La biodiversidad y el potencial hídrico son parte de la riqueza natural de Colombia, que busca tener un desarrollo sostenible. La imagen corresponde al panel Acciones para una paz sostenible en la que participó el rector Juan Luis Mejía.
• Con la participación de la Universidad, a través de diversas dependencias, se desarrolla en Medellín el Foro Ciudades Bajas en Carbono, que culmina este miércoles 12 de octubre.
• En el evento se habla del papel de la academia y de las instituciones públicas para crear ciudades y regiones sostenibles. Varios docentes y directivos de la Institución intervienen.
La discusión sobre la paz, el fin del conflicto armado y el desarrollo sostenible de los territorios, en relación con el medio ambiente, es uno de los temas del Primer Foro Mundial de Ciudades Bajas en Carbono, que se realiza desde el lunes 10 de octubre en Medellín, y termina este miércoles 12, con el apoyo académico de EAFIT.
El auditorio del Museo Casa de la Memoria, en la primera jornada del evento, sirvió como escenario del panel Acciones para una paz sostenible, en el que se escucharon las voces del rector Juan Luis Mejía Arango; Claudia López Hernández, senadora de la República por el Partido Verde; y Pedro Vicente Obando, alcalde de Pasto, quienes compartieron su punto de vista sobre la sostenibilidad ambiental y el desarrollo de los territorios.
“El desarrollo es un concepto mutante, que ha cambiado en el tiempo. Ahora la humanidad dice que el desarrollo debe ser sostenible y debe incorporar variables como la lucha contra la pobreza. El concepto indica vivir en paz y esto sin instituciones fuertes no es posible. Este momento es crucial para incorporarle a la paz el concepto de sostenibilidad”, expresó el Rector de EAFIT.
La discusión sobre la relación de la paz con el medio ambiente se da en torno del actual contexto de los Acuerdos, luego de los resultados del plebiscito. En el posible escenario de posconflicto, señalaron los panelistas, la preservación del medio ambiente juega un papel fundamental para el crecimiento y desarrollo del país.
“El gran desafío de esta generación es construir ciudadanía, Estado y mercado en esos territorios donde no han existido las instituciones. Las diferentes causas del conflicto se dan por las formas cómo se genera riqueza. Una de estas es sacar renta de la tierra, como la explotación de los recursos bioenergéticos. Ninguna de esas formas es sostenible con el medio ambiente”, afirmó Claudia López.
La preocupación por generar mejores políticas ambientales surge luego de la pasada conferencia del cambio climático en París, en la que 195 países aprobaron el acuerdo final para la reducción de emisiones contaminantes y limitar el aumento de la temperatura por debajo de dos grados centígrados. El COP21, como es conocido el documento, es el primer acuerdo donde naciones ricas y países en desarrollo se comprometen a una industria baja en carbono.
Dentro de este panorama, Medellín es actualmente una de las ciudades del país con el aire más contaminado. Las altas emisiones de partículas contaminantes, comparables con ciudades como Pekín o Ciudad de México, encendieron las alarmas el primer trimestre de este año y originaron medidas urgentes como la regulación del tráfico vehicular.
Por este tipo de problemáticas ambientales, la ciudadanía se ha agrupado en colectivos que buscan soluciones para preservar la calidad de los ecosistemas y la biodiversidad en las distintas regiones del país. Precisamente, los mayores desafíos en todo el territorio colombiano se dan por la falta de políticas públicas que protejan el medio ambiente.
“El área rural es la más abandonada y es la que más necesita de la paz. Tenemos que incentivar a volver los ojos al campo, y no es solamente en la agricultura, es desde luego en la educación. Desde allí debemos buscar cerrar las brechas sociales”, manifestó Pedro Vicente Obando, alcalde de Pasto. “Desde el sur podemos apoyar esa construcción de paz que soñamos. Hay proyectos educativos y en la producción agrícola tenemos 1.100 terrazas en las que cultivamos hortalizas, y son, precisamente, cultivadas por víctimas del conflicto”, dijo.
El crecimiento descontrolado de la frontera agrícola, la falta de un ordenamiento territorial donde coincidan el uso apropiado del suelo y el subsuelo, la deforestación, la minería ilegal y la explotación de recursos naturales son prácticas que han devastado grandes territorios. En Antioquia esto se ve reflejado en subregiones como el Bajo Cauca y el Nordeste.
“La gran riqueza de este país es estar ubicado en el trópico con sus distintos pisos térmicos. Eso es un don que los colombianos no hemos sabido aprovechar. La paz es la oportunidad inmensa para reflexionar sobre la verdadera riqueza del país, y desde la academia podemos buscar formas amigables de explotar esta naturaleza. Las universidades colombianas no nos hemos dedicado a generar riqueza en el agro”, manifestó Juan Luis Mejía.
Durante tres días en Medellín, el Primer Foro Mundial de Ciudades Bajas en Carbono busca generar conciencia ambiental y construir una hoja de ruta para construir ciudades bajas en carbono. Talleres, conferencias y actividades académicas se desarrollan en escenarios como el Teatro Pablo Tobón Uribe, la Escuela del Maestro, el Museo de la Memoria, el Palacio de Bellas Artes, la Avenida La Playa y la Universidad Antonio Nariño, ubicados en el centro de la ciudad.
Este foro es liderado por el colectivo ciudadano La Ciudad Verde, un centro de pensamiento independiente que busca posicionar el tema ambiental en la agenda pública y la participación activa de todas las personas en las políticas medioambientales.
Este colectivo, que además realiza eventos internacionales, urbanismo táctico, desarrollo de proyectos para la reducción de emisiones, entre otras estrategias para la preservación del medio ambiente, pretende cambiar el comportamiento de los ciudadanos y generar desarrollo a través de las ciudades sostenibles.
Más información en lowcarbon.city