El Centro Humanista de EAFIT, un referente para la conversación, la confianza y la incidencia
La imagen corresponde a uno de los espacios de Hablemos Medellín.
• El Centro Humanista de EAFIT es un espacio para comprender, reflexionar e incidir en la realidad a través de la conversación, la investigación aplicada, la consultoría y la convergencia de saberes.
• Hoy, a casi un año de labores, quisimos hacer un repaso sobre estos meses de trayectoria; sus logros y proyectos; el impacto que están generando en la sociedad y las metas que se han planteado de cara al futuro. Y lo hacemos de la mano de su director, Adolfo Eslava Gómez, y de otras de las casi 50 personas que lo acompañan en esta gestión.
A las diez en punto del 16 de septiembre de 2022 inició una maratón sin precedentes en la Universidad y en la ciudad. Y no, no íbamos a correr, pero si a desplazarnos por diferentes puntos y lugares de la ciudad, caminando, observando y, sobre todo, dialogando. El Café Converso fue el punto de partida y, a partir de ahí, tuvimos la oportunidad de conversar, durante 600 minutos seguidos, sobre un mismo tema: las humanidades.
Luego estuvimos en otros puntos de la Universidad Parque antes de traspasar las fronteras de nuestro campus. Fuimos al Museo de Arte Moderno y conversamos con biólogos sobre la intersección entre naturaleza y humanidades y, ahí al lado, en el Café Cariñito de Ciudad del Rio, reflexionamos sobre el papel de las humanidades en la creación de empresas y emprendimientos.
No mentíamos cuando hicimos la promesa de hablar, durante 600 minutos seguidos, sobre este tema. En el barrio Laureles conversamos sobre feminismo y las preguntas que se hacen hoy las mujeres en el campo de las humanidades y, más tarde, en el Jardín Botánico de la ciudad, en el marco de la Fiesta del Libro y la Cultura, los protagonistas fueron los libros, los autores y la palabra escrita.
Y en este mismo lugar, en su Auditorio Humboldt, culminamos el recorrido con la presentación del libro Humanismos para el siglo XXI. ¿Qué humanismos para qué sociedad? Fueron, en total, 10 horas en las que tendimos puentes entre diferentes saberes, en las que revindicamos el poder de la conversación, la reflexión, las ideas y las preguntas, y en las que resignificamos la importancia de volver a poner la mirada en los temas sustanciales que nos atraviesan como seres humanos.
Así presentamos y le entregamos a la sociedad nuestro Centro Humanista, un espacio que, a partir de la investigación aplicada, la consultoría y la convergencia de capacidades instaladas en la Escuela de Artes y Humanidades, promueve las conversaciones con la realidad para comprenderla e incidir en su transformación a través de proyectos interdisciplinares y con vocación práctica.
Durante el lanzamiento, su director, Adolfo Eslava Gómez, se refirió a esta unidad así: “El centro de estudios e incidencia Centro Humanista quiere ser la instancia desde donde se custodia y se cuestiona el proyecto humanista de EAFIT para la Universidad, pero también para la ciudad y el país. La U quiere aportar sus experiencias y estudios para enriquecer una conversación colectiva, que justamente nos permita nutrir el debate público, pero también la vida de las organizaciones, y las conversaciones y discusiones alrededor de la convivencia en nuestros barrios y ciudades”.
Hoy, a poco más de un mes de que se conmemore su primer aniversario, quisimos conversar con Adolfo para conocer más sobre el crecimiento y la evolución del Centro Humanista, los logros alcanzados, el impacto que han tenido en la sociedad, y los retos y sueños que han identificado de cara al futuro.
A casi un año de labores, ¿cómo definiría hoy al Centro Humanista y por qué es tan importante para la Universidad, la ciudad y el país?
“Efectivamente estamos a punto de cumplir un año de labores, pero uno de los hechos a resaltar es que en esos meses logramos aglutinar, en una misma unidad, varias de nuestras líneas de trabajo en las que ya contábamos con una experiencia de más de 15 años. Sí, es un año como Centro Humanista, pero muchísimos más trabajando duramente para estar en el centro del proyecto humanista que la Universidad pregona, un proyecto humanista que no se queda dentro del campus, sino que tiene como propósito salir a la calle.
Y es que el Centro Humanista tiene esa vocación de salida y de conexión con organizaciones en un sentido muy amplio: queremos llegar a las empresas, a los gobiernos y a las organizaciones sociales, que ellos también conozcan y se beneficien de ese sello que imprimimos en la formación de nuestros estudiantes, y que lo implementen en su día a día y en la toma de decisiones colectivas.
La Universidad nos ha bautizado como un centro de estudio de incidencia, y eso es lo que hacemos. ¿Cómo? enfocándonos en unas palabras poderosas: conversación, confianza, comportamiento y cambio cultural. Esas palabras nos dan encuadre de lo que hacemos, lo que estudiamos y en qué queremos incidir. De manera reciente acogimos en nuestro Centro una nueva línea de trabajo, la de innovación educativa, y desde esta también queremos incidir y generar transformaciones”.
Profe Adolfo, usted habla de una experiencia previa de más de 15 años en el estudio de las humanidades. ¿Cuál o cuáles son esos aprendizajes que han recogido para aplicarlos en la gestión del Centro Humanista?
“La Universidad tiene una amplia trayectoria en el tema del dialogo social, nos reconocemos como depositarios de confianza, somos un escenario mediador y natural para que se encuentren diversas fuerzas sociales de la ciudad, la región y el país.
En el pasado tuvimos el proyecto Pactos y Actos, que ejemplifica esa labor y da cuenta de lo que buscamos continuar con el Centro. Estuvimos en toda la ciudad y juntamos al gobierno con diferentes actores sociales para hablar sobre temas de convivencia. Desde ahí enfatizamos en el gran poder de la conversación, porque quien conversa confía, la confianza permite que nos cultivemos y cambiemos, y es ahí donde se materializa la incidencia y la transformación social y cultural”.
¿Cuáles son los principales hitos, logros o proyectos alcanzados en este año?
“El gran hito del Centro Humanista se llama Tenemos que hablar Colombia, que se realizó entre los años 2021 y 2022, y fue un importante ejemplo de conversación. Este ejercicio es un motivo de orgullo para la Universidad y para nosotros como Centro, pues fue un proyecto en el que nos vinculamos alrededor de un centenar de eafitenses y participaron más de 5.000 colombianos. Los resultados de esa conversación los llevamos a la agenda pública para enriquecer e incidir en el debate.
La incidencia es un propósito difícil de conseguir, pero ejercicios como este nos acercan a ese anhelo. Además, fue una labor colectiva muy bonita, tanto como Universidad al propiciar la participación de diferentes escuelas y unidades, como en el trabajo con otras instituciones educativas públicas y privadas del país, y de algunas empresas privadas y organizaciones sociales.
Y de la misma manera que lo hicimos con Tenemos que hablar Colombia, así está funcionando hoy Hablemos Medellín, que acabamos de culminar sus conversaciones con la participación de 1.600 ciudadanos. Y también hacemos parte del proyecto Tejeduría Territorial, con el que propiciamos el encuentro entre empresas, academia, organizaciones sociales, líderes con un mismo objetivo: conversar, generar confianza y aportar a la transformación social y cultural”.
Hemos hablado de la importancia que tiene para el Centro Humanista salir a la calle. Recientemente además del contexto local y nacional también estuvieron fuera del país, en una misión académica en España. ¿Qué aprendizajes les dejó este ejercicio?
“En el mes de junio estuvimos en la ciudad de Valencia (España), para participar en la misión Ética en el corazón de las organizaciones: fundamentos y conexiones desde las éticas aplicadas gracias a una sinergia entre EAFIT, Comfama, la Universidad de Valencia y la Fundación Étnor, y que tuvo como objetivo poner la ética en el centro de los ecosistemas empresariales y reivindicarla como movilizadora de acciones y decisiones para la vida cotidiana.
Ya veníamos adelantando unas conversaciones con la Fundación Étnor, que se dedica a estudiar la ética en el mundo de las organizaciones y de los negocios y es presidida por la profesora y filósofa Adela Cortina. Con ellos compartimos la preocupación de llevar a estos sectores las preguntas y temas relacionados con la ética. Fue muy gratificante viajar con 21 empresarios de la ciudad de compañías como Grupo Sura, Celsia, Grupo Bios, Nutresa o Haceb, entre otros, para que pudieran tener estas mismas reflexiones con nosotros. Esperamos que más espacios como este se puedan replicar en el futuro”.
Y de cara al futuro, ¿cuáles son los anhelos que tiene el Centro Humanista de EAFIT?
“Como lo he mencionado antes, si bien llevamos un año, contamos con una trayectoria de casi dos décadas. Todo eso nos ha permitido convencernos del potencial que tenemos y del poder que tienen los elementos alrededor de la conversación, de la construcción de confianza, de las cuestiones éticas y de la educación. Todos estos asuntos, plenamente humanos, nos llevan a asegurar que el Centro Humanista está en la obligación de convertirse en un referente, y está llamado a construir, influir, motivar y enriquecer una agenda humanista para la ciudad, el departamento y el país”.