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La maestra Blanca Uribe es una colombiana ejemplar
El miércoles 8 de marzo, en una ceremonia en el Museo de Arte Moderno de Medellín, la maestra Blanca Uribe (derecha) fue destacada -junto a 16 personas e instituciones- con el Premio El Colombiano Ejemplar, que entregó el diario El Colombiano. A su lado Martha Ortiz, directora de este periódico.
• La pianista, profesora emérita de EAFIT, recibió, el miércoles 8 de marzo, el Premio El Colombiano Ejemplar, que reconoce a los líderes más destacados del país.
• Su larga trayectoria artística en la música clásica nacional es un legado a las nuevas generaciones. El reconocimiento lo otorgó el diario El Colombiano.
Son 70 años de aplausos. Los más recientes la noche de este miércoles, 8 de marzo, con el premio de El Colombiano Ejemplar en la mano y rodeada de personas que, igual que ella, tienen un compromiso con el país y se esmeran por cumplir sus sueños y los de los demás. Son siete décadas dedicada a la música, en las que la mayoría de las veces se le ha visto a la maestra Blanca Uribe Espitia frente a un piano.
Esa dedicación le fue reconocida a la docente del Departamento de Música de EAFIT, y a la vez profesora emérita de la Universidad, en la categoría Cultura, de la edición 2017, con el galardón que entrega el periódico El Colombiano cada año. La maestra -dice- lo recibe como un honor, como un aprecio a casi toda su vida dedicada a la música y a su intención de dejar siempre el nombre del país bien representado. También es para ella un mensaje a todos sus estudiantes para que noten que, aunque la música puede tener un mundo laboral difícil, también hay esperanzas de reconocimiento como en este caso.
Gracias a su disciplina, la maestra Blanca es reconocida como una de las mejores pianistas de Colombia, con amplia trayectoria y aplaudida en los principales teatros del país por sus recitales de la serie completa de las sonatas de Beethoven en la década de los setenta.
Nació en Bogotá hace 76 años y desde muy joven su talento para la interpretación del piano la llevó a los principales concursos de música clásica en el mundo y a ser embajadora de la cultura musical colombiana. Actualmente su legado es una gran influencia para la nueva generación de músicos del país.
“Me encanta enseñar. No sé si tiene que ver con el hecho de que tuve mucha suerte, muy buenos maestros en las distintas etapas de mi vida. Todos me dieron algo. Me encanta resolver problemas técnicos que yo tenía, ¿cómo hago esto mejor para poder hacer la música como la quiero hacer? Eso me ha encantado. Entonces con mis estudiantes es una maravilla, porque ensayamos formas de hacerlo. Es una delicia ver la sonrisa de ellos cuando algo les funciona”, expresa la maestra.
La historia de Blanca Uribe con EAFIT comienza hace 12 años. En 2003, mientras vivía en Nueva York (Estados Unidos) donde trabajaba como docente de música, recibió una invitación para dictar un curso en la Universidad. Dos años después de la experiencia y, finalmente con el deseo de regresar a Colombia, se integró como profesora de planta y se dedicó a la enseñanza del piano a alumnos de pregrado y maestría, en un regreso en el que tuvo mucha influencia la maestra Cecilia Espinosa Arango, directora de la Orquesta Sinfónica EAFIT.
“En el año 1969 tuve la oportunidad de hacer audición en el Vassar College, que tenía mucho prestigio, con un excelente departamento de música. Me dieron el puesto. Me gustó mucho la calidad de los alumnos, de un nivel intelectual altísimo. Además, me apoyaron para que yo pudiera seguir viajando, tenían un programa de año sabático extraordinario donde había que pedir permiso. Por eso pude seguir con mis conciertos y estar en Colombia por meses. Me quedé allá (Estados Unidos) muy feliz 36 años”, expresa la pianista.
Según cuenta la maestra Blanca, la pasión por la música le despertó desde muy niña, influenciada por la familia en la que creció. De su abuela, su primera maestra, heredó el gusto por el piano y de su padre, Gabriel Uribe, quien fuese un destacado flautista en los años cincuenta, el amor por la música que desde entonces transmite en cada recital.
“En casa de herrero, azadón de palo, en mi casa no había piano. Pero mi tía tenía uno, yo iba mucho a donde ella. Y cuándo la familia Uribe se reunía allí, como todos eran músicos, siempre tocaban. Mi papá, la flauta y mis tías el violín. Pero yo me iba a parar al lado del piano. Tendría unos cinco o seis años y siempre que veía uno en una casa, era como un imán. Me gustaba oírlo, hacerlo sonar”, recuerda.
Trayectoria y docencia
A sus 11 años, en 1951, la maestra Blanca Uribe tuvo su primera gran experiencia tocando como invitada en la Orquesta Sinfónica de Colombia. Tiempo después, con la experiencia ganada en Europa y los Estados Unidos, esta concertista y recitalista ha sido protagonista en los escenarios más importantes de la música clásica.
Su formación, recibida de famosos pianistas de Viena (Austria) como Richard Hauser, y de músicos del Julliard School of Music de Nueva York (Estados Unidos), donde realizó sus estudios de posgrado, la han llevado a dictar clases maestras en distintas academias del mundo. Ha sido ganadora de concursos y recibido premios como Beethoven de Viena, Chopin de Varsovia (Polonia) y Orense (España), por sus interpretaciones en el piano.
Como parte de su producción musical, las grabaciones de la Suite Iberia de Albéniz, las Danzas Fantásticas de Turina, y el primer concierto para piano y orquesta del compositor norteamericano Richard Wilson han sido muy elogiadas por la crítica. Así mismo, sus más recientes grabaciones de las Sonatas de Beethoven y de las obras de compositores colombianos como Emilio Murillo y Antonio María Valencia.
Gracias a su larga trayectoria musical, en 2013, la maestra se convirtió en la primera profesora emérita en la historiad de EAFIT. Esta distinción, entregada por el rector Juan Luis Mejía, es un reconocimiento a la excelencia docente y destaca la contribución al progreso académico y al prestigio de la Universidad.
“También es maravilloso ver la cantidad de jóvenes con ganas de ser músicos. Cuando digo que volver a mi país a enseñar es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, es porque la manera como me responden esos jóvenes -lo disciplinados, lo constantes que son- ha sido muy satisfactorio”.