliimida y su método de obtención. Con estas innovaciones, la Institución suma un total de 61 patentes nacionales y 9 internacionales.

De acuerdo con Melissa Londoño Ávila, jefa de Transferencia de Tecnología y Conocimiento de EAFIT, estos logros demandan un esfuerzo divulgativo para encontrar socios en la industria que ayuden a escalar las propuestas. “Ambas iniciativas están en fase de laboratorio, por lo tanto, necesitan aliados que se animen a impulsarlas, con recursos y capacidades que faciliten su llegada al mercado”, afirma.

Así mismo, destaca el trabajo interinstitucional y multidisciplinario que se llevó a cabo con el Simulador de reducción y fijación de fracturas, bajo la alianza de Simdesing, en la que se lograron articular las fortalezas en ingeniería de EAFIT, la experiencia en medicina de la Universidad CES, las necesidades prácticas del Hospital Pablo Tobón Uribe y la experticia de la Universidad de Stanford, lo que fue decisivo alcanzar este reconocimiento.

Simulador de ortopedia: entrenamiento seguro y preciso 

A propósito de este desarrollo, se trata de un simulador diseñado para entrenar el procedimiento quirúrgico en ortopedia conocido como “reducción de fémur”, el cual se lleva a cabo cuando hay una fractura en el hueso que hace que las partes se desalineen. En tales casos, el fémur no puede reconstruirse y sellarse por sí solo, y aquí es donde el Simulador de reducción y fijación de fracturas juega un papel fundamental. Esta invención permite que un residente de ortopedia se entrene en el procedimiento de realinear los huesos de manera precisa.

Según explica Christian Andrés Díaz León, profesor de la Escuela de Artes y Humanidades de EAFIT y uno de los inventores de esta tecnología, el simulador cuenta con dos partes fundamentales, una análoga y otra digital. “El software simula la generación de rayos X como si fuera un paciente real, y la parte del hardware permite a los residentes sentir los huesos, los músculos y cuando las dos partes se tocan. Esto es muy importante porque se crea un escenario que es muy cercano al real, donde les podemos medir el desempeño a los residentes y ellos puedan entrenar este procedimiento de reducción de fractura, que es difícil”, dice.

Además de ser un dispositivo de bajo costo en comparación con otros métodos modernos existentes, el simulador de ortopedia es un aliado para el entrenamiento de los especialistas, quienes con las habilidades suficientes podrán evitar riesgos que perjudiquen a los pacientes, como daños en los tejidos blandos. Sobre esto, Juan Felipe Isaza Saldarriaga, también inventor y profesor de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería, destaca que “en primera instancia, los simuladores médicos tienen el objetivo de disminuir el error humano, por lo tanto, una persona entrenada comete menos errores y lo hará de forma eficiente y segura para el paciente”.

En el equipo de inventores se encuentran: Juan David González Martínez, Juan Sebastián Amaya Quiróz, Juan Felipe Isaza Saldarriaga, Helmut Trefftz Gómez, Christian Andrés Díaz León, Tatiana Sierra Montoya, Juan Manuel Vélez Ortega, Iván Darío Montoya Serna, Carlos Oliver Valderrama Molina, Patricia Youngblood y Sakti Srivastava.

Es de resaltar que la Universidad de Stanford realizó un proceso de transferencia de conocimiento, con la finalidad de dar a conocer a los profesores del país la metodología usada en esta institución para la creación de innovaciones en el sector salud, mientras que las observaciones en los quirófanos se llevaron a cabo en el Hospital Pablo Tobón Uribe, donde se presentan gran cantidad de procedimientos relacionados con el tipo de traumas en los que entrena el simulador. Por su parte, la Universidad CES y EAFIT trabajaron en el desarrollo, que ahora cuenta con su propia patente.

Membranas hidrofóbicas que resuelven necesidades industriales

Esta invención es un material basado en nanofibras, en el que se modificaron parámetros del polímero para generar una superficie con características superhidrofóbicas o con una alta repelencia al agua. 

El componente novedoso, afirma Mónica Álvarez Láinez, profesora de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, es que “en este momento, la manera como se consigue en la industria superficies con características superhidrofóbicas, es agregándole algo ya existente. En esta patente lo que se logra es tener una tela con el atributo especial y no con un recubrimiento adicional”.

El no contar con segundas etapas o procesos que se deban incorporar a la fibra permitieron que las profesoras Mónica y Juliana Lasprilla Botero se convirtieran en las inventoras de esta tecnología, como lo confirmó la resolución emitida por la Superintendencia de Industria y Comercio.

Las superficies superhidrofóbicas, para comprender su función, generan un rebote del agua. Los niveles de este efecto en la patente son altos, según expresa la profesora Mónica, quien explica que la medición se hace en ángulos y, en este caso, las gotas de agua no alcanzan a mojar la superficie, sino que inmediatamente rebotan. “Es como si las membranas de nanofibras que tenemos sacaran el agua pero, como son fibras, son respirables, tienen cierta porosidad, en el sentido de que hay transferencia, por ejemplo, de vapores”.

Las aplicaciones son diversas, desde la industria textil con tejidos resistentes a las manchas y telas que no se mojan ni ensucian, hasta la industria del empaque, con capas que se pueden colocar en la parte interna para que un producto salga y el interior quede sin contaminación. También es posible utilizar las membranas en el tratamiento de aguas, plásticos con propiedades superiores y revestimientos impermeables para madera, piedra, hormigón y lacas.

Última modificación realizada el 09/05/2024 10:28 por Natalia Lopez Soto