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“La Universidad tiene que seguir siendo una caverna transformadora”
Jorge Giraldo. quien se desempeñó por 13 años como decano de la entonces Escuela de Ciencias y Humanidades, es el director de la Cátedra Luis Ospina Vásquez.
• Esa fue una las afirmaciones de nuestro Profesor Emérito, Jorge Giraldo Ramírez, durante la Cátedra Luis Ospina Vásquez, titulada Nuestra dificultad para vivir juntos, y en la que invitó a las instituciones a seguir cultivando la crítica, la discusión, el pluralismo, la diferencia y la transformación social.
• Este espacio, que se realizó el martes 31 de mayo, también fue una oportunidad para homenajear la trayectoria del “profe del sombrero”, el académico, investigador, docente y exdecano que siempre ha creído en el poder de las ideas.
La peor amenaza a la que nos enfrentamos, para poder vivir juntos, es el desencuentro que hay entre los diferentes sectores gobernantes frente a la paz, lo que ha hecho que esta última se haya visto afectada por la desmesura, las narrativas de odio y la mezquindad.
Pero, ¿por qué nos es tan difícil vivir juntos?, ¿necesitamos más razones para hacerlo?, ¿estamos dispuestos?, o ¿solo nos conformamos con estar los unos con los otros?
Esas fueron algunas de las preguntas que intentó responder, este martes 31 de mayo, nuestro profesor emérito Jorge Giraldo Ramírez. Y, para hacerlo, el académico nos llevó en un recorrido a través de la historia del siglo XX y las dos décadas del siglo XXI en nuestro país, la violencia bipartidista, la crisis de los 80s y 90s, y la reciente situación con los Acuerdos de Paz de La Habana, entre otros momentos que han marcado el devenir nacional y que, hoy en día, siguen teniendo impactos en la manera como convivimos y nos relacionamos entre todos.
Nuestra dificultad para vivir juntos, fue el nombre de esta lección que marcó el regreso de la Cátedra Luis Ospina Vásquez, esta vez de la mano de su propio director, el académico, exdecano de la Escuela de Humanidades, y magíster y doctor en Filosofía Jorge Giraldo Ramírez.
Se trata de un espacio que lleva el nombre del que es considerado el padre de la historia de la economía en Colombia y que, como lo mencionó la rectora Claudia Restrepo Montoya, se transformó a partir de este año para ayudar a expandir el pensamiento liberal en la Universidad.
Así, en uno de los auditorios del bloque 38, rodeado de sus amigos del colegio, de los movimientos sociales, de la Universidad y de la vida, y con la voz quebrada por la emoción y por el amor por Colombia, Jorge Giraldo compartió sus reflexiones y opiniones sobre el país, gracias al conocimiento, la experiencia y el trabajo de investigación cosechado en sus más de 40 años de trayectoria profesional.
Finalmente, durante su intervención también hubo un espacio para interpelar a las universidades, a las que invitó a que siguieran siendo “cavernas transformadoras”, propiciadoras de la crítica, la discusión, el pluralismo y la diferencia, y formadoras de profesionales que puedan vivir y aportar a un mundo imperfecto e incierto como el actual.
“En síntesis, este es un llamado a seguir contribuyendo a la transformación social para no ser superfluas”, expresó.
El homenaje al profe del sombrero
“Aquí no estamos despidiendo a Jorge, sino que es la lección emérita de uno de nuestros docentes eméritos. Y queremos reiterarle que no se puede jubilar, porque es muy valioso para todos nosotros”, expresó la rectora Claudia Restrepo durante la segunda parte del evento, en la que se le rindió un homenaje al profesor Jorge Giraldo Ramírez.
Durante estas palabras, la directiva también señaló que gracias a esta lección pudo comprobar el dolor, la conmoción y el amor que sentía por Colombia, lo que había incrementado, aún más, la admiración y afecto que sentía por el académico. “Gracias, también, por hacernos preguntas difíciles en todo este tiempo”.
Felipe Murillo Carvajal, jefe del pregrado en Ciencias Políticas, también subió al escenario para leer una semblanza escrita por el también profesor José Antonio Fortou Reyes hace dos años, en la que lo exaltó como un hombre de ideas que había convertido las humanidades en pilar y refugio, un maestro y referente, y un hombre que dejó huella porque siempre enseñó a pensar con un pie en la academia y otro en la calle, en la realidad.
Al final del evento, de manos de Claudia Restrepo y del exrector Juan Luis Mejía Arango, Jorge recibió una muestra de gratitud por todos los aportes que hizo a la academia, a la sociedad y a EAFIT. Y para este reconocimiento no hubo mejor obsequio que uno de esos objetos que convirtió en su sello personal durante sus años de labores en EAFIT y por el que siempre fue reconocido dentro del campus: su característico sombrero.