Espacios, cultura y bienestar
Aves de madera, palabras y color emprenden vuelo en EAFIT
La artista Patricia Rodríguez (en la imagen) lleva 38 años trabajando la madera y la escultura, inspirada por el trabajo de su abuelo. Foto Róbinson Henao.
• La exposición Del vuelo a la poesía: las aves y su poética, de la talladora y escultora Patricia Rodríguez, se inaugura este martes 14 de agosto a las 6:30 p.m. en el Centro de Artes de EAFIT.
• En la muestra, que organiza Extensión Cultural de la Universidad, se reúnen más de 100 figuras de aves de todo el mundo talladas en madera e instaladas en espacios de corte urbano.
Observar por la ventana de su casa y ver a los pájaros reposando sobre los cables del alumbrado público mientras el frondoso árbol de mango permanecía solitario, a pocos metros de los animales, inspiró a Patricia Rodríguez, escultora y talladora, a elaborar en madera más de 100 figuras de aves de todo el mundo, las cuales podrán avistarse en el Centro de Artes de EAFIT desde este martes 14 de agosto en la exhibición Del vuelo a la poesía: las aves y su poética.
La artista lleva 38 años trabajando la madera y la escultura, tiempo durante el que ha explorado propuestas abstractas y figurativas, casi siempre muy ligadas a figuras de árboles y aves. En su trabajo se nota la preocupación por los detalles, y en sus formas y colores no se vislumbran elementos arbitrarios. Todo obedece a un meticuloso proceso de investigación.
En palabras de Sol Astrid Giraldo Escobar, curadora de la exposición, "Patricia tiene, desde hace un tiempo, una mirada más ecologista y figurativa. Sus investigaciones le han permitido crear un lenguaje basado en si el plumaje de un ave es rojo o tiene la cola de cierta forma. Cada detalle adquiere un valor, pues es resultado de un proceso investigativo de seis años, una búsqueda, formal y estética, del color y del aspecto simbólico. Para hacer estas aves buscó hasta encontrar un misterio y un lenguaje".
Y es que el interés de Patricia pasa por homenajear las formas, antes ocultas en trozos de cedro rojo o ceiba tolua, y los colores característicos de diversas especies del globo, luego de un estudio detallado no solo de las posibilidades cromáticas sino de la relación de cada tonalidad con las costumbres y formas de vida de los animales.
La talladora recuerda sus dos años y medio de estudio en la Universidad Nacional: “Allí vi clase de color con Hugo Zapata, escultor. Esa materia me encantó y, cuando empecé a darle color a las aves, me interesé en una búsqueda más allá de su tamaño y otros asuntos morfológicos. Encontré una relación muy fuerte entre los colores y los hábitos de alimentación, hábitat, comportamiento y costumbres".
En esta exposición, que será inaugurada a las 6:30 p.m. de este jueves, se aprovechan los espacios de corte urbano e industrial del Centro de Artes de EAFIT, para instalar un escenario en el que las aves aparecen en lugares más cercanos a nosotros: en los cables de la luz y otros sitios de la ciudad.
El montaje es organizado por Extensión Cultural de la Universidad y según Juan Antonio Agudelo Vásquez, coordinador de esa dependencia, este “se relaciona mucho con lo urbano, porque la artista no presenta a los pájaros de una manera idílica, en sus espacios naturales, sino en un trasfondo de ciudad. Su obra gira entre lo artesanal y lo escultórico, pues es de una laboriosidad tremenda. Cada figura se inspira en las aves del planeta, en el peligro de su extinción, en la belleza misma de las especies de los diferentes continentes”.
Palabras y figuras
El nombre de la muestra, Del vuelo a la poesía: las aves y su poética, surge también de la necesidad de resaltar la delicadeza en la elaboración de cada pieza; mostrar la conexión entre lo efímero y lo pequeño, y hacer visible la belleza de colores y formas, en relación con la existencia misma. Todo ello, partir de referencias poéticas de escritores representativos del mundo.
En este interés por profundizar en la parte poética y explorar el alma de los pájaros, y su relación metafórica con la libertad, Patricia Rodríguez contó con el apoyo de la poeta Lucía Estrada, a quién considera una mujer con la sensibilidad y el conocimiento suficiente para guiarla en sus exploraciones no solo desde la imagen sino también de la palabra.
Ambas se conocieron hace varios años y cuando decidió iniciar este proyecto la escultora le contó a la poeta que quería profundizar la parte poética. “Le gustó mi trabajo y ofreció buscar cinco poemas representativos de cada continente. Pero, como no encontramos en Australia, escogimos dos de Pablo Neruda, poeta chileno que se refiere divinamente a las aves", dice Patricia.
El poeta se despide de los pájaros y El vuelo fueron dos de las piezas seleccionadas para terminar de cerrar esta triada de aproximaciones artísticas a la figura del ave. De esta manera, con palabra, color y forma, Patricia Rodríguez sigue adelante con su apuesta por el arte, por buscar el movimiento oculto en la rigidez de los troncos caídos o cortados, un deseo que se agazapó en su corazón desde los 10 años, y esperó pacientemente a que ella trajinara por otros caminos de la creación.
"Mi abuelo tallaba por hobby. Trabajaba únicamente con una navaja, porque en esa época no se conseguían herramientas. Él murió cuando yo tenía 10 años, pero me tocó verlo tallar. Yo seguí estudiando cerámica, artes plásticas y dibujo, pero nunca talla. Sin embargo, con el tiempo, fui consciente de mi gusto por esta última y empecé a estudiar por mi cuenta a los grandes talladores".
Queda abierta entonces la invitación a deleitarse con estos seres leves y diminutos, inmortalizados en la madera de árboles centenarios y vestidos de color a través del óleo y las palabras.
“Jilgueros amarillos, tordos negros, oscuros cormoranes pescadores o metálicos mirlos, ruiseñores, vibrantes colibríes, codornices, águilas inherentes a los montes de Chile, loicas de pecho puro y sanguinario, cóndores iracundos y zorzales, peucos inmóviles, colgados del cielo, diucas que me educaron con su trino, pájaros de la miel y del forraje, del terciopelo azul o la blancura, pájaros por la espuma coronados o simplemente vestidos de arena, pájaros pensativos que interrogan la tierra y picotean su secreto”, cantó alguna vez Neruda, en palabras recogidas hoy por Patricia Rodríguez.