Actualidad eafitense
Una decena de grupos de investigación
está en categoría A1
La participación de estudiantes de posgrado; la infraestructura; la dotación de la Biblioteca; y Apolo, como centro de computación científica, hacen parte de los aspectos que se tuvieron en cuenta en la nueva clasificación de Colciencias.
• Los resultados preliminares de la clasificación de los grupos de investigación de Colciencias arrojan que 10 de los 40 avalados que tiene la Institución están en la máxima categoría que se otorga.
• Así mismo hay 12 en categoría A, 9 en B, 9 en C y 3 en proceso de ser reconocidos. Patentes y publicaciones científicas hacen parte de los mayores avances.
Cada vez hay una relación más fuerte entre la investigación y los programas académicos, y la articulación de esta con la docencia avanza de manera significativa. Así lo demuestra la última clasificación preliminar de los grupos de investigación que entregó Colciencias en la que la Universidad logró posicionar el 55 por ciento de los suyos en categorías A1 y A.
Y esa noticia tiene felices a todos los eafitenses, a profesores encargados de guiar y coordinar estos equipos de trabajo, a estudiantes de pregrado y posgrado que le apuestan a generar conocimiento, a empleados y directivos que celebran cada logro que la Institución adquiere gracias a los esfuerzos que realiza para ser una universidad de docencia con investigación.
Son 43 grupos los que tiene la Universidad, de los que 40 están avalados por Colciencias y 3 más están en proceso de obtener reconocimiento. El resultado arrojó que 10 alcanzaron la máxima categoría que se entrega, la A1; 12 más están en A; 9 en B; y 9 en C.
“Este año mejoramos y aumentamos el porcentaje de grupos en las categorías más altas, incluso tenemos presencia de todas las escuelas y eso es muy positivo”, señala Félix Humberto Londoño González, director de Investigación.
Compromiso y constancia, fundamentales
El compromiso y la constancia han sido fundamentales en la consecución de este logro. Así lo asegura el directivo al comentar también que los investigadores cada vez se sienten más empoderados y comprometidos con el tema de la producción científica.
“En esa misma línea está la rigurosidad con el registro de la información, porque cuando este es juicioso y regular contribuimos a la visibilidad de la Institución, de los grupos y de los investigadores”, agrega.
Por su parte, Iván Darío Correa Arango, docente del Departamento de Ciencias de la Tierra y coordinador del grupo de investigación Área de Ciencias del Mar, dice sentirse muy halagado por el reconocimiento al esfuerzo continuado de muchos años en los que, incluso, han tenido que pasar por situaciones difíciles, pero su deseo y vocación los ha hecho continuar.
“Nosotros hemos trabajado en campos como la paleooceanografía para conocer climas antiguos o geomorfología de costas para saber cómo cambian los paisajes en la franja litoral. En el camino nos hemos encontrado con muchas dificultades por los desplazamientos o la pérdida de equipos, derivada de los problemas de seguridad, pero hemos hecho lo mejor posible logrando resultados reconocidos por la comunidad científica y eso nos satisface mucho”, cuenta el profesor.
De otro lado, Edgar Alexander Ossa Henao, docente del Departamento de Ingeniería de Producción y coordinador del grupo de investigación en Materiales de Ingeniería, coincide con Iván Darío en que gran parte del reconocimiento se debe al trabajo de los estudiantes de posgrado y pregrado, quienes también hacen un gran aporte.
“En este momento tenemos cuatro alumnos de maestría, tres de doctorado y uno de posdoctorado y son ellos quienes permiten que podamos publicar, hacer ponencias y desarrollar patentes, incluso tenemos en este momento algunas en proceso”, señala el coordinador.
Así mismo, los estudiantes que hacen parte de los semilleros han crecido porque van haciendo camino y carrera. Además, ellos serán más adelante los alumnos de maestría y doctorado de los programas de la Institución.
El fortalecimiento de la infraestructura, la capacidad de información del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas, Apolo como centro de computación científica y las relaciones que los investigadores han establecido con entidades nacionales e internacionales son otras de las razones que, según Félix Londoño, hacen que estos grupos puedan escalar posiciones.
“Muchos de los estudiantes que terminan se van a trabajar a otros países y eso nos ha permitido tener nexos en otros sitios, una red de amigos investigadores con los que hacemos esfuerzos conjuntos y nos nutrimos de información. Muchos de ellos hacen parte de nuestro equipo”, agrega Iván Darío.
Así, los esfuerzos de todas las unidades académicas por avanzar en la consolidación de la investigación e ir en consonancia con el Plan Estratégico de Desarrollo 2012-2018 se hacen cada vez más visibles, ejercicio que se combina con la pasión por la academia.