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El papel fundamental de las universidades en la urgente transición hacia el desarrollo sostenible
En la imagen, los panelistas invitados, quienes hicieron un llamado a las instituciones a asumir el compromiso por la sostenibilidad de manera transversal desde todas sus áreas, así como a incorporar estos valores sin importar su área de conocimiento.
• Como parte de la Semana Sostenible G8 se desarrolló el encuentro virtual sobre el rol que tienen las instituciones de educación superior frente a los retos de un mundo más sustentable.
• Allí participaron Mirian Vilela, directora ejecutiva del Centro de la Carta de la Tierra para la Educación para el Desarrollo Sostenible en Costa Rica; y Marco Rieckmann, profesor de la Universidad de Vechta (Alemania). Moderó Alejandro Álvarez, profesor de la Escuela de Ingeniería.
Al preguntarse la razón por la que es urgente el desarrollo sostenible en el mundo, Mirian Vilela, directora ejecutiva del Centro de la Carta de la Tierra para la Educación para el Desarrollo Sostenible (Costa Rica), sabe que la respuesta está en la situación que ha desatado la pandemia por el covid-19: un modelo económico y una toma de decisiones alejados de la realidad de la Tierra, modelos fragmentados enfocados en el materialismo y una visión limitada a los intereses propios.
Allí es donde esta experta hace un llamado a las instituciones de educación superior para que enfoquen sus procesos hacia un mundo más justo y coherente con los recursos que el medio ambiente tiene para la sociedad. Todo esto fue parte de la conversación entre Mirian y Marco Rieckmann, profesor de la Universidad de Vechta (Alemania), que se presentó el martes 25 de agosto, en desarrollo de la Semana Sostenible G8.
Este evento, que tiene actividades hasta el 28 de agosto a través de redes sociales, está organizado por las universidades EAFIT, de Antioquia, de Medellín, EIA, Nacional sede Medellín, Pontificia Bolivariana, CES y La Salle.
El espacio, que fue moderado por Alejandro Álvarez Vanegas, profesor del Departamento de Ingeniería de Procesos, a través de los canales de YouTube y Facebook Live de la Universidad, reflexionó sobre el papel de la educación frente al desarrollo sostenible, algunas rutas a seguir y los elementos que tienen a disposición para formar en estos temas a los estudiantes, entre otros.
Para Marco, la pandemia también puede ser vista como una oportunidad para seguir trabajando y para motivar a los estudiantes a aplicar competencias orientadas a la práctica. “Los jóvenes serán los políticos, los empresarios y directivos del futuro, lo que nos convierte en los llamados a formarlos desde las instituciones. Sin embargo, eso es algo que puede tardar y necesitamos un cambio ya entre las políticas, la economía y la sociedad en general, así que también hay una responsabilidad de las administraciones de cada país”, indicó el docente.
Agrega que algunos de los elementos claves para entender el desarrollo sostenible se basan en que son justamente los jóvenes quienes reclaman cada vez más la urgencia de crear la transformación hacia una sociedad más sustentable, lo que hace el tema un asunto cada vez más vigente; que se deben tener en cuenta los conceptos de justicia y equidad, así como la capacidad de carga del planeta; y que la sostenibilidad no tiene una ruta correcta o incorrecta, pues en el camino se pueden cometer errores y será importante reconocerlos para continuar.
Sobre el papel de las universidades, Marco considera que más allá de las aulas y de promover un pensamiento sistémico, participativo y crítico en los alumnos, las instituciones están llamadas a asumir el compromiso como un todo incorporando los valores de la sostenibilidad de manera transversal en la investigación, la administración de sus recursos, el gobierno corporativo, y sus vínculos con la región y aliados para reflejar de manera coherente sus propósitos.
Un asunto de toda la humanidad
El camino recorrido por Mirian como docente también le ha propuesto retos para impregnar en sus estudiantes la necesidad de ser parte del cambio sin importar su área del saber o la relevancia superior que le dan ellos a temas de pobreza o seguridad de una región específica.
“Mi preocupación es que siguen siendo los estudiantes de carreras ambientales, de biología o geología los que más muestran interés o preocupación y considero que deben estar incorporados en niños, jóvenes y adultos independientemente del área de formación que tienen. Allí es donde debemos fortalecer capacidades, habilidades, valores, la comprensión del mundo y la forma como podemos tener un impacto con nuestras acciones a corto y largo plazo”, señaló la docente.
Para ello sugiere seguir construyendo sobre el camino de décadas que se ha recorrido en el mundo para apuntar a la sostenibilidad; fortalecer la cooperación; repensar la educación que oriente a la sociedad hacia la sostenibilidad no solo basada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sino también en otras agendas con propósitos que apuntan a la misma finalidad; propiciar espacios de cuestionamientos sobre la visión del mundo y el impacto de las decisiones; abordar desde una visión sistémica, inter y transdisciplinar la formación de los docentes; y articular los procesos de la universidad en su parte operacional y pedagógica.
“Debemos dejar de lado la narrativa de que el éxito de un país se enfoca en el producto interno bruto, o que el de una empresa es la economía, o el de una persona el estatus social y pasar mejor a ver cómo contribuir con un cambio de paradigmas y la visión del mundo para lograr esa conexión con lo que significa ser humano”, agregó Mirian.
Todo esto, concluyeron los expertos, debe ir de la mano de las políticas y acuerdos que hasta ahora se han desarrollado en el mundo para impulsar de manera transversal las acciones que propenden la sustentabilidad, aunque es necesario cerrar la brecha entre lo que ya está documentado y la implementación de esos propósitos. Allí es donde se debe reconocer el motor de la educación como vehículo para entregar el conocimiento y desarrollar competencias que se traducen en mayores aportes.