Un llamado a la acción colectiva en el Día Mundial de la Salud Mental
El llamado actual es a estar alertas a los cambios de comportamiento, ofrecer información sobre rutas de atención, escuchar de forma activa y brindar apoyo mediante acciones tangibles a aquellos que están pasando por situaciones difíciles.
• El Día Mundial de la Salud Mental, efeméride que se celebra este 10 de octubre, ofrece la oportunidad de reflexionar sobre la responsabilidad que implica cuidar de esta dimensión, tanto desde lo personal como desde la perspectiva colectiva.
• Uno de los conceptos sobre los que reflexiona Laura Montoya, psicóloga del Servicio Médico, es el de la empatía emocional, que es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, escucharlo, entenderlo y validar sus emociones sin descuidar las propias.
“La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas”, escribió Sigmund Freud. En el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre desde 1992, se propone hacer un llamado al compromiso global para crear conciencia sobre este tema, que, según explican profesionales en psicología, debe interesar a individuos, pero también a comunidades.
Como expresa Mariantonia Lemos Hoyos, profesora del pregrado en Psicología de la Escuela de Artes y Humanidades de EAFIT, debería existir una preocupación por la salud mental como un fenómeno colectivo, ya que el ambiente y las relaciones con otros influyen en los comportamientos: “Cuidar del otro implica poderle preguntar cómo está, preocuparnos cuando vemos que esa persona tiene expresiones que nos hacen pensar que quizás no se está sintiendo muy bien y mostrarle que estamos ahí para apoyarla, a veces con un simple abrazo o un pequeño gesto”, afirma.
Así mismo, añade que hay varias esferas desde las que se puede desarrollar un compromiso con el bienestar de los demás. Una de estas se trata del apoyo social, en la que se podría brindar información o consejos a alguien para resolver una situación; la segunda tiene que ver con el apoyo emocional, que se traduce en estar ahí para el otro, escucharlo activamente para que pueda expresar lo que siente; también está el apoyo social tangible, en el que se presta ayuda con una acción concreta, por ejemplo, ayudarle a una persona a llegar a algún sitio.
Para Isabel Cristina Álvarez Vélez, psicóloga del Programa de Salud de la Universidad de Antioquia, las condiciones sociales también influyen en gran medida en la posibilidad de tener una buena salud mental, como la pobreza, la violencia, la desigualdad, las condiciones ambientales o el acceso a la educación: “La salud colectiva trasciende los círculos más cercanos y nos ubica en una esfera mucho más estructural, en los aspectos políticos, culturales e incluso históricos, así, este tema se vuelve más complejo y no depende únicamente de lo que el individuo haga”, dice.
En esa medida, Isabel enfatiza la importancia de ser sensible frente a los demás, sus condiciones de vida, necesidades y dificultades. Una escucha atenta no requiere ser un profesional del área de la salud, y esta acción puede representar un gran cambio para personas que necesiten ayuda.
Cuando se dice que la salud mental es una construcción de todos, eso quiere decir que cada individuo debe ser capaz de hacerse cargo de sus emociones y pensamientos para acercarse al otro con empatía. Así lo explica Laura Montoya Espinosa, psicóloga del Departamento de Servicio Médico y Seguridad y Salud en el Trabajo de EAFIT, quien agrega que esa empatía emocional es ponerse en el lugar del otro y decirle ‘sé y entiendo cómo estás, valido tu emoción, veo y observo cómo te encuentras’. “Eso solo se puede hacer si soy capaz de encargarme de mis emociones. Es una actitud muy bonita que nos invita a observar y escuchar al otro sin juicios, sin crítica, y lo puedo acompañar en la construcción social de la salud mental y el bienestar”.
A esto se suma el interés por el territorio y el espacio que se habita, por ejemplo, participar de forma activa en el barrio. El individualismo y la idea de autosuficiencia son algunas de las actitudes que amenazan el bienestar colectivo. La casa es uno de los lugares donde se presentan mayores vulneraciones de derechos, por eso, ignorar lo que pasa en el vecindario es una expresión de indiferencia.
Los seres humanos son especies gregarias por naturaleza, comenta Mauricio Cuartas, profesor del pregrado en Psicología de EAFIT. En ese sentido, afirma que “las sociedades también son responsables de promover y contribuir a autorregular situaciones que pueden vulnerar la salud mental de sus individuos, utilizando mecanismos que reduzcan el estigma, fomentando escenarios de cooperación, facilitando información, promoviendo el autocuidado y eliminando barreras en la atención”.
Los psicólogos coinciden en la importancia y el valor de la red de apoyo, es decir, aquellas personas cercanas a las que se puede acudir si se tiene alguna necesidad, así como la participación en la red de otras personas, que también requieren atención y disposición. Cada aporte cuenta, desde las palabras en las relaciones familiares, laborales, personales y del mundo digital, hasta cómo se cuidan los recursos naturales, todas esas acciones favorecen al cuidado de la sociedad.