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23/10/2019

​Actualidad eafitense

Hace 100 años el anhelo de surcar el cielo de Colombia
dejó de ser una utopía


En este enlace pueden conocerse las piezas y ahondar en la historia de estos audaces empresarios que un siglo atrás se embarcaron en este mundo. 
 

• El 26 de septiembre de 1919 se constituyó la Compañía Colombiana de Navegación Aérea y, con esta, los colombianos comenzaron a soñar con la posibilidad de volar. Este 2019 se conmemora el primer siglo de esta hazaña y del nacimiento de la aviación en el país.

• EAFIT se sumó a esta efeméride con una conversación entre el rector Juan Luis Mejía y la historiadora Karim León, quienes hablaron —el martes 22 de octubre— de los antecedentes; los inicios; los pioneros y el legado de la primera empresa nacional, de origen antioqueño, que se aventuró a surcar los cielos.


En un comienzo es difícil imaginar que, desde las empinadas calles de los sectores de San Lucas y Los Balsos, pueda despegar un avión. Pero si por un momento el lector se traslada al 26 de enero de 1913, cuando en lugar de los edificios característicos de esta parte de El Poblado (Medellín) solo estaba la finca La Pradera, entonces se encontraría con una multitud de antioqueños listos para ser testigos de un verdadero hecho histórico: el primer vuelo documentado y fotografiado de la ciudad de Medellín.

George Schmitt sería el encargado de esta hazaña al guiar su biplano Baldwin —que previamente ya había volado en Santa Marta— a través de las montañas del Valle de Aburrá. El piloto canadiense había llegado a la capital antioqueña después de un viaje que, para las condiciones geográficas y de transporte de la época, fue otro hito en sí, pues al traslado del aeroplano en cajas a través de barco por el río Magdalena, también se le sumaron el recorrido en tren desde la estación Cisneros hasta La Quiebra y, finalmente, el camino a lomo de mula hasta Medellín.

Todo esto para que los habitantes de la ciudad, desde El Poblado hasta el barrio La América, pudieran seguir con la mirada la ruta que trazaba el Red Devil (O Diablo Rojo) hasta el municipio de Itagüí, para luego devolverse sobre el sector de Guayabal, sobrevolar el cerro El Volador, y rehacer su camino de vuelta hasta el punto de partida, que curiosamente era una pendiente.

Ese sería, según Karim León Vargas, docente del Departamento de Historia de la Universidad de Antioquia, estudiante del doctorado en Humanidades de EAFIT, e integrante del Grupo de Investigación en Historia Empresarial, tan solo uno de los muchos antecedentes del departamento de Antioquia en su anhelo por surcar los cielos. 

Previamente, el 20 de noviembre de 1875, el mexicano Antonio Guerrero había realizado la primera demostración de un globo aerostático desde la Plaza Mayor de Medellín (Hoy Parque Bolívar); y en 1911 el empresario Gonzalo Mejía ya había soñado con la idea de sobrevolar el territorio nacional y se había aventurado en la idea de crear dos prototipos de deslizadores que, ayudados por las hélices de un avión, pudieran acelerar los viajes a través del río Magdalena.

Incluso en otras partes de Colombia, complementa el rector de EAFIT Juan Luis Mejía Arango, también se habían adelantado esfuerzos por conquistar los aires, como en Bogotá (1911) con los intentos fallidos del francés Paul Miltgen de elevarse sobre la sabana capitalina; o ese mismo año en Barranquilla, cuando el británico William Knox Martin realizó la primera entrega —no oficial— de correo, transportando 164 cartas entre Barranquilla y Puerto Colombia.

Sin embargo, el sueño no comenzaría a materializarse sino hasta 1919, cuando a las manos de Guillermo Echavarría Misas llegó un catálogo de aviones de la casa francesa Henry Farman, pionera en el campo de la aviación y protagonista durante la Primera Guerra Mundial.

El nacimiento de la compañía pionera de Colombia

En su libro De la mula al avión, el mismo empresario recuerda que, al hojear este catálogo, se transportó de inmediato a la época en la que había vivido en Estados Unidos, y en sus trayectos entre Nueva York y Nueva Jersey podía apreciar los ensayos y demostraciones aéreas que se hacían todos los días en Long Island.

“Guillermo le muestra esta idea su papá, Alejandro Echavarría Isaza, y los dos se dan cuenta que había una doble oportunidad, tanto para el transporte de personas como de correo, sobre todo teniendo en cuenta la geografía tan montañosa de Colombia y las pocas vías de comunicación en ese entonces”, expresa el directivo eafitense.

De esta manera, el 26 de septiembre de 1919, en la Notaría Primera de Medellín, se firma el acta de constitución de la Compañía Colombiana de Navegación Aérea (CCNA), a la que se sumaron, además de Alejandro Echavarría y sus hijos, otros socios como Julián Vásquez Correa, Gonzalo Mejía, Pedro Nel Ospina y Gustavo Uribe, entre otros industriales antioqueños.

“El objeto de la sociedad es la explotación del ramo comercial de trasportes aéreos, comunicaciones inalámbricas en todas sus formas y condiciones, y todas las demás operaciones mercantiles que tengan o puedan tener alguna relación con estas clases de actos”, sostiene el documento oficial (Escritura 2448), y para Karim León es una muestra de que, desde este mismo acto de fundación, ya se tenía contemplado todo el campo que querían abarcar.

Ese mismo año se solicitan los primeros cuatro aviones (F40 y F60), así como los pilotos y mecánicos a la casa Farman en Francia, y se realiza la firma de contrato de transporte de correo con el Gobierno de Marco Fidel Suárez.

Del vuelo inaugural del Cartagena al destino final del Barranquilla

Como una muestra de que el progreso estaba tocando por fin a las puertas de Colombia, o como el inicio de una era llena de beneficios y alegrías para el país, así registraron algunos de los diarios nacionales, como El Porvenir, el vuelo inaugural de la Compañía Colombiana de Navegación Aérea, que se realizó en Cartagena el 14 de febrero de 1920.

A bordo del F-40 iban Guillermo Echavarría Misas y la reina del carnaval Tulia Martínez Martelo, conocida como Tulipán I. Y al frente de la aeronave, bautizada como Cartagena, estaba René Bazín, uno de los pilotos franceses que envió la compañía Farman junto a Jacques Jourdanet y Felix Fratoni; y los mecánicos George Goupil, Eugene Georges y Emile Varcin, todos ellos veteranos de la Primera Guerra Mundial.

Más tarde, y en este mismo modelo se realizaría, el 22 de febrero de 1920, el primer viaje oficial de transporte de correos, en el que nuevamente René Bazín, acompañado del empresario Guillermo Echavarría Misas, transportarían cuatro kilos de cartas entre Cartagena y Barranquilla. Este se convertiría, también, en el primer viaje comercial entre dos ciudades del país, y abriría las puertas para que se realizara, ese mismo año, el primer viaje con tiquete pagado, con los empresarios Eduardo de la Espriella y Mario Santo Domingo (Padre).

El 29 de abril de 1920, cuando se registra el primer accidente aéreo de la compañía, que destruye por completo el Cartagena, entran en escena el Santa Marta, y el Medellín, que, a diferencia de su antecesor, podían despegar y aterrizar desde el río Magdalena gracias a los deslizadores que le fueron adaptados. Finalmente, y después de la pérdida de estos dos aviones, llega el Forman F-60 Goliath, bautizado como Barranquilla, y en el que se realiza la ruta Barranquilla-Mompox-Valledupar-Santa Marta-Barranquilla.

Este avión, al que Juan Luis Mejía Arango se refiere como “un monstruo” para la época, tenía capacidad para 14 pasajeros y era el modelo en el que se había realizado el primer vuelo entre París (Francia) y Casablanca (Marruecos). Sin embargo, una falla en los motores obligó a sacar del mercado todas las aeronaves de este tipo, y es ahí cuando se le encomienda al italiano Ferrucio Guicciardi la tarea de realizar el viaje final del Barranquilla hasta la ciudad de Medellín.

La última hazaña del gigante Goliath

24 de julio de 1922. Por las montañas del occidente los medellinenses ven llegar al gigante Goliath, solo que este, a diferencia del de la Biblia, no sacudía la tierra con sus pasos, sino que dominaba la naciente ciudad desde las alturas. Su aterrizaje en el prado de Guayabal, después de una ruta de casi 10 días, con escalas en Cereté, Montería y Cáceres fue celebrado por la multitud.

Su llegada, apunta el Rector, también coincidió con la celebración del Primer Congreso Colombiano de Estudiantes Universitarios, y por eso muchos de ellos aprovecharon para dar un paseo y ser parte de aquella proeza aeronáutica de la región y el país. Entre ellos se encontraba un joven Germán Arciniegas quien, con su cámara Kodak a bordo, aprovechó para sacar las que, hasta ahora, se consideran las primeras fotografías aéreas de Medellín. 

Así lo apunta la historiadora Karim León, quien agrega que entre los meses de julio y noviembre se continuó usando el Goliath para vuelos de entretenimiento, hasta que se decidió dejarlo en tierra definitivamente, culminando con este la historia de la Compañía Colombiana de Navegación Aérea, pionera en el país.

Sin embargo, lejos de percibirse como un fracaso, la CCNA fue una historia de éxito; la primera en transportar correo y personas entre ciudades; que entendió que el río Magdalena también podía ser un aliado para el transporte aéreo; que se aventuró a descubrir rutas áreas y un territorio que, para muchos, seguía siendo inhóspito y desconocido; y, en resumen, una empresa pionera que le mostró a los colombianos que el sueño de volar no era una utopía. En la actualidad, se considera el 26 de septiembre como el Día de la Aviación Civil Colombiana en reconocimiento a este grupo de visionarios que fijaron su mirada en el cielo.


Un siglo de recuerdos que se plasman en EAFIT

Para conmemorar esta efeméride, el martes 22 de octubre, se realizó en EAFIT la conversación 100 años del nacimiento de la aviación comercial: la Compañía Colombiana de Navegación Aérea 1919-1922. Fue un diálogo entre Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT; y la historiadora Karim León Vargas al que asistieron, entre otras personas, la familia del empresario Diego Echavarría Misas, uno de los pioneros de la aviación en Colombia.

De igual manera, en diferentes espacios de la Universidad se realiza la exposición Presencia en el Campus, en el que se exhiben unas 20 piezas que hablan de la historia de la compañía pionera en la aviación en el país.

En esta dirección pueden conocerse las piezas y ahondar en la historia de estos audaces empresarios que un siglo atrás se embarcaron en esta gran empresa:www.eafit.edu.co/aviacion

Última modificación realizada el 23/10/2019 17:58 por Aura Maria Giraldo Murcia