Actualidad eafitense
Kratos le puso energía al reto solar en Bélgica
Los integrantes del equipo Kratos EAFIT-Postobón después de la competencia.
• El primer lugar en la prueba de la vuelta más rápida de la carrera y en la de regularidad, el segundo puesto en la presentación técnica a los jueces y la tercera ubicación en la prueba de la chicana conformaron el palmarés que se llevó el equipo Kratos —de EAFIT y Postobón— en el iLumen European Solar Challenge 2018.
• Estos resultados, obtenidos entre el 21 y el 23 de septiembre, le permitieron a la escuadra colombiana consolidarse en el cuarto puesto de la clasificación general de la categoría Cruiser, tras 24 horas de una competencia que dejó rostros cansados y con frío, pero orgullosos por la culminación de un proyecto de dos años.
Cuando se cumplía la hora 22 de la competencia ocurrió algo inesperado: los integrantes del Team Arrow, de Australia, contra el que un carro solar eafitense ya se había enfrentado en el pasado en el país oceánico (en el World Solar Challenge), solicitó, después de haber quedado fuera de competencia por una falla mecánica, que el equipo Kratos remolcara su vehículo en el desfile que estaba programado para el final de la carrera.
Ese reconocimiento de un equipo de gran nombre en las competencias de autos solares fue la muestra de deportividad que selló de la mejor manera una jornada de 24 horas en la que el equipo de eafitenses calculó estratégicamente cada paso, analizó permanentemente datos y pensó soluciones rápidas que, al final, le permitió ubicarse en el cuarto puesto de la categoría Cruiser, del iLumen European Solar Challenge 2018, la competencia de resistencia para vehículos electrosolares que se desarrolla cada dos años en el circuito de Zolder, en Bélgica (que en el pasado acogió la Fórmula 1).
Los resultados para el equipo Kratos EAFIT-Postobón, conformado por 21 estudiantes de pregrado de la Universidad y un director técnico, no podían ser mejores. Las buenas noticias comenzaron la mañana del viernes 21 de septiembre, cuando la escuadra colombiana ocupó el tercer lugar de la prueba de la chicana, una combinación de dos segmentos de recta, una curva de 90 grados a la izquierda y una curva de 90 grados a la derecha que se deben recorrer en el menor tiempo posible, lo que significa exigirle gran rendimiento a los motores y a la estructura física del vehículo.
El mismo viernes, pero en la tarde, la competencia pasó a estar fuera de la pista cuando dos de los integrantes del equipo realizaron una presentación técnica ante todos los jueces del certamen. Allí, los expositores describieron al equipo y a cada una de las innovaciones que llevaron al reto. Las palabras que expresaron los alumnos significaron un segundo lugar entre todos los equipos y más puntos para la clasificación general.
Al siguiente día —sábado 22 de septiembre— comenzó el reto más grande: la carrera de resistencia de 24 horas. A la 1:00 p.m. en Europa (6:00 a.m. en Colombia) comenzaron a girar los autos que, como son electrosolares, no rugen, sino que silban al romper el viento.
El ánimo comenzó alto gracias a los buenos resultados del día anterior y, luego de una salida tipo LeMans (esa en la que el piloto está fuera del vehículo, sobre la recta principal, y cuando la dirección de carrera da una señal este debe correr al carro, sentarse, ajustase adecuadamente los cinturones de seguridad y emprender la marcha), la tarea de las primeras horas se enfocó en recibir la mayor cantidad de datos desde el vehículo para analizar el comportamiento de todos los sistemas y comenzar a trazar la estrategia de carrera.
Pero faltaba un ingrediente importante, el clima. Al complejo reto de hacer funcionar un carro con energía solar y dos cargas de batería, se le agregó una alta nubosidad que llevó lluvia al circuito y bajó la temperatura a 10 grados centígrados. Sin embargo, el equipo colombiano supo sobreponerse a este y otros retos hasta el punto en el que, en la madrugada del domingo, aprovechando una corta tregua de la lluvia, se decidieron por configurar el carro para marcar vueltas rápidas hasta que lograron el registro de 3 minutos, 20 segundos y 22 milésimas, el mejor de toda la carrera.
Minutos después, lograron otra marca en la categoría Cruiser (carros más parecidos a los comerciales que además del piloto llevan por lo menos a un pasajero) ser el equipo con mejor regularidad, es decir, lograron hacer cinco vueltas casi idénticas en tiempo y con alta eficiencia en el consumo de energía.
Lo que Kratos hizo diferente
Después de esas 24 horas de tensión, de sufrir por la baja visibilidad y el frío, de tener que solicitar la grúa una vez para remolcar el carro cuando se descargó sobre la pista, de tener que esperar más de lo presupuestado para recargar las baterías y de luchar permanente contra el cansancio, finalizó la competencia en medio de los aplausos de los asistentes y la bandera a cuadros ondeando en la recta principal. A partir de ese momento, la atención de todos se centró en los cálculos de los puntos adquiridos en los seis retos de la competencia y que, finalmente, le permitieron a Kratos consolidarse en el cuarto puesto de su categoría.
La excelente preparación que los estudiantes encargados de la estructura y la electrónica realizaron produjeron los buenos resultados en pista. Además, las innovaciones que introdujeron antes de llegar a Bélgica permitieron otro de los buenos resultados.
Lo primero que Kratos hizo diferente fue usar un material poco convencional que además de ajustarse a las necesidades estructurales del piso del carro estimula el reciclaje de cajas de tetrapack.
“Mucha gente piensa que en tetrapack no se puede reciclar y no se puede tratar. Nosotros, con ayuda de Postobón, introdujimos una innovación técnica y social al piso de nuestro vehículo al crear una placa de material a partir de aproximadamente 8000 cajitas de jugo”, amplió David Castro Fandiño, estudiante de Ingeniería de Diseño de Producto de EAFIT, capitán del equipo y líder del subsistema de carrocería.
De otro lado, el equipo presentó un sistema de telemetría que nació en otro de los proyectos del Programa Kratos: el microsatélite (Can Sat) que subió a la estratosfera en abril de 2018 como parte de la competencia Global Space Balloon Challenge.
El desarrollo tecnológico en telemetría de ese reto inicial se adaptó a la competencia solar y le permitió al equipo recibir datos importantes sobre el desempeño de todas las partes del vehículo durante toda la competencia a través de señales de radio que se recibían desde un punto central.
“Muchos de los equipos que están participando con nosotros tienen una telemetría de muy corto alcance. Incluso algunos solo pueden recibir datos cuando el carro pasa muy cerca de pits. Nosotros podemos hacer buena captura de datos desde cualquier punto de la pista gracias a una tecnología innovadora que además se usó en un proyecto aeroespacial”, explicó Juan Camilo Ramírez Arango, estudiante de Ingeniería Mecánica de la Universidad y líder de electrónica en el equipo.
Lo que aprendieron los estudiantes
Al final de una semana intensa de trabajo fuera del país lo que más se llevan los 21 estudiantes de pregrado de EAFIT —aparte de los que se quedaron en Colombia y participaron de la iniciativa— es la gran experiencia de aprendizaje que implica la participación en un proyecto de tal envergadura.
“Lo que más destaco de este proceso fue haber aprendido a trabajar con personas de otras carreras, otras costumbres y otras formaciones. También valoro que gracias a esto aprendimos a enfrentar retos”, anotó Susana Muñoz Amaya, estudiante de Negocios Internacionales y líder de logística del equipo.
“Este proyecto fue una oportunidad única que no tienes todos los días y además me ha permitido trabajar en equipos con diferentes personas en diferentes roles”, agregó Emily Zuluaga Osorio, estudiante de los pregrados en Administración de Negocios y en Contaduría Pública, y piloto del vehículo.
Justamente ese tipo de vivencias son con las que EAFIT quiere formar a los profesionales que se enfrentarán a los desafíos del mañana.
“Kratos es una alianza entre la Universidad y la empresa privada (Postobón) para potencializar la educación y es impresionante ver que estamos presentes en donde se está, dando la innovación en el mundo”, aseguró Alejandro Arias Salazar, jefe del pregrado en Mercadeo de la Universidad EAFIT y director de Mercadeo del Programa Kratos.
Entre lágrimas y sonrisas de satisfacción terminó el reto solar europeo que, en últimas, se convirtió en las mejores 24 horas de experiencia de aprendizaje universitario para este grupo de estudiantes y profesores de la Institución, auspiciados por Postobón.