Una educación con sentido es la propuesta del nuevo Centro de Integridad
Durante tres diferentes momentos del semestre, Monserrat Ordóñez, analista del Centro de Integridad, visita algunas de las aulas de clase para coordinar un espacio de reflexión y análisis sobre el lugar de la integridad en la cultura y la formación.
• Después de seis años de Atreverse a Pensar, este programa evoluciona al nuevo Centro de Integridad, una unidad que se convierte en un punto de encuentro para fomentar la educación con sentido.
• Adela Cortina Orts, filósofa española y ganadora del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos 2007, será la conferencista en la inauguración del Centro, el jueves 23 de febrero, en el Auditorio Fundadores, a las 10:00 a.m.
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La integridad es una construcción constante y un trabajo continuo que, en EAFIT, es jalonado por líderes y visionarios alineados con el objetivo institucional de entregarle al país profesionales integrales que contribuyan con el progreso del país.
En ese sentido, Atreverse a Pensar dejó lista la carta de navegación y, ahora, un nuevo camino de posibilidades, oportunidades y estrategias se vislumbra en el horizonte del Centro de Integridad, una nueva unidad de la Institución que será inaugurada el próximo jueves 23 de febrero, en el Auditorio Fundadores, a las 10:00 a.m.
Adela Cortina Orts, filósofa española, ganadora del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos 2007, y catedrática de ética de la Universidad de Valencia (España), será la conferencista central en la inauguración del Centro, en un acto en que también se presentará el libro conmemorativo sobre el recorrido, impacto y aprendizajes de Atreverse a Pensar.
“Este libro, además de sistematizar todos estos años de trabajo, también nos ayuda a unificar nuestro discurso sobre la integridad, nos permite mirar lo que hemos hecho en este tema, y nos motiva a seguir sembrando y construyendo”, dice Nathalia Franco Pérez, jefa de esta unidad.
El nuevo Centro de Integridad está estructurado en tres ejes de trabajo: educación, investigación y proyección social. Estas líneas de acción también irán de la mano del concepto de cocreación, que fue vital durante los orígenes de Atreverse a Pensar, en la fundación de esta unidad, y en las estrategias y desafíos que se emprenderán en el futuro con los diferentes actores de la comunidad universitaria.
“Queremos que este Centro sea un punto de llegada y de partida para reflexionar sobre la integridad, pero tenemos claro que no podemos ser, únicamente, un centro de pensamiento, sino también acompañar a los estudiantes y a los profesores para que el ejercicio académico sea abordado con pasión, compromiso y, por supuesto, con integridad”, comenta Nathalia.
Y agrega que el Centro de Integridad no funcionará como un ente que sanciona, sino como un espacio abierto a escuchar a los eafitenses, a cocrear con ellos, y a construir mejores prácticas, pues uno de los mayores objetivos es que este se convierta en un punto de encuentro para fomentar la educación con sentido y generar procesos edificantes que contribuyan a la formación integral de los estudiantes, de los profesores y de toda la comunidad.
Un proyecto que evolucionó
Primero fue un proyecto, luego un programa institucional y hoy, después de seis años, el Centro de Integridad de EAFIT se consolida como un espacio para investigar, debatir y reflexionar en torno a los temas de ética e integridad en la vida académica y en la sociedad.
Esta nueva unidad se apoyó en los más de seis años de trayectoria de Atreverse a Pensar, en sus experiencias con los 10.600 estudiantes que han participado en sus talleres, y las cerca de 110 instituciones públicas y privadas que fueron impactadas por sus conferencias y actividades.
“El Centro de Integridad es una evolución del programa Atrever a Pensar. En 2012 habíamos contemplado la opción de crear una oficina de integridad tomando como modelo algunas instituciones pares en el mundo. Sin embargo, nos dimos cuenta de que debíamos madurar algunos de nuestros procesos. Hoy, después de seis años y seis fases comunicacionales, sentimos que este es el momento preciso para crearlo”, explica Nathalia Franco.
Para Nathalia, sin Atreverse a Pensar no existiría el Centro de Integridad de EAFIT. Esta afirmación está sustentada en el hecho de que, a través de este programa institucional, pudieron abordar aspectos éticos y académicos que no habían sido tratados hasta el momento, desde lo comunicacional, lo educativo y lo investigativo.
A esta apuesta de la Universidad, que comenzó a operar en 2011 y sentó los fundamentos para la creación del Centro, se le sumó el aval de las directivas eafitenses, que en el mes de julio de 2015, dio vía libre a Nathalia y a sus colaboradores, (cinco estudiantes y egresados eafitenses que habían sido muy cercanos al programa) para llevar la propuesta un paso más allá.
De esta manera, esta dependencia es el resultado de un trabajo arduo, de compromiso y de constancia, que hoy se ven reflejados en una misión, visión, objetivos y ejes estratégicos, y en un sólido grupo primario conformado por la Dirección de Formación Integral, la Secretaría General, el Laboratorio para la Innovación y el Aprendizaje, el Departamento de Desarrollo Estudiantil, dos estudiantes y dos profesores.
En 2016, Nathalia Franco Pérez llegó de Europa con la maleta llena de ideas y el firme propósito de seguir liderando los temas de integridad, ética y cultura ciudadana. Su gestión en EAFIT había estado marcada por esta consigna durante los últimos años, pero ahora, una vez finalizada su maestría en Ética y Democracia, en la Universidad de Valencia, en España, regresó con nuevos retos y desafíos. “Podría decir que se me juntó la vocación con el trabajo, y eso es un verdadero regalo. Estoy dedicada a temas en los que creo profundamente; así mismo, soy consciente de la complejidad que entrañan”, manifiesta la jefa del Centro de Integridad, quien además agrega que la creación de su unidad se debe a un voto de confianza de las directivas institucionales.
A ella la acompaña Monserrat Ordóñez Echeverri, quien, en 2013, como parte de las Jornadas de Psicología, presentó su ponencia sobre responsabilidad social empresarial, pues, desde su época de estudiante, esta eafitense ha manifestado su interés por los temas relacionados con la integridad y la construcción del ser humano.
Después de la conferencia ambas establecieron contacto y emprendieron un camino que hoy le da vida al nuevo Centro. En un inicio Monserrat fue monitora de Atreverse a Pensar, y hoy es la analista del Centro de Integridad de EAFIT, lo que la convierte en testigo y parte de la construcción de esta unidad, de su filosofía, y de sus estrategias.
“Estoy aquí porque creo en la apuesta de la Universidad y porque este es un tema que me toca profundamente, me hace reflexionar y me motiva a seguir creciendo como ser humano y como profesional”, expresa la eafitense. Nathalia destaca la receptividad de los docentes y las otras unidades administrativas, quienes, de entrada, valoraron la continuidad de su labor, ahora oficializada a través de un Centro.
Así mismo, destaca los nombres de algunos egresados como Monserrat Ordóñez Echeverri, de Psicología; Sebastián Montoya Isaza, de Ingeniería Física, y Juan Rafael Peláez Arango, María Claudia Vélez Crismatt, y Lorena Ramos Molano, de Ciencias Políticas. Así como a los estudiantes Jeffrey Winchell Simpson, de Derecho y Negocios Internacionales; y María Andrea González Gutiérrez, de Administración de Negocios y Ciencias Políticas, quienes han sido muy cercanos al proyecto y han participado en diversos momentos, desde sus orígenes hasta su consolidación. |