Perfil
En esta Escuela los retos se resuelven desde la mirada amplia, transversal y complementaria de la economía, las finanzas y el gobierno
En la imagen algunos de los integrantes de la Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno.
• La convergencia de tres saberes diferentes, pero estrechamente conectados, le brinda a esta Escuela una perspectiva única de los fenómenos sociales. La formación de empresa, la financiación del progreso y la construcción del sistema político que establece sus reglas de juego, son asuntos que solo pueden abordarse en conjunto.
• Estos objetivos se encuentran soportados por las áreas de Políticas y Desarrollo, Mercados y Estrategia Financiera, y Macroeconomía y Sistemas Financieros; así como por los centros de estudio e incidencia Valor Público y EAFIT Social. En esta quinta entrega conversamos con los integrantes de esta dependencia para conocer más de sus retos y expectativas.
Pongamos varios dilemas sobre la mesa: en Colombia cientos de miles de personas viven bajo alguna forma de gobierno criminal y que cada semana, solo en Medellín, se producen cerca de 150 mil pagos en extorsiones; la mitad de los trabajadores del país ganan menos del salario mínimo y el 93 por ciento de esa mitad tiene un trabajo informal; la población indígena sigue teniendo un nivel de escolaridad promedio por debajo del de la población que vive en pobreza extrema; y cerca del 80% de las microempresas y 60% de los adultos del país no tienen acceso a un crédito formal.
Para abordar problemas complejos como estos y, muchos otros, se necesita de profesionales expertos en temas de economía, gobierno y finanzas. Por eso, tener estas tres disciplinas trabajando de manera conjunta es clave no solo para entender la raíz de los problemas, sino también para hacer frente a muchos otros desafíos estructurales de la sociedad.
Y ese es un diferencial, una fortaleza y una perspectiva única con la que cuenta hoy EAFIT, gracias a las capacidades de una Escuela que los agrupa: Finanzas, Economía y Gobierno.
“Nuestra nueva estructura responde, justamente, a eso. Por un lado, dentro de la Escuela sentíamos que estar separados por departamentos no estimulaba la conversación o el trabajo conjunto para que nuestros profesores e investigadores estuvieran más conectados. Pero como Universidad también vimos que algunos problemas eran similares, que compartían intereses, que se complementaban, y que necesitaban ser intervenidos desde lo económico, lo financiero y los asuntos de gobierno”, expresa el decano César Tamayo Tobón.
A su vez, en el Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas, (que hacía parte de la entonces Escuela de Humanidades), también existían proyectos que necesitaban de las visiones complementarias de economistas y financieros para lograr un mayor impacto.
“Por eso surge lo que consideramos que es una Escuela nueva, que ya no está afiliada únicamente a las finanzas y la economía, sino que ahora se complementa y fortalece con los temas de gobierno, y que se apoya en un grupo interdisciplinar de profesores comprometidos con la formación, con el cierre de las brechas de talento de las organizaciones, y con el objetivo de convertirnos en un pensador líder de los asuntos públicos”.
La Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno cuenta con tres pregrados, ocho posgrados; cerca de 60 profesores de plata y 45 de cátedra; tres grupos de investigación; 1500 estudiantes de pregrado y posgrado; y dos centros de estudio e incidencia: Valor Público y EAFIT Social.
“La llegada de los temas de gobierno nos hace fuertes y competitivos porque los problemas que hay que resolver hoy requieren una mirada transversal y amplia. En la actualidad ningún problema se resuelve desde una sola perspectiva. Por eso integrar la economía, las finanzas y los temas de políticas públicas nos convierte en una Escuela única para afrontar los desafíos de la humanidad”, Judith Vergara Garavito, jefa de Educación Continua de la Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno.
La estructura de la Escuela
Juntar estos tres campos fue solo el primer paso. A partir de allí, teniendo claro que había intereses comunes y posibilidades de trabajo conjunto, surgiría una nueva pregunta a la que debían responder rápidamente: ¿Cómo organizarse internamente para potenciar mejor las capacidades? Es ahí donde consideran la creación de tres grandes áreas académicas integradoras: Políticas y Desarrollo; Mercados y Estrategia Financiera; y Macroeconomía y Sistemas Financieros.
De la de Políticas y Desarrollo, liderada por el profesor Juan Carlos Muñoz Mora, hacen parte 23 profesores de los tres campos de la Escuela, quienes comparten una misma preocupación: el diseño, el seguimiento y la evaluación de las políticas públicas y su relación con el desarrollo económico y social de los territorios.
“Somos el área más grande e interdisciplinaria, tenemos presencia en todos los pregrados de la Escuela y nuestros profesores son politólogos, abogados, economistas y administradores. Esa posibilidad de tener tres enfoques disciplinares es fundamental a la hora de materializar el compromiso de la Universidad con el desarrollo sostenible, y contribuir a la formación de estudiantes que, como parte de su impronta, estén conectados con las políticas sociales y los territorios”, señala el director del área.
Junto a Juan Carlos estará Catalina Gómez Toro, quien después de 12 años como jefa del pregrado en Economía, a partir de este año asume un nuevo reto: ser directora del
Área de Mercados y Estrategia Financiera.
“Tenemos 17 profes expertos en gobierno corporativo, inversiones ambientales, sociales y de gobernanza, capital privado, inversión inmobiliaria, banca de inversión, fusiones y adquisiciones, finanzas de emprendimiento, finanzas de innovación, fondos de deuda privada, gestión de riesgos financieros, valoración de empresas, crecimiento organizacional y valoración con opciones reales, entre muchos otros temas. Esa una gran riqueza en microeconomía teórica y aplicada con la que queremos aportar a la academia y la sociedad en materia de planeamiento estratégico, sobre todo en ambientes económicos globalizados, complejos e inciertos como los actuales”, dice Catalina.
La tercera área, la de
Macroeconomía y Sistemas Financieros, es liderada por Diego Restrepo Tobón, quien junto a 21 profesores buscan responder a preguntas y dilemas de la política macroeconómica actual, el comportamiento de los diferentes mercados, las políticas monetarias, el acceso a financiamiento o los mercados de bonos verdes, entre otros.
Esa es la estructura de áreas que apoya y da soporte a la Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno. Junto a estas también estará la decanatura asociada para programas académicos; la unidad de Educación Continua; y los centros de estudio e incidencia Valor Público y EAFIT Social, en los que se materializa la investigación aplicada y las conexiones con el entorno, los gobiernos, las compañías, las agencias, las fundaciones y los asuntos públicos.
Propósito de la Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno
La Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno se consolida como el escenario donde se estudian los comportamientos humanos que subyacen a la generación de riqueza, así como de su contribución a la prosperidad y el progreso social. En la Escuela convergen los saberes asociados a la formación y crecimiento de organizaciones, del capital humano y financiero; la interacción de empresas e individuos en los mercados (laborales, económicos, de bienes y servicios) y de estos con el Estado; el estudio de los principales dilemas de la democracia, y los conocimientos para el desarrollo de políticas públicas que permitan enfrentar los desafíos derivados de la vida y de las interacciones en ciudades y regiones.
Las fortalezas y el crecimiento también se reflejan en lo interno
Es claro que esta reagrupación le permite a la Escuela mejorar sus procesos de cara a la sociedad, las empresas, los sistemas públicos y los emprendimientos. Y con respecto a los programas de formación de la misma unidad, también hay otras oportunidades y fortalezas. Y ahí es donde entra Lina Marcela Cortés Durán, decana asociada para los programas de formación.
La eafitense, quien este año fue reconocida con el Premio Excelencia Docente, menciona que su principal responsabilidad será la estrategia y la visión global de los programas. “Es decir, apalancados en la nueva estructura, tener muy claro para dónde vamos, cómo vamos a impactar de manera positiva, cómo generaremos más experiencias para los estudiantes, y cómo nos conectaremos con los diferentes ecosistemas que la Universidad ha priorizado”, agrega Lina.
El rediseño curricular y la articulación con conocimientos cada vez más relevantes en los campos de acción de la Escuela son otros de los retos que menciona la profesora, quien señala que es una oportunidad que, no solo la llena de felicidad, sino que le ofrece un horizonte lleno de nuevos desafíos.
“Me encanta trabajar en este cargo porque me permite interactuar con mis colegas profesores y con los estudiantes, al mismo tiempo que permanezco atenta sobre lo que busca el mercado, los cambios en la sociedad, o lo que las organizaciones nos demandan”.
Junto a ella estará Judith Vergara Garavito, como jefa de Educación Continua. La doctora en Administración Estratégica de Empresa también destaca la pertinencia de la estructura de la Escuela, pues es coherente con el reto que tiene en el cargo de seguir fortaleciendo la relación de la Universidad con las empresas y el gobierno, a través de una oferta innovadora, diferenciada, con alto valor, y que responda a las necesidades específicas de formación de las compañías.
“Y la llegada de los temas de gobierno nos hace fuertes y competitivos porque las necesidades de hoy no se pueden resolver desde un solo lado, requieren de una mirada transversal y amplia. Y eso es lo que queremos ofrecer. Por eso estamos pensando temas de finanzas climáticas, tecnología blockchain para las funciones corporativas, criptoactivos y moneda digital, y analítica financiera, entre otros”, puntualiza Judith.
Los centros para materializar las conexiones con el entorno
Buscando materializar la investigación aplicada y generar una conexión más fuerte con el entorno, la Escuela cuenta con los
centros de Valor Público y EAFIT Social, liderados por Olga Romero Londoño y Mario Vargas Sáenz, respectivamente.
El primero de estos recoge las capacidades de lo que antes eran el Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (Cief), y el Centro de Análisis Político (CAP), así como otras iniciativas en las que ha participado la Universidad en temas ambientales, de movilidad, de gestión del territorio, seguridad ciudadana, y formación de las fuerzas de seguridad.
Todo esto con el objetivo de investigar, crear y acompañar proyectos para entender mejor los asuntos sociales, económicos, de gestión del territorio, diversidad, género y política pública y aquellos que requieren de intervenciones colectivas y decisiones compartidas, para entregar a los sistemas públicos, las organizaciones y las comunidades más y mejores elementos para la comprensión y la implementación de soluciones comunes y posibles.
“El Centro de Valor Público llega con la transformación de la Universidad para poner el conocimiento que se genera en EAFIT en la discusión de asuntos públicos. Esta unidad recoge así las capacidades ya existentes en la Universidad para agrupar y potenciar esfuerzos, y lograr ser un escenario de pensamiento e incidencia que nos permita conectarnos con los sistemas públicos”, explica Olga Romero, su directora.
EAFIT Social, por su parte, funciona como un centro de acción y transformación que actúa desde lo social, fortaleciendo las relaciones de la Universidad con los territorios y las comunidades, y convirtiéndose en escenario de acción y transformación conectado con las organizaciones del tercer sector.
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