Espacios, cultura y bienestar
Saber pedir o brindar ayuda nos une como sociedad
Escuchar, prestar un recurso o hacer un favor cuando se tiene la capacidad, son algunas maneras de brindar ayuda en la cotidianidad.
• Somos una sociedad naturalmente cooperante, construida gracias al trabajo colectivo y el apoyo en el otro, por lo que es normal que, ante determinas situaciones personales o laborales, tengamos que reconocer que necesitamos ayuda. Prestarla o pedirla es beneficioso para nuestra salud mental.
• Se trata de un recurso que nos edifica como humanidad, que crea redes de apoyo, multiplica el potencial de las personas y fortalece aspectos como la solidaridad, la resiliencia o la autoestima. Un grupo de psicólogos de la Universidad nos comparte algunos consejos útiles para el trabajo y la cotidianidad.
Cuando María Paola Aguilar Rojas, editora de la Decanatura de la Escuela de Economía y Finanzas, tiene muchas tareas durante el día, lo primero que hace es organizar y definir lo que es prioritario, contactar con tiempo a las otras personas que están involucradas en estos deberes, y definir las fechas de entrega para tratar de cumplir con los tiempos establecidos.
“Dentro de lo posible trato de resolver lo que me corresponde, pero como soy nueva en la Universidad a veces no conozco muchos de los procesos o a las personas encargadas. Sin embargo, siempre he encontrado apoyo cuando acudo a alguna persona para que me ayude”, expresa.
Como ella, Wendy Morales Duque, analista de Educación Permanente, afirma que conversar con algunos de sus compañeros, tomar una pausa activa, o simplemente sacar un rato para acariciar a su mascota, le ayuda a poner las cosas en perspectiva y definir el orden de su día.
Diego Alejandro Osorio Suárez, coordinador administrativo de Desarrollo Estudiantil, prefiere hablar a tiempo con su jefe inmediato cuando tiene alguna dificultad o siente que no podrá completar alguna de sus asignaciones a tiempo. Y al profe Nicolás Ceballos Bedoya, de Derecho, le gusta hacer una breve llamada a alguien de confianza para “llenarse de buena energía y poder retomar sus labores”.
Como María Paola, Wendy, Diego o Nicolás, muchos eafitenses nos hemos encontrado en situaciones similares en las que hemos buscado o pedido ayuda. Se trata, en palabras de Jonny Javier Orejuela Gómez, jefe del Departamento de Psicología, de una respuesta que no solo es normal, sino también muy humana.
“Porque es humano reconocer que tenemos límites; que no podemos con todo o no respondemos de igual manera en un contexto determinado; que tenemos momentos de altibajos; que no siempre estamos en niveles óptimos de desempeño; y que podemos experimentar períodos transitorios de cansancio, estrés, duelo, conflictos personales, o dificultades en otras facetas de nuestra vida”, señala.
Para Jonny, además, pedir ayuda es un recurso que nos edifica como humanidad, y que nos permite construir redes de apoyo y multiplicar nuestro potencial, reafirmar cualidades, y desarrollar la capacidad de resiliencia.
“De igual manera, ofrecer ayuda frente a determinada situación, cuando tenemos la posibilidad de hacerlo, trae muchos beneficios para la salud mental, pues nos permite fortalecer la autoestima, confirmar esas capacidades o en lo que somos buenos, ser solidarios, y establecer relaciones sanas de interdependencia”.
Y agrega que la especie humana es cooperativa por naturaleza y ha basado su supervivencia, a lo largo de la historia, en la ayuda. “Si hemos llegado al nivel en el que estamos como humanidad es gracias a que trabajamos y pensamos en colectivo, somos flexibles, y nos hemos apoyados los unos en los otros”.
La ayuda como acción cotidiana
Para el docente Jonny Javier hay diversas maneras de pedir o prestar ayuda, y muchas de ellas se desarrollan en lo cotidiano, a través de acciones esenciales cómo escuchar o tener a alguien con quien hablar. “Articular nuestro malestar verbalmente o dejar que el otro se exprese pueden convertirse en herramientas muy poderosas”.
La pregunta activa, la orientación, el consejo oportuno, la palabra de ánimo, prestar un recurso o hacer un favor, son otros elementos que destaca el eafitense como oportunidades para fortalecer la red de apoyo que construimos con amigos, familiares o colegas.
¿Y en el trabajo?
Para Sara Moreno Osorio, coordinadora de Apoyo Psicosocial y Aprendizaje de EAFIT, la carga laboral, las dinámicas propias del trabajo, o los imprevistos y situaciones de emergencia que se presentan a lo largo del día laboral nos pueden llevar muchas veces a pedir ayuda.
Y para responder a esto es importante, según la eafitense, conversar con los jefes o las personas involucradas, hacer acuerdos o ajustes en los tiempos, e identificar que se puede delegar o posponer para otros días, garantizando siempre un equilibrio entre lo personal y lo laboral.
La autoayuda también se vale
Mariantonia Lemos Hoyos, coordinadora de la maestría en Estudios del Comportamiento, nos recuerda que cuando se trata de pedir ayuda, también podemos pedírnoslas a nosotros mismos, y nos comparte algunos tips para afrontar los momentos de estrés:
- Actividad física tres veces a la semana. Aunque sean 10 minutos, esta tiene un gran impacto en el sistema neuronal.
- Los ejercicios de respiración que se han compartido a través del programa de salud mental Alcemos la mano.
- Hacer una actividad placentera que nos desconecte y nos permita descansar el cerebro, como una sopa de letras, un sudoku o adelantar el capítulo de algún libro que estemos leyendo.
- Sacar tiempo para regar las plantas, jugar con los hijos o acariciar la mascota.
- Realizar una actividad a la vez.• Tener un ritual que indique que el día laboral ya acabó, como cambiarse de ropa, darse una ducha, salir a dar un paseo corto, etc.
- Identificar los momentos en los que es necesario pedir ayuda profesional a tiempo para evitar que situaciones de ansiedad, angustia o estrés deriven en patologías.