Actualidad eafitense
La rueda Pelton, un nuevo emblema
en el campus eafitense
Esta rueda hizo parte de las instalaciones de la Central Hidroeléctrica San Carlos. En 2014, la empresa Isagén quiso renovar su maquinaría y donar sus ocho rodetes a diferentes instituciones educativas.
• Este fue el rodete hidráulico más grande del mundo, generaba 170.4 megavatios de energía y funcionó por más de 111 mil horas. Hoy es parte del campus de EAFIT y está ubicado en la parte externa del Edificio de Ingenierías.
• Su llegada a la Institución fue posible gracias a una donación que hizo Isagén a diferentes instituciones educativas hace más de dos años y, debido a sus características, será un punto de referencia para la ingeniería colombiana.
No es una turbina, ni una llanta, tampoco es la hélice de un barco o una estatua. Mucho menos una rueda común o un girasol mecánico…
Desde su instalación, el sábado 30 de enero, los eafitenses trataron de adivinar qué era exactamente ese nuevo elemento ubicado en los exteriores del Edificio de Ingenierías. Aquellos familiarizados con este campo del saber pudieron acertar con su nombre, su proveniencia o su importancia.
Sí, el rodete Pelton ya hace parte de la cotidianidad eafitense. Tiene 4.2 metros de diámetro y 22 toneladas de peso, está dotado de 22 cangilones (o cucharas), fabricado en acero inoxidable en fundición de una sola pieza y cuenta en su historia con más de 30 años de funcionamiento en la generación de energía en el país.
Fue fabricado en 1980 por el ingeniero alemán Escher Wyss y, después de una larga travesía por el Atlántico y de cumplir con su vida útil por tres décadas, hoy puede ser apreciado por empleados docentes y administrativos, estudiantes y visitantes en el extremo sur del campus.
“Sus implicaciones técnicas, y sobre todo históricas, lo convierten no solo una obra de ingeniería, sino en uno de los objetos de mayor trascendencia para la Universidad”, anotó Jesús Alberto Pérez Mesa, coordinador del Laboratorio de Hidráulica, docente del Departamento de Ingeniería Civil y uno de los ingenieros que lideró su proceso de consecución, transporte e instalación.
Esta rueda hizo parte de las instalaciones de la Central Hidroeléctrica San Carlos y, hasta hace dos años, fue una de las más grandes de su tipo en el mundo, con la capacidad de generar 170.4 megavatios de energía. Sin embargo, en 2014 la empresa Isagén quiso renovar su maquinaría y donar sus ocho rodetes a diferentes instituciones educativas.
“Desde 2008 el Centro de Laboratorios ha prestado asesoría a la compañía en sus embalses de San Carlos, Jaguas y La Miel. Desde entonces se generaron lazos de amistad y colaboración y, en 2014, tras una visita para la evaluación técnica de unos equipos, nos contaron que iban a donar estos equipamientos”, recuerda el docente.
Después de recibir el aval de las directivas de la Universidad, se envió una carta de interés que la empresa generadora de energía aceptó. Finalmente, en enero de 2016, y con el apoyo del Departamento de Planta Física, se adelantaron las labores correspondientes para su traslado y ubicación.
“También se pensó que el lugar ideal para ser emplazada debía ser el bloque 19, pues se trata de un emblema que la dará una mayor connotación técnica al edificio y se convertirá en punto de encuentro y referencia para la ingeniería colombiana”, ratificó el profesor Jesús Alberto.
De la vida útil al apoyo académico
El rodete Pelton, marcado con el número 90170, cumplió con más de 111.749 horas de funcionamiento antes de cumplir su ciclo. Sin embargo, el docente Jesús Alberto destaca que no fue reemplazado por deterioro sino que, al contrario, se trató de un elemento que superó las expectativas, pues inicialmente estaba diseñado para 100 mil horas.
Su funcionamiento, junto a los otros siete rodetes propiedad de la Central Hidroeléctrica, era de manera horizontal y recibía el impacto del agua. Posteriormente, convertía la energía cinética en eléctrica para el uso de los ciudadanos.
Una pieza con esa historia y características era, entonces, de total importancia y pertinencia para la Institución. Para traerla, se necesitó del apoyo de una empresa transportadora sugerida por Isagén, un grupo de grúas telescópicas y seis horas de operaciones para su ubicación.
Y aún falta. Aunque la pieza ya llama la atención entre propios y visitantes, aún quedan algunos detalles por terminar, pues el rodete será pintado con el color rojo con el que salió de fábrica y se realizará una labor de paisajismo alrededor de este para resaltarlo.
De igual forma, la Universidad tiene planeado realizar en los próximos días un acto de presentación oficial para que toda la comunidad eafitense conozca la historia de esta obra, el papel que desempeñó en el sector hidroeléctrico y la importancia que tendrá, a partir de ahora, para las futuras generaciones de estudiantes de ingeniería.
Mientras trabajaba en las minas de California, el carpintero y montador de ejes y poleas, Lester Alla Pelton, encontró una forma ingeniosa de crear la energía necesaria para triturar los minerales y bombear aire al interior de la mina.
Después de probar con turbinas, molinos, ruedas de agua y máquinas de vapor, se ingenió una manera de hacerlo a partir de paletas hidráulicas que funcionaban a partir de chorros de agua lanzados a gran velocidad. Su modelo fue patentado en 1880 y los rodetes llevan su nombre como homenaje. |