Perfil
Ellas se comunican con la Universidad
a través de señas
Es la primera vez que la Institución y la empresa contratista de aseo tienen personas con discapacidad auditiva y esperan poder seguir vinculando más.
• Sandra Milena Atehortúa Hincapié y Luz Dalgi Villada Ospina son dos mujeres con discapacidad de habla y escucha que prestan servicios de aseo desde comienzos de este año en la Universidad.
• Ya es común verlas en diferentes espacios del campus realizando sus labores y ellas comparten con los eafitenses la experiencia que han tenido durante estos meses.
Subir la mano a la frente al estilo militar es un ‘hola’, subir la palma de una mano abierta hasta el mentón de manera repetida es decir ‘gracias’. Para despedirse solo basta con poner la mano levantada al nivel del pecho mirando hacia la otra persona y empuñar dejando el dedo pulgar levantado.
Así es como se comunican Sandra Milena Atehortúa Hincapié y Luz Dalgi Villada Ospina, dos empleadas con discapacidad auditiva que, desde comienzos de 2016, se unieron al equipo de 120 personas que apoyan las labores de aseo de la Institución. Con esto, la Universidad no solo fomenta la inclusión, sino que invita a la comunidad eafitense a acogerlas con respeto.
“Cuando llegue me sentí un poco confundida porque la Universidad es grande, pero me he ido acostumbrando y estoy feliz de estar aquí”, expresa Sandra a través de una intérprete de la Fundación Óyeme.
Algunos ya las han visto en los pasillos, todos los días tienen el reconocido uniforme blanco y verde de la empresa Aseo y Sostenimiento (A&S). Ellas van por todo el campus haciendo uso de sus demás sentidos, los mismos que cobran más vida cada vez que hay interacción con otras personas.
De hecho, son las manos su principal herramienta de comunicación y, aunque para muchos el lenguaje de señas es desconocido, ellas han hecho que los demás logren entenderlas de manera sencilla al enseñarles señas básicas o crear otras nuevas para describir lugares o personas específicas dentro del campus.
“Muchos de nuestros compañeros han mostrado interés por instruirse, incluso a algunos coordinadores les he prestado libros para que aprendan señas y a otras personas les muestro cómo se describe algo y así nos vamos entendiendo”, indica Luz Dalgi.
Por su parte, Juan Esteban Ocampo de Ávila, coordinador de personal de aseo por parte de A&S, dice que ellas les han enseñado mucho. “Por ejemplo, usan características físicas para identificar a los compañeros o supervisores y todo el grupo ha ido aprendiendo al paso de ellas y contagiándose de la sonrisa y alegría que siempre está en sus rostros”, dice.
Y es que la Institución, en línea con la responsabilidad social universitaria, quiso, este año, brindar la oportunidad laboral a Sandra y Luz Dalgi, a través de este outsourcing. Así lo afirma Sandra Milena Osorio Osorio, coordinadora encargada del Área de Servicios de Aseo y Cafeterías, del Departamento de Planta Física, quien comenta que para EAFIT ha sido una experiencia muy positiva y que los eaftenses ya comienzan a identificarlas.
“Ellas se han caracterizado por realizar bien su labor, por ser receptivas y por hacer un gran trabajo al comunicarse con otras personas. Todos estamos muy atentos para que su estadía sea agradable”, confirma la coordinadora y agrega que la idea es que los empleados y estudiantes entiendan esta condición desde la solidaridad.
Una oportunidad para explorar sus capacidades
Sandra, a quien se le ve todos los días en el Edificio de Ingenierías, nació oyente pero, siendo todavía bebé, perdió la capacidad auditiva de forma parcial (hipoacusia), por lo que puede hablar un poco. Para ella poder contribuir con el sustento de sus hijos para que estén bien es una de los asuntos que más la motivan para salir a trabajar cada mañana.
Luz Dalgi, que es la encargada de los camerinos deportivos de la zona norte de la Institución, nunca ha podido escuchar. Una fuerte fiebre por un virus durante el embarazo de su mamá hizo que naciera con la discapacidad. Hoy en día ella vive con su esposo y su hija Violeta, una pequeña de dos años.
Su paso por EAFIT las tiene felices, no solo por la armonía que tienen con sus colegas, sino también porque ahora reciben reconocimientos y detalles de parte de los empleados y estudiantes como el del Día de la Mujer que alegró de manera especial a Luz.
Y es que antes de llegar a la Universidad ambas tuvieron trabajos en otras empresas en las que los contratos se vencían rápido, pero al acercarse a la Fundación Óyeme encontraron la posibilidad de emplearse en este tipo de servicios.
De hecho, Juan Esteban dice que es la primera vez que A&S adopta esta estrategia y que esperan poder seguir haciéndolo, pues estas personas tienen grandes capacidades.
Así, EAFIT sigue abriendo sus puertas a la inclusión y a las personas que desde sus habilidades, competencias y buena actitud propicien un ambiente sano y agradable en sus instalaciones.