¿Tienes fatiga electoral? Con esta guía puedes decidir tu voto
El próximo 29 de octubre los colombianos elegiremos alcaldes, gobernadores, concejales y diputados. La imagen corresponde a uno de los debates presidenciales realizados en EAFIT.
• Uno de los propósitos de EAFIT es propiciar y estar en las conversaciones sobre la democracia y su relación con el modelo económico y empresarial, así como los dilemas que esto plantea.
• Por eso, y a propósito de los comicios del 29 de octubre, Adolfo Eslava, director del Centro Humanista, y Santiago Silva, director de Hablemos Medellín, comparten estrategias para vencer la apatía, combatir la posverdad y elegir candidato.
No sé por quién votar, mi voto no hace diferencia, este año me voy a abstener, la política no me representa, prefiero que no le metamos política a esta conversación, yo voto por el que me digan en mi trabajo…Parecen frases de cajón, pero ahora que se acercan las elecciones regionales, son cada vez más comunes los comentarios de este tipo, y es muy frecuente escucharlos en nuestras oficinas y aulas de clase, entre amigos o en el transporte público.
Sin embargo, el ejercicio democrático sigue siendo una responsabilidad de todos los ciudadanos, no únicamente de los mandatarios, y estar informado, vencer la apatía, combatir las fake news y tomar decisiones a consciencia hacen parte de nuestros deberes a la hora de acudir a las urnas.
Especialmente en esta época en la que, además del incremento de la abstención, la democracia está siendo afectada por la triple P (polarización, posverdad y populismo). ¿El remedio? Lo tenemos todos: conversar, encontrarse y cuestionarse. Esa es parte de la rutina que comparten Adolfo Eslava Gómez, director del Centro Humanista de EAFIT, y Santiago Silva Jaramillo, director de Hablemos Medellín, un programa de la U en alianza con otras organizaciones.
“Podríamos estar enfrentando una recesión democrática, dado ese contexto, no queda otra opción que darle una mirada de crisis fecunda, una situación desde la que podemos construir un horizonte común. Para eso, tenemos la palabra compartida como herramienta al alcance de todos y todas para darle forma a nuestras decisiones públicas”, expresa Adolfo, quien ve en los comicios del próximo 29 de octubre la oportunidad de darle fuerza al argumento, la expresión y la escucha.
EAFIT, como parte de su compromiso con el fortalecimiento de la democracia, organiza y apoya debates electorales como los que están a cargo de la Organización Estudiantil de la Universidad, en esta oportunidad en alianza con El Espectador y Blu Radio. Los dos primeros serán con aspirantes a la Gobernación y con candidatos al Concejo de Medellín, el primero es el 13 de septiembre a las 10:00 a.m. y el segundo será el 14 de este mes, a la misma hora.
La información que se puede captar en estos encuentros es vital para la rutina que comparten Adolfo y Santiago a la hora de enfrentar la apatía, la posverdad y elegir un candidato.
Empatía electoral
En algunas ocasiones la apatía electoral se explica por la ignorancia. Así lo cree Santiago Silva, quien explica que no entender cómo funcionan los asuntos públicos implica subestimar la importancia que tienen las elecciones. Si la persona apática, dice, se entera de cuál es el poder que tiene un alcalde, un gobernador, un concejal y un diputado, probablemente se animaría a tomar la decisión de votar.
Otra acción que debería emprender el apático es evaluar cuáles con las consecuencias de su desinterés y definir claramente qué es los que le interesa de la política. En este punto se recomienda revisar cuáles son los indicadores de la ciudad y del departamento en asuntos económicos y sociales. Posiblemente ahí se encuentren asuntos que crea que deben mejorar, o en los que hay que poner el foco.
No votar es abdicar
Los resultados de una votación son una sumatoria de decisiones. Por eso abstenerse de ejercer ese derecho implica que se está dejando en manos de otros unas decisiones que tienen consecuencias en mi vida y en mi entorno. Aunque parezca evidente, Santiago y Adolfo invitan a pensar en que ningún voto se puede subestimar.
La persona que está pensando en que su voto no hará la diferencia debe tener presente que otras personas están pensando exactamente igual. Así se termina armando una masa poblacional con la misma creencia y se generan resultados electorales que tal vez no queremos. Otro elemento que podría ayudar a combatir la apatía es el de ser muy responsables y claros a la hora de definir qué es lo que queremos que salga de la decisión electoral, y sopesarlo con los cambios y ajustes que se pueden alcanzar.
Este es su candidato
Una de las posibles razones para no animarse a votar es no saber por quién hacerlo. Pero definir el voto puede ser relativamente sencillo y consiste en recoger dos tipos de información. La primera es el resultado de definir cuáles son los asuntos que me importan como votante, los que creo que están mal, o los que me gustaría cambiar, cuidar o mantener.
Una vez definidos esos temas se pasa a buscar la otra información necesaria: cuáles son los candidatos que se conectan con los asuntos que me importan. Explorar los planes de gobierno, lo que han dicho en entrevistas o debates ayuda a identificar coincidencias en temas relevantes entre elector y candidato, así como la manera en que proponen atenderlos.
Algo adicional e igual de importante es no dejar pasar la revisión de personas que acompañan políticamente, hoy y en el pasado, al candidato. Eso, así como indagar su trayectoria, los problemas que ha tenido y cómo los ha enfrentado puede determinar si el aspirante genera sensaciones de transparencia, claridad y confianza.
Conversar, la medicina
Tal vez no estamos tan polarizados como lo sentimos. La mayoría de las personas nos preocupamos por los mismos asuntos y la manera de encontrarlos es sentarnos a conversar. Por eso Santiago Silva invita a hablar sobre política y asuntos públicos, preguntarle a la gente qué piensa, qué valora. En ese contraste está la coincidencia y la reducción de la percepción de polarización.
“Darle relevancia a la conversación personal, cara a cara, con el fin de contrastar y complementar toda la información que nos ofrecen las redes sociales, es el mejor antídoto para combatir la denominada triple p: polarización, posverdad, populismo”, dice Adolfo Eslava.
Ojo con ese botón
Una de las banderas rojas en cuanto a la posverdad es desconfiar del contenido que circula en las redes sociales sin tener el respaldo de un medio de comunicación tradicional, porque si bien algunos medios pueden generar desconfianza, en principio deben cumplir con ciertas reglas de juego y están más sometidos a control social.
Los expertos eafitenses reconoce que puede ser tentador compartir información que esté en consonancia con los intereses del candidato que me gusta, aunque no esté verificada. Por eso hablan de la necesidad de ser conscientes de que cuando se comparte información que podría ser falsa estamos haciendo mucho daño.