Actualidad eafitense
En Tenemos que hablar Colombia dialogamos desde la diversidad para construir una hoja de ruta que nos incluya a todos
En la actualidad Tenemos que hablar Colombia cuenta con cerca de 8.700 inscritos, de los cuáles 412 son personas afrocolombianas y 203 hacen parte de comunidades y pueblos indígenas. Foto Robinson Henao.
Colombia es un país diverso. La pluralidad de su gente es, al mismo tiempo, una de sus cualidades más notorias y una de sus mayores ventajas. Por eso es importante que, en la construcción de un mejor país, todos los sectores sean escuchados.
Esa es la invitación que hace
Tenemos que hablar Colombia con su campaña Diversidad al diálogo, que propicia un punto de encuentro y conexión, incluyente y representativo, para los diversos grupos poblaciones que habitan el territorio.
Este 2021 se cumplieron los primeros 30 años de la Constitución Política de 1991, una carta magna que, debido a su carácter humanista y reivindicativo de los derechos y oportunidades sin discriminación, marcó la entrada del país en una nueva era que reconoce, entre muchos otros aspectos, la diversidad étnica y cultural de los colombianos.
Según la Marca País Colombia, el territorio colombiano está habitado por más de 80 etnias que representan el 3.4 por ciento de la población nacional, y un 10.6 por ciento se reconoce como población afrodescendiente. A estos grupos se suman comunidades gitanas o romanís, los raizales del archipiélago de San Andrés y el resto de la población nacional, producto de un mestizaje de más de siete siglos que hoy tiene mucho que decir y aportar a la construcción del país.
Por eso hoy, después de superar uno de los momentos más difíciles que ha tenido la humanidad en su historia reciente, y ad portas de unas nuevas elecciones presidenciales en el país,
Tenemos que hablar Colombia ofrece una oportunidad para escuchar y propiciar la participación de todos los colombianos desde su pluralidad étnica y territorial, pero también desde su diversidad política, cultural, ideológica o de género para construir una hoja de ruta conjunta que incluya todas las visiones.
Para Santiago Silva Jaramillo, profesor de EAFIT y gerente de esta plataforma, la idea de diversidad tiene como objetivo reconocer, precisamente, estas diferencias fundamentales que se pueden presentar en los territorios y explica que la forma cómo ha surgido la Nación en su trayectoria histórica implica que hay también diferencias dentro de las regiones en la forma en que los colombianos se conciben así mismos.
"La diversidad es fundamental porque es el reflejo de la riqueza humana que puede tener un país. Desde una concepción diversa del mundo, se puede construir una comprensión de la realidad", dice Santiago.
Al hablar de la diversidad, además de las características socio demográficas de la población, se debe pensar en otros atributos como la topografía de los territorios y sus ecosistemas naturales, las distintas lenguas y dialectos que se practican, así como en costumbres cotidianas, música, arquitectura, gastronomía y arte, entre otros aspectos.
En eso coincide Juan Rafael Peláez Arango, profesor de la Escuela de Humanidades EAFIT, quien destaca que la diversidad en los países es un factor decisivo para la construcción de sociedades más incluyentes, democráticas, participativas y pluralistas.
"Colombia es un país único en el mundo que ofrece una riqueza exuberante y una diversidad excepcional por donde quiera que se mire. Nuestra herencia cultural multiétnica y nuestra privilegiada posición geográfica nos ubican sin duda alguna como uno de los países más diversos en el mundo", manifiesta el politólogo.
Esa característica que resalta Juan Rafael sobre Colombia se puede interpretar como una ventaja si se comprende, tal como hace Santiago Silva, que el entendimiento amplio de las diferencias hace que las sociedades diversas tengan mayores expresiones de sociabilidad entre sus habitantes. Esto a la vez plantea retos para superar la exclusión que se presenta frente a algún tipo de diversidad y la dificultad de convivencia que se puede generar.
"En Colombia hay desafío fundamental de reducir la exclusión basada en asuntos de diversidad y construir entornos de sociabilidad donde la convivencia sea la regla que reúna esa diversidad", apunta Santiago.
Desde el punto de vista de Juan Rafael Peláez, el Estado, la academia, la empresa y la sociedad civil se deben propiciar y fomentar diferentes espacios para la participación de ciudadanías diversas que aporten a la construcción de una sociedad más democrática, participativa, plural y pacífica. Por eso valora la creación de plataformas como Tenemos que Hablar Colombia, que sirven como espacios multiplicadores de interlocución donde caben todas las voces.
Colombia diversa
Diversidad biológica y ecosistémica, diferentes culturas, etnias, lenguas, creencias religiosas, ideologías y géneros, entre otros aspectos, convierten a Colombia en un país particularmente rico, lo que potencia la capacidad de encontrar soluciones a las necesidades durante las conversaciones públicas.
Para Juan Sebastián Aristizábal Gómez, jefe del Centro de Análisis Político (CAP) de EAFIT, Colombia es un país diverso, principalmente, por la forma como se distribuye su población en el territorio, lo que plantea potencialidades a la vez de retos para encontrar escenarios comunes entre los 50 millones de habitantes.
Esa mezcla de culturas que se está redescubriendo y valorando desde la Constitución de 1991, apunta el eafitense, es algo que muchas veces no es reconocido, por lo que resulta muy importante escuchar y dar lugar a las distintas voces que habitan los territorios. En ese sentido valora el esfuerzo de Tenemos que Hablar Colombia por tratar de dar cuenta de la diversidad de miradas y sacar la conversación de lugares típicos, como medios de comunicación y redes sociales.
"La plataforma surge como respuesta al descontento que se siente en el país. Por eso hay que incorporar nuevas miradas que valoren la diversidad rural, de género, de los que no son escuchados para que incida en la toma de decisiones en todos los niveles: político, económico y social", concluye Juan Sebastián