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23/02/2018

​Por las dependencias

El universo lingüístico colombiano, principal transmisor de cultura 


universo-linguistico-sec1500.jpgEl 21 de febrero se conmemoró el Día Nacional de las Lenguas Nativas y el Día Internacional de la Lengua Materna. En Colombia, cerca de 850 mil personas hablan 68 lenguas originarias. 

• Profesores y hablantes de idiomas originarios se reunieron el jueves 22 de febrero en un conversatorio para hablar de las lenguas nativas del país, en un conversatorio que se hizo a las 2:00 p.m.

• Actualmente, 68 lenguas nativas de Colombia son consideradas patrimonio inmaterial del país, pero los especialistas señalan que faltan mejores acciones para salvaguardarlas.


Se estima que en Colombia se han extinto, desde la época de la colonia española, 44 lenguas nativas. En conversiones recurrentes entre lingüistas y estudiosos de la lengua se suele comentar que cada que un idioma desaparece, muere con este toda una cultura y su forma de entender el mundo. 

Y este es uno de los temas que fueron abordados en el conversatorio El universo lingüístico colombiano, que se realizó el jueves 22 de febrero, a las 2:00 p.m. en el auditorio 27-101 de EAFIT.

Según el más reciente diagnóstico lingüístico del Ministerio de Cultura, alrededor de 68 lenguas originarias reconocidas se hablan en los distintos departamentos, ciudades y en lo más profundo de la geografía colombiana. Un total de 65 pertenecen a etnias indígenas, dos a los raizales y criollos del Archipiélago de San Andrés y San Basilio de Palenque, más la lengua romaní del pueblo gitano.

“Este es un debate que no se ha dado fuerte en el país, que es la importancia de los idiomas nativos de Colombia. Hay que valorar esas lenguas, muchas de las cuales están en grave riesgo. Se dice que cerca de 35 pueblos están en peligro de extinción. Aquí muere toda una manera de entender la vida, la muerte, la relación con la naturaleza, con el cosmos. La lengua es el principal vehículo transmisor de cultura”, señala Juan Gonzalo Betancur Betancur, jefe del pregrado en Comunicación Social de EAFIT y especialista en estudios humanísticos.

Algunas de estas lenguas actualmente cuentan con gran vitalidad por la cantidad numerosa de hablantes y por su transmisión a nuevas generaciones. Sin embargo, otras lenguas nativas están moribundas. Es el caso de las lenguas indígenas tinigua, carijona, totoro y pisamira, algunas de estas con tan pocos hablantes que podrían contarse con los dedos de las manos.

“En muchas partes de la geografía, la realidad de nuestras lenguas es que hay mucha influencia de la lengua castellana, de la cultura mayoritaria que no les da importancia a las lenguas originarias. Hay una crisis interna, y lo que está pasando en los pueblos originarios es que ellos ven que la manera de sobrevivir, no es aprendiendo la propia lengua, sino aprendiendo la castellana. También hay un problema externo, por parte del Ministerio de Educación, de las gobernaciones que tampoco tienen interés por salvaguardar las lenguas y que la cultura pueda permanecer”, expresa Abadio Green Stocel, coordinador del Programa de Educación Indígena en la Universidad de Antioquia y uno de los ponentes en el conversatorio. 

La diversidad lingüística en Colombia, la tercera más grande de Latinoamérica después de México y Brasil, es resultado de los procesos históricos de mestizaje, esclavitud y migración desde la colonización hasta nuestros días. Por esto, el reconocimiento de las lenguas por parte del Estado, la sociedad y la academia puede permitir un mayor conocimiento de las tradiciones lingüísticas del país y conservar, así mismo, la memoria de los pueblos originarios.

“Dado que nosotros estamos en una especie de diáspora, justamente uno de los elementos para resistir, por permanecer tanto tiempo por fuera del territorio, es a través de la lengua. Esto se ha convertido como en un punto de encuentro. Los espacios de la academia también nos permiten construir comunidad”, cuenta Sedney Suárez Gordon, profesor de creole y coordinador de The Roots Project (colectivo de estudiantes raizales e isleños que viven en Medellín) y participante del conversatorio.

Precisamente, una de estos hablantes raizales es Shanelle Roca, estudiante de cuarto semestre de Ciencias Políticas de EAFIT. Desde ese colectivo de estudiantes busca rescatar las raíces del pueblo creole y proteger su lengua nativa. “Hablar del creole es hablar de nuestra cultura, de lo que hemos sido a través del tiempo. Nuestro pasado está a una lengua de distancia y, a veces, es difícil pensar de otra manera. Una lengua va más allá de una serie de reglas gramaticales o un vocabulario, es toda una acumulación de historia. Es una cosmovisión, es entender el mundo desde esta perspectiva”, expresa la raizal.
Última modificación realizada el 23/02/2018 10:32 por Aura Maria Giraldo Murcia