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20/09/2018

​Por las dependencias

Los puntos clave de la gestión de cursos y modalidades


El documento hace aclaraciones metodológicas y procedimentales que orientan el trabajo de los profesores en relación con su labor y el número de estudiantes que hacen parte de las clases. 

• A través de una política, que rige desde junio de este año, la Vicerrectoría de Aprendizaje condensa los puntos más importantes que disponen la programación académica y los tipos de cursos.

• El objetivo es poder dar claridad a los criterios que definen las clases magistrales, dirigidas o de proyectos y así poder optimizar el uso de aulas y recursos académicos. Ver política aquí.


Que las aulas alberguen el número apropiado de estudiantes, que los recursos tecnológicos sean los necesarios para cada tipo de clase y las actividades académicas se desarrollen como fueron estructuradas desde lo pedagógico es lo que, según Carlos Andrés Jaramillo Lasso, jefe de Admisiones y Registro, busca lograr la política pedagógico-administrativa para la gestión de cursos y modalidades, que entró en vigencia desde el 17 de junio. 

De acuerdo con Gabriel Jaime Arango Velásquez, director de Formación Integral, el documento que pone a disposición la Vicerrectoría de Aprendizaje propone ordenar el uso de los recursos intelectuales y la infraestructura física y tecnológica, así como los esfuerzos organizacionales. 

“Además, deja consignadas las directrices y criterios que establecen los tipos de cursos que tenemos en la Universidad y los define como magistral, dirigido o proyecto, de acuerdo con el número de estudiantes que tengan matriculados”, agrega el director. 

Así se entenderá por curso magistral aquel que cuenta con un número mayor o igual a 15 estudiantes en el que el profesor interactúa de manera directa en la totalidad de las horas previstas, bien sea en el aula de clase o a través de redes telemáticas.
 
Dirigido será aquel curso que tiene entre 5 y 14 estudiantes y en el que el docente participa con intervenciones colectivas en la mitad del tiempo y con atención individual en el tiempo restante. 

Por último, el curso proyecto está diseñado para las clases en las que hay hasta cuatro estudiantes y es en el que el docente trabaja de forma individual o grupal, de acuerdo con la demanda de las actividades de investigación formativa requerida. Esta se podrá realizar en las instalaciones de la Universidad o mediante plataformas virtuales y en caso de que se hubiese asignado a un docente de cátedra, el departamento académico deberá hacer un cambio y encargar a uno de planta. 

“Es importante tener en cuenta en que ningún caso, independiente del tipo de curso, se podrá disminuir la intensidad horaria, la calidad, ni la remuneración de los docentes”, apunta Gabriel Jaime. 

Los niveles de los cursos

Si bien estas actividades se realizan de manera tradicional en la Universidad, se consideró necesario actualizar y unir en un solo documento todos los aspectos que, cómo expresa Carlos Jaramillo, permiten armonizar la configuración de las aulas y aprovechar al máximo los recursos que tiene a disposición la Institución, a la vez que los estudiantes se encuentren en las mejores condiciones. 

Así, estas directrices fomentan la interacción creativa entre el profesor y el estudiante, al desarrollo de competencias para el aprendizaje autónomo, la generación de conocimiento mediante acciones de aprendizaje colaborativo y el uso efectivo de fuentes de información. 

En esos términos, la política entrega las definiciones de los niveles de cursos y establece un nivelatorio como una clase diseñada para desarrollar y dotar a los estudiantes de competencias básicas, generales o específicas requeridas para estar en condiciones óptimas de acceso a un aprendizaje deseado. 

El pregrado lo define como el curso que es planificado e implementado para responder de manera pertinente a la complejidad del conocimiento disciplinar, y niveles de exigencia del aprendizaje previstos en los perfiles profesionales y ocupaciones de cada uno de los programas de pregrado; mientras que el posgrado lo denomina en esos términos, incluido el conocimiento científico para estudiantes, y egresados de especializaciones, maestrías y doctorados.  

De otro lado, la materia pre/pos es aquella que puede integrar intereses de estudiantes de pregrado y posgrado, una situación en la que no se deberán separar los alumnos y en la que el docente deberá diferenciar la gradualidad cognitiva que corresponde a cada nivel formativo. 

“Es de resaltar que estos esfuerzos están dirigidos a la optimización de las aulas y espacios de la Universidad, a respetar las estrategias metodológicas y pedagógicas de los cursos que hacen parte de los programas académicos y por eso invitamos a los docentes, jefes de carrera y decanos a tener en cuenta estos lineamientos y a compartirlos con sus pares”, concluye Carlos.
Última modificación realizada el 20/09/2018 11:13 por Aura Maria Giraldo Murcia