Con el inicio, este año, de la primera maestría virtual en Desarrollo Humano Organizacional de EAFIT, el país estrena su primer programa de maestría en esta modalidad que, gracias a la tecnología, permite adaptar la formación académica a las exigencias de la vida diaria de los interesados.
El posgrado, único en la Institución con este método de aprendizaje, se suma a las especializaciones en Gerencia del Desarrollo Humano y Control Organizacional, de la Escuela de Administración; Gestión de Pymes, de la Escuela de Economía y Finanzas, y Gestión Pública Municipal, de la Escuela de Humanidades, y a una serie de diplomados que conforman las posibilidades de formación que la Universidad ha puesto al servicio del conocimiento a través de la red.
Y, en la actualidad, están abiertas las inscripciones a este programa, que está diseñado para cursarse en sistema metro, es decir, el primer ciclo es un período de especialización que se cursa en tres semestres y, en el cuarto, se profundiza el enfoque investigativo.
“Hace más de siete años estamos trabajando en la modalidad virtual en posgrado, pues iniciamos con el nivel de especialización en Gerencia del Desarrollo Humano, lo que nos dio la idea de que se trata de una metodología consolidada y fortalecida”, dice Mery Gallego Franco, coordinadora de la maestría en Desarrollo Humano Organizacional.
Para la docente no existe duda acerca de la acogida que tienen los programas virtuales de posgrado, una oferta que crece cada día de la mano de una acertada coordinación académica, una plataforma robusta y un excelente soporte técnico.
Realidades como horarios laborales que exigen disponibilidad de tiempo completo; sistemas de transporte colapsados; limitaciones físicas; ausencia de ciertos programas académicos en muchas ciudades; necesidad de acompañar a los hijos pequeños en el hogar, entre otras, hacen que la Universidad tenga la mirada puesta en aumentar su portafolio de servicios ofreciendo cada vez una mayor cantidad de programas en modalidad virtual, para llegar a otras ciudades colombianas y del mundo.
“La modalidad virtual se está constituyendo en un recurso de aprendizaje y desarrollo profesional muy adecuado para personas que no se pueden trasladar. En nuestros programas hay alumnos de Caquetá, Pasto, Santa Marta, Barranquilla, Pereira, Cali, Ibagué, Manizales, Estados Unidos, Australia, Ecuador, entre otras latitudes, que manifiestan que eligieron a EAFIT por ser garantía de confianza, calidad y seguridad académica", señala Mery Gallego.
Y es que quien estudie una maestría virtual en EAFIT puede esperar lo mismo que ve en un programa presencial: el mismo plan de estudios, el rigor académico y la calidad, sumado a la flexibilidad en tiempo y lugar que estos programas permiten.
“De hecho, hemos conocido experiencias de otras universidades cuyos alumnos pedían antes una titulación en la que no se hiciera explícita la virtualidad de la formación, pero hoy están exigiendo precisamente lo contrario", complementa Gustavo Villegas López, director de EAFIT Virtual.
En crecimiento
El nivel de crecimiento de los programas de posgrado que se ofrecen en Colombia se incrementó notablemente durante el último año, aunque al país le falta aumentar sus capacidades para estar al nivel de otros mercados académicos de la región.
Así lo manifiesta Gustavo, quien explica que tan solo hace seis meses había en el país cerca de 40 maestrías virtuales registradas por el Ministerio de Educación, en comparación con las 65 existentes actualmente, lo que muestra un incremento superior al 50 por ciento en el número de maestrías ofertadas por universidades colombianas.
El directivo, sin embargo, resalta el camino que falta por recorrer cuando refiere que en países como México una sola institución —el Tecnológico de Monterrey— ofrece más de 225 maestrías online, un escenario hacia el que camina Colombia debido a que, en sus palabras, los programas académicos basados en plataformas virtuales son cada vez más fáciles de posicionar.
“Creo que cada vez será más difícil posicionar programas presenciales, porque hoy las personas tienen la necesidad de hacer compatible la formación con sus demás ocupaciones. Aunque un programa online no riñe con uno presencial, pues se trata de públicos diferentes, en el país hubo un cambio paradigmático de 180 grados que convirtió la resistencia hacia lo virtual en una preferencia", asegura Gustavo.