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Intranet EntrenosIntranet Entrenos / NoticiasNoticias 2023Noticias Entrenos / Marzo#8M Eafitenses que alzan la voz por la igualdad de género para un futuro más sostenible​
07/03/2023

​​​​​​#8M Eafitenses que alzan la voz por la igualdad de género para un futuro más sostenible​

Este 8 de marzo se conmemora en el mundo el Día Internacional por los derechos de la Mujer y en EAFIT hacemos un repaso por la vida, las contribuciones y los logros de estudiantes, profesoras, investigadoras, administrativas y graduadas que, con cada acción, suman esfuerzos para garantizar que la igualdad de género nos permita construir un mejor mañana para todos y todas. En esta ocasión recorrimos el campus para conocer estudios, iniciativas, proyectos de vida y compromisos dedicados a esta causa. En este especial presentamos algunos de ellos:



​Avanzamos e​​​​​n el camino hacia la igualdad de género​​, y estas investigaciones suman esfuerzos

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La Universidad está comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que en su quinto numeral propenden por lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas del planeta.

• La preocupación por la igualdad de género no se queda, hoy, solo en la reflexión y el debate. Profesoras e investigadoras de todas las Escuelas han convertido este desafío en parte de sus investigaciones e iniciativas, y a propósito del #8M quisimos compartir con el resto de los eafitenses algunos de sus avances.

• Los estudios presentan un panorama sobre la situación de las mujeres en diferentes sectores que van desde las brechas salariales hasta el emprendimiento, pasando por el mercado laboral informal, el trabajo doméstico y el reto para que más niñas y adolescentes se formen en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, entre otros. 

El debate sobre la igualdad de género no es nuevo. De hecho, hoy no se puede hablar de sostenibilidad si este componente no está presente en las estrategias de cualquier índole que se formulan, diseñan o ejecutan. Y sí, se han logrado grandes avances en muchos frentes, pero problemáticas como las brechas salariales, la dificultad para acceder a cargos directivos, la desigualdad en contextos contextos rurales, la falta de educación, la pobreza extrema y las normas sociales que continúan predominante en nuestras sociedades, entre otros dilemas, siguen imponiendo retos significativos para las mujeres de todo el mundo. 

El quinto numeral de los Objetivos de Desarrollo Sostenible plantea (ODS), como una meta colectiva de la humanidad, lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas del planeta. Este es un compromiso que se han tomado a pecho las instituciones que hacen parte de este pacto. EAFIT no es ajena a estos temas, y eso se refleja en las investigaciones, estudios e iniciativas que lideran profesores de todas las escuelas de la Universidad. En este #8M, desde el Departamento de Comunicación nos unimos a la conmemoración mundial resaltando algunos de esos avances con los que se busca garantizar los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de género. ​

​Las mujeres millenials colombianas ganan 19 por ciento menos que los hombres

Son jóvenes. Tienen menos de 37 años y gran parte de ese tiempo lo han vivido en una sociedad con cada vez más voces que rechazan la inequidad de género. A propósito del Día Internacional por los Derechos de las Mujeres, ¿esas voces se han escuchado lo suficiente? Ellas, millineals como sus compañeros de trabajo, en el mismo rango de edad, de estudios y de condiciones socieconómicas trabajan para organizaciones privadas, del sector formal, pero ganan 19 por ciento menos que ellos, brecha que baja al 14 por ciento si tienen estudios universitarios.

Los datos los recogió un grupo de investigadores de las escuelas de Administración; y de Finanzas, Economía y Gobierno de EAFIT que determinaron la brecha salarial en los millenials, luego de la inquietud que surgió entre participantes de los cursos de Alta Dirección de la Universidad sobre cómo las empresas podrían retener el talento de los jóvenes. Los resultados fueron publicados con el título Millennials y la brecha salarial de género: ¿las mujeres millennials enfrentan un techo de cristal? ​

Gustavo Adolfo García Cruz, profesor del Área de Mercados y Estrategia Financiera de EAFIT y uno de los investigadores del estudio, explica que les concedieron acceso a las bases de datos de organizaciones con presencia en ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, Barraquilla y Bucaramanga, tuvieron contacto con las plantas de colaboradores y realizaron 2.100 encuestas entre hombres y mujeres de diferentes niveles: operativo, administrativo y gerencial. Con técnicas econométricas y la información de los salarios controlaron las variables para que la única relación de incidencia fuera la de ser hombre o mujer.

 

“Encontramos que hay estructuras en algunas empresas que se han mantenido en el tiempo y son poco flexibles. Por eso una recomendación que les hicimos fue cambiar la forma de enganchar a los trabajadores y retenerlos. Los millennials, según encontramos en las entrevistas que hicimos, valoran el equilibrio entre el trabajo y el ocio, prefieren trabajos más flexibles, por proyectos y estar en la casa, entre otros asuntos. También encontramos unos temas de arraigo cultural como que la mujer tiene una carga adicional por las horas que le debe dedicar a la vida familiar y por eso necesitaría trabajos más flexibles”, dice García.

 

Se necesitan más estrategias para conciliación de la vida laboral, personal y familiar

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El investigador se refiere a lo que se conoce como trabajo doméstico y del cuidado no remunerado, un asunto central en la línea de base que aborda la Alianza Empresarial por la Equidad de Género que surgió en el año 2020, espacio que ha realizado varias guías y recientemente presentó el documento Estrategias para la conciliación de la vida laboral, personal y familiar en el sector privado. 

La Alianza -conformada por EAFIT, Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, Comfama, Avon Colombia, ANDI Seccional Antioquia, Proantioquia, Aequales, Grupo Argos, Equilátera, ​Secretaría de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín y Gobernación de Antioquia- tiene el propósito de identificar la situación de las mujeres en el sector empresarial antioqueño para disminuir las brechas sociales y promover las buenas prácticas de inclusión. 

Así lo indica Carolina Lopera Tobón, jefa de gestión de proyectos del centro de estudio e incidencia Valor Público de EAFIT y representante de la Universidad en la Alianza, quien explica que cuando se hace un acercamiento a la autonomía económica de la mujeres como un derecho fundamental y se pregunta por qué es menor el número de mujeres que se engancha al mercado laboral una de las respuestas en la correlación cultural entre lo femenino y el cuidado, como por ejemplo el cuidado de niños, personas con enfermedades crónicas, adultos mayores o en situación de discapacidad.

“Según datos del DANE, las mujeres registran una participaron del 90.4 por ciento en asumir trabajos domésticos y del cuidado no remunerado, porcentaje que aumenta ​si se trata de mujeres 'desocupadas', como las llama esa entidad. Las mujeres aportan el 77.7 por ciento de las horas anuales dedicadas al trabajo doméstico y del cuidado, mientras que los hombres aportan el 22.3 por ciento restante, lo que evidencia un desequilibrio y una carga desproporcionada”, comparte Carolina como ejemplos de lo que en estudios de género se conoce como la doble o la triple jornada.

Además de dificultar el acceso de ellas al empleo, la relación cultural entre lo femenino y el cuidado también tiene efecto en el ámbito empresarial porque hace que en las organizaciones existan sesgos o prejuicios al momento de contratar a las mujeres. Aunque esto ya se ha aclarado como inconstitucional por parte de la Corte Constitucional, Carolina dice que aún es común que en procesos de selección se le pregunte a la mujer si está en embarazo y por su número de hijos. A ella misma, cuando le han pedido referencias de otras investigadoras, le han indagado si la candidata en cuestión pide muchos permisos para cuidar a sus hijos.

De ahí la relevancia de las estrategias para la conciliación de la vida laboral, personal y familiar en el sector privado que Andrea Echavarría Areiza y Diana Paola Rojas Bermeo identificaron para la Alianza. Teniendo presente que el equilibrio de la vida personal y familiar está en el núcleo de muchas desigualdades y brechas de género, las investigadoras se basaron en evidencia empírica para registrar las buenas prácticas que se han implementado en diferentes lugares que han funcionado y tienen un impacto probado. 

Dichas prácticas las agruparon en 10 bloques:

  • Teletrabajo.
  • Flexibilidad horaria.
  • Licencias de maternidad y paternidad.
  • Estrategias para cuidadores y cuidadoras.
  • Adecuación de la infraestructura de la empresa.
  • Licencias y permisos.
  • Capacitación, formación y sensibilización.
  • Programas de bienestar.
  • Planeación estratégica para conciliación.

Los interesados en conocer estas estrategias pueden solicitar información al correo cloperat@eafit.edu.co.

Aunque no se puede estimar si alguna es más efectiva que otra, en la Alianza han identificado que el éxito del aporte que hagan depende su combinación. Tal es la importancia de este asunto que en el año 1983 el Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe declaró el 22 de julio como el Día Internacional del Trabajo Doméstico y del Cuidado No Remunerado. El año pasado para esa efeméride esta Agencia de Noticias publicó un análisis académicos sobre los retos y soluciones, acompañado de un reportaje gráfico.

Las normas sociales pueden ser una barrera para las mujeres emprendedoras

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Las estrategias identificadas por la Alianza, señala Carolina Lopera, se sustentan desde la política del cuidado, es decir, que no necesariamente tiene un componente de transformación cultural de los roles y estereotipos de lo femenino como se esperaría que ocurriera. Ahí, en lo cultural, está parte de la explicación de la baja participación de las mujeres en los emprendimientos, una de las preguntas que se hicieron investigadores de la Escuela de Administración de EAFIT.

Los hallazgos se reunieron en el estudio Intención emprendedora femenina: Un análisis desde la asunción de riesgos y el rol de las normas sociales. Izaías Martin, uno de los investigadores del proyecto, explica que se trató de un análisis que se enfoca en cómo la la intención emprendedora de las mujeres se ve afectada por la asunción de riesgos, las normas sociales y el menor apoyo por parte del entorno más cercano, entendido como familia, amigos y colegas.

Para eso se utilizó una muestra de 12.466 personas entre los 18 y los 58 años de 11 países de América Latina y el Caribe, siendo 5.508 hombres y 6.958 mujeres. Los resultados arrojaron que hay diferencias significativas entre hombres y mujeres, siendo ellas menos propensas a asumir riegos y con menor intención emprendedora. Parte de la explicación es que las mujeres en muchas ocasiones son más afectadas por las normas sociales. Así mismo la percepción de apoyo del entorno más cercano se destacó como determinante para explicar la intención a emprender y, especialmente, una mayor propensión a asumir riesgos. Más información sobre esta investigación se puede ampliar en este artículo​ de la Agencia de Noticias de EAFIT.

El riesgo es también determinante en la brecha salarial de las mujeres que trabajan en áreas como el desarrollo tecnológico. Elizabeth Suescún Monsalve, es una de las profesoras de Ingeniería de Sistemas de EAFIT inquieta por el poco número de mujeres interesadas en todo el mundo por las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, conocidas como STEM por la sigla en inglés. La ingeniera señala que en la industria tecnológica parte de la brecha salarial se explica porque el sueldo no está estandarizado y suele ser acordado. Hay estudios, dice, que demuestran que las mujeres son menos propensas a asumir riesgos y eso las perjudica en esas negociaciones.

Esa brecha es una de las que explica el poco el interés de ellas por las ingenierías, pero hay otras. La profesora recuerda que en un principio las ciencias de la computación fueron impulsadas por las mujeres. Lideraban el sector y eran más en proporción que ellos. Luego llegaron los computadores portátiles que la industria y el mercadeo comenzaron a asociar con roles masculinos y ellas empezaron a perder interés. Con menos mujeres en esa área, las niñas y jóvenes dejaron de tener referentes que las motivaran.

Hoy, cuando en algún curso se encuentra con más de dos mujeres Elizabeth se sorprende, pero también se alegra mucho por lo esencial que es la participación de ingenieras, por ejemplo, en los productos y los sistemas digitales en los que cada vez más se trasladan decisiones de la cotidianidad.

 

“Si cada vez son menos las mujeres en la construcción y definición del diseño de estas soluciones pues quedará solo una perspctiva en el diseño y la implementación de estas soluciones. Las mujeres nos vamos a convertir en consumidoras de tecnología que los hombres construyen para nosotras. Por eso es necesario tener diversidad en los equipos de desarrollo de software”, dice la profesora.

 

En la informalidad también hay brecha salarial

La necesidad de encontrar trabajos más flexibles, que les permitan conciliar la vida familiar con la laboral, lleva a las mujeres a optar por empleo en el sector informal. Esa es una de las conclusiones del profesor Gustavo García tras el estudio sobre la brecha salarial en los millenials y que se conecta a otro que realizó junto a Erika Badillo y Lorena Delgado, de la Universidad Autónoma Latinoamericana, y que fue publicado por la Universidad de los Andes con el título ¿Informal, más desigualdad de género? Diferencias salariales por género entre empleos formales e informales en Colombia. 

Los hallazgos surgieron de la pregunta de cómo se comparta la brecha salarial entre hombres y mujeres en comparación entre el mercado laboral formal y el informal. La cuestión tiene pertinencia en cuanto que la informalidad en Colombia es del 60 por ciento en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, pero sube a 70 y 75 por ciento en otras fronterizas.

 

“Utilizamos los datos de la encuesta de hogares del DANE para el año 2018 y encontramos que, aunque en general en toda la economía tienen más educación que los hombres, las mujeres son más propensas a trabajar en la informalidad. A lo largo del tiempo las mujeres se han dado cuenta de que una forma de contrarrestar las desigualdades es a través del estudio, pero el mercado laboral no lo valora igual que el de un hombre. Si no tuvieran ese nivel educativo un poco más alto estarían peor”, expresa Gustavo García

 

El análisis identificó que la brecha salarial entre hombres y mujeres es más alta en el sector informal en el que ellas ganan 24 por ciento menos. Si bien en el sector formal, según los mismos datos del DANE, las mujeres pueden estar por encima de los ellos, en toda la economía, tanto formal como informal, la brecha ronda el 19 por ciento. “Son sectores muy diferentes. En el informal la mayoría de personas está en el rebusque, no tiene contrato, gana menos del mínimo, no cuenta​ con seguridad social, ni punto fijo de trabajo. Ahí vemos que las mujeres están más desprotegidas”, sostiene el profesor. 

Se requieren pues, coinciden los investigadores desde diferentes perspectivas, que los hallazgos de estos estudios aporten a la transformación cultural. Que sean insumo para la creación de políticas públicas y cambios estructurales en las organizaciones que permitan minimizar las brechas.




Una p​​olítica no se construye desde cero. Tampoco una vida dedicada a la equidad de género

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Carolina Lopera representa a la Universidad en la Alianza Empresarial por la Equidad de Género.

• Este miércoles 8 de marzo, como parte de la conmemoración del #8M, se presentará en EAFIT la Declaración por la Diversidad, la Inclusión y el Pluralismo. La cita será en la Plazoleta del Estudiante, a las 4:00 p.m.

• Carolina Lopera Tobón, jefa de Proyectos del Centro de Valor Público, participó en su creación. Pero este no es el primer compromiso, declaración o política en la que participa. De hecho, toda su vida es un testimonio de dedicación por la equidad y la igualdad de género. Esta es su historia.

Si algo tiene claro Carolina Lopera Tobón es que una política pública no se construye desde cero. Haber participado en la construcción de varias de estas le ha dado la experiencia para saber que, primero, hay que abonar el camino, hacer los diagnósticos y estudios correspondientes, conocer a las personas, escuchar las necesidades y plantear los lineamientos estratégicos. 

Y como las políticas públicas, la vida de Carolina se ha construido, durante muchos años, alrededor de los temas de igualdad de género. La jefa de proyectos del Centro de Valor Público se fue acercando al tema desde sus primeros años de vida, llegó a los trabajos en los que pudo conocer más, aprendió de las personas que podían enseñarle a tener una mejor comprensión, y se dedicó a asesorar otras entidades e instituciones para ayudar cerrar las brechas que todavía existen entre hombres y mujeres.

Como parte de este compromiso, por ejemplo, están el acompañamiento técnico y metodológico de la formulación de la política de igualdad de género para mujeres urbanas y rurales de Medellín; o la Alianza Empresarial por la Equidad de Género, iniciativas en las que participa activamente en representación de la Universidad, y que confirman su compromiso y dedicación con estos temas, fundamentales en los debates y reflexiones actuales en todo el mundo.

Este miércoles 8 de marzo, a las 4:0 p.m. en el Ágora de EAFIT, se presentará en EAFIT la Declaración por la Diversidad, la Inclusión y el Pluralismo, un compromiso que nos permitirá seguir avanzando hacia la construcción de una política institucional en estos temas. Carolina también se sumó a esta construcción con su experiencia y, sobre todo, convicción en la posibilidad de un mundo mejor para todos y todas.

 

“Cuando trabajé en la Alcaldía de Medellín estuve vinculada a muchos proyectos sobre conflicto. Y ahí comprendí que la violencia había tenido impactos muy diferentes en todos, especialmente en las mujeres. Sentí que faltaba aproximarse más a estos enfoques, y la vida me fue llevando, poco a poco, hacia experiencias más significativas en las que podía aportar”, recuerda.

 

La posterior coordinación de la Política Pública de Igualdad de Género para mujeres urbanas y rurales de Medellín, en la que participó desde el anterior Centro de Análisis Político, le permitió ratificar que tenía un compromiso de vida con ayudar a cerrar las brechas de desigualdad. “Pude entender mejor muchas cosas que estaban pasando en Colombia y el mundo, me encarreté con estos asuntos y me identifiqué con ellos como parte de mi proyecto de vida. Hoy puedo concluir que no se pueden abordar estas problemáticas desde la neutralidad de género”, puntualiza.

En la actualidad, Carolina representa a la Universidad en la Alianza Empresarial por la Equidad de Género, una iniciativa que surgió en 2020 y en la que participan 11 organizacio​nes públicas y privadas. Su propósito es identificar las posiciones de las mujeres en el sector empresarial de Antioquia y ayudar a las compañías a adoptar estrategias en gestión del conocimiento, formación o visibilidad, entre otras, para disminuir las brechas de género.

 

“Participaciones como estas me permiten ser optimista frente al futuro. Nos falta mucho por recorrer, pero estamos transformando los escenarios, hemos logrado conquistas importantes y nos hemos encontrado con otros actores, como las nuevas masculinidades, en un espacio conjunto de transformación. El terreno está abonado para que los tomadores de decisiones puedan hacer un mejor camino de aquí en adelante”, concluye Carolina.​


 






El reto es lograr que la mujer vuelva a ocupar el lugar que siempre​ tuvo en la ciencia

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• La brecha de género entre hombres y mujeres, en el mundo de las ingenierías, es una realidad. Entre 1901 y 2002, por ejemplo, solo 58 mujeres han obtenido un Premio Nobel, en comparación de los 876 hombres que han sido reconocidos con este galardón. Y este es solo uno de los indicadores que ha podido reunir el comité de Educación de la Cátedra Matilda y las Mujeres en la Ingeniería, espacio que en EAFIT es liderado por las profesoras Elizabeth Suescún y Silvana Montoya.

• A propósito de esta iniciativa, conversamos con Elizabeth para conocer más sobre su experiencia como mujer científica y sus percepciones sobre los retos para la equidad de género en la academia, y cómo lograr que muchas más mujeres se motiven a estudiar o hacer carrera en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

20 de julio de 1960: Neil Armstrong se convierte en la primera persona en pisar la superficie de la Luna. Tras varios años de carrera espacial los estadounidenses logran imponerse sobre los rusos y el mundo contempla esta hazaña desde sus televisores. Lo que muchos desconocieron, por varias décadas es que, logros como este, no hubieran sido posibles sin la participación de mujeres como Katherine Goble Johnson, Dorothy Vaughn o Mary Jackson, científicas afroamericanas que la historia dejó en el olvido hasta 2016, cuando Margot Lee Shetterly contó sus vidas en el libro Figuras ocultas.

Historias como las de estas matemáticas y muchas otras mujeres se han repetido a lo largo de los siglos.  Desde Hypatia de Alejandría hasta Marie Curie, y pasando por muchas otras, la presencia de la mujer en la ciencia no ha sido una novedad. Y para que estas historias no queden en el olvido, la profesora Elizabeth Suescún Monsalve, del área de Diseño de Producto y Experiencia, las comparte siempre que puede durante sus clases en la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería. Ella, junto a Silvana Montoya Noguera, también de la misma unidad, lideran en EAFIT la Cátedra Abierta Latinoamericana Matilda y las Mujeres en la Ingeniería.

Se trata de un espacio académico para el debate y la reflexión; la construcción colectiva de conocimiento; la docencia y la investigación; la realización de actividades dinamizadoras y promotoras de la igualdad de derechos; y la generación de oportunidades y espacios para las mujeres en el ámbito académico y profesional, y que le apunta al fomento de las vocaciones por la ingeniería en niñas y jóvenes en América Latina y el Caribe.

Como parte de su compromiso con estos temas la profesora está realizando un Proyecto sobre percepciones de igualdad de género, inclusión y liderazgo en la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería, lo que implicará realizar una encuesta en la Universidad para identificar las brechas existentes en el ámbito académico y establecer la necesidad de desarrollar estudios y proyectos de género tendientes a disminuir las desigualdades encontradas.

A propósito del Día Internacional de los Derechos de las Mujeres, quisimos conversar con esta eafitense sobre sus percepciones sobre los retos para la equidad de género en la academia, y cómo lograr que muchas más mujeres se motiven a estudiar o hacer carrera en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

¿Por qué promover asuntos de género desde la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería?

“Se ha identificado una brecha que crece en términos de que, cada vez, son menos las mujeres que se motivan a estudiar carreras o formaciones relacionadas con tecnología. El programa de Ingeniería de Sistemas es de los que tiene menos equidad de género; por población femenina tenemos un 10 por ciento y el resto son hombres. Pero esto no ocurre solo en el programa de Ingeniería de Sistemas de EAFIT, o en Colombia, es algo que responde a una situación que es generalizada en el mundo. 

¿Eso ha sido así siempre?

“Antes las formaciones relacionadas con la computación eran dominadas por mujeres, pero con la llegada del computador personal, con el desktop, se comenzó a promocionar estos como herramientas para los hombres y entonces las mujeres fueron perdiendo interés. Fueron dejando de ver referentes para seleccionar carrera relacionadas con tecnologías digitales y cuando llegan a su ámbito profesional son muy pocas las que pueden llegar a cargos directivos con más visibilidad de manera que puedan convertirse en referentes para otras chicas. Se dice que uno encuentra a las personas con las que se inspira en las edades más tempranas, en la primaria, entre los ocho y diez años de edad. Actualmente los referentes son hombres, pero las personas más relevantes en la historia de la computación fueron mujeres y en mis clases siempre hago énfasis en eso”. 

En ese interés, ¿la acompañan otros profesores o estudiantes del Semillero de Ingeniería de Software?

“Muchos estudiantes aquí combinan sus estudios con su trabajo y reconocen que en el ámbito laboral existe esta brecha. Notan, por ejemplo, que en los equipos de desarrollo casi todos son hombres. Ver cómo nosotros desde la Universidad podemos ayudar a identificar y entender por qué se da este fenómeno es una de las motivaciones que tienen ellos de pertenecer a este grupo”.

“Hay estudios que demuestran que las mujeres somos menos arriesgadas en el momento de negociar, sobre todo en términos salarial. En tecnología en el campo laboral no existen unos escalafones de acuerdo con la formación y las mujeres somos más tímidas para esa negociación. Entonces se da bastante la disparidad en términos salariales. Lo otro es que son pocas las mujeres que ascienden porque en las juntas directivas de las empresas son hombres los que están liderando; hay más población de hombres aspirando a los cargos y existen pocas políticas relacionadas con género en esas organizaciones”. 

¿Por qué es importante que las mujeres estén en tecnología, qué diferencia hay entre que sean hombres o sean mujeres?

“Los productos digitales cada vez son más oblicuos a nuestra vida y estamos trasladando en estos la toma de decisiones de nuestra cotidianidad. Entonces lo que pasa es que si cada vez son menos mujeres las que están en la construcción, definición y diseño de estas soluciones pues se va a quedar con una sola perspectiva e implementación de estas soluciones. Es decir, las mujeres nos vamos a convertir en consumidoras de tecnología que definen y construyen hombres para nosotras. Una profesora de Costa Rica dice que no existe diferencia intelectual entre hombres y mujeres, pero si existen diferentes formas de ver y percibir el mundo y esto también lo da el hecho de ser mujer o de ser hombre”.

¿Por qué este fenómeno persiste a pesar de los esfuerzos?

“Porque este es un problema que hay que tratarlo desde raíz. Nosotros, tanto hombres como mujeres, comenzamos a identificar nuestros referentes en etapas tempranas, es allí donde hay que ir a inspirar a las chicas para que seleccionen y vean en la tecnología una oportunidad de desarrollo profesional. Nosotros estamos poniendo nuestro granito de arena, pero es clave en esas edades tempranas resaltar el trabajo que hacen las comunidades de mujeres en la tecnología. Aquí que de hecho tenemos varias egresadas de EAFIT trabajando en este tema, yendo a colegios, y a barrios vulnerables donde hacen ese trabajo”. 

¿Cuál es su percepción sobre la deserción de las mujeres que opten por esta formación?

“Ya llevo ocho años en la Universidad —esto también corresponde a un fenómeno mundial— y puedo decir que las mujeres que toman la decisión de estudiar ingeniería de sistemas terminan su carrera. Eso da cuenta de que aquella que toma la decisión de vida hacia estos estudios definitivamente lo tiene muy claro. No quiere decir que nunca va a pasar, pero hasta ahora la deserción  que tenemos en cuanto a la población de mujeres es cero”. 

¿Cómo es el ambiente para estas universitarias durante su formación?

“Son buenas estudiantes, dedicadas, muy líderes. Hay una frase que dice que "una cosa es que tú vayas al baile y otra cosa es que te inviten a bailar", entonces yo recalco mucho que durante la formación no se generen para ellas los ambientes hostiles que se pueden crear en el ámbito industrial”. 

¿Qué pueden hacer las organizaciones para contrarrestar esta brecha?

“Muchas organizaciones están trabajando en esta temática, resaltando el trabajo de las mujeres en tecnología. Hay empresas que están haciendo voluntariado para abordar el tema de género y las mismas chicas se han empoderado del tema y hablan en eventos sobre esto. Desde el ámbito empresarial y universitario lo que nos compete a nosotros es darle visibilidad a este fenómeno, tratar de generar ambientes que sean propicios para las mujeres, empoderarlas y darles mecanismos de liderazgo. 

¿Y cómo aportarían los datos de la encuesta que desde la Escuela tienen lista para aplicar?

“Lo que queremos con esto es medir la percepción en asuntos de género desde lo que se vive en el aula y en el ámbito universitario. Entender de raíz cómo perciben los estudiantes asuntos de género, cómo se vive el liderazgo y la inclusión, o cómo a través del mismo lenguaje que pueda tener un profesor, los compañeros de estudio o de trabajo y la misma universidad, se propician espacios para que tengamos ámbitos que sean más equitativos en términos de género”. 

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Con gambetas y goles esta eafitense enfrenta las brechas de género en el deporte

• Ella es María José Vallejo, estudiante de Negocios Internacionales y una de las integrantes del equipo femenino de fútbol de la Universidad. La visitamos en su zona de confort, la cancha, para que nos hablara sobre los qué significa ser mujer en este deporte, sus sueños, y cómo continuar sumando esfuerzos para cerrar las brechas de género.

• María José es una de las 30 participantes de la selección eafitense que se prepara para el torneo de Ascún a mediados de marzo. La alegría, la disciplina, el compromiso y la responsabilidad son la constante en este equipo, que busca demostrar que cuando se trata del jogo bonito, no hay barreras de género que pueda detener sus pases.​





“Hay que preocuparnos más por el lugar que tienen los relatos de las mujeres en el mundo”

• La frase es de Catalina Arroyave Restrepo, cineasta colombiana quien recientemente fue reconocida en Berlín para realizar su película Arde el reino, en la que nuevamente explora el universo femenino para seguir dándole relevancia a los relatos hechos por y sobre mujeres.

• La graduada de Comunicación Social de EAFIT no solo nos comparte cómo fue el proceso​ creativo de su película, sino la importancia que tienen las mujeres en sus propuestas audiovisuales para seguir aportando a las discusiones sobre la equidad de género en todos los sectores.


Última modificación realizada el 07/03/2023 11:55 por Natalia Lopez Soto