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​Actualidad eafitense

Salvador Alsius, un invitado que llegó a EAFIT para hablar de ética periodística

​Salvador Alsius también dictará, el miércoles 12 de marzo, la lección inaugural del pregrado en Comunicación Social. Nuevos problemas éticos suscitados por el trabajo periodístico en internet es el nombre de la conferencia.

​• Ese fue uno de los temas centrales del periodista español en su conferencia La Comunicación Social, entre la regulación y la autorregulación, que se desarrolló el martes 11 de marzo, en el auditorio 103 del bloque 38.

• Los encuentros con el invitado, que ofrecerá otras conferencias en la Universidad durante la semana, hace parte de la conmemoración de los 10 años del pregrado en Comunicación Social.

La mejor ley de prensa es la que no existe. Esa fue una afirmación que hizo carrera durante mucho tiempo, especialmente, en los periodos en los que las democracias se veían amenazadas por regímenes que acudían a la coacción de los medios de comunicación y sus periodistas como forma de control.
 
Pero esta tesis se ha transformado en pregunta, afirmó Salvador Alsius, director de la carrera de Periodismo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, en la conferencia La Comunicación Social, entre la regulación y la autorregulación, que se desarrolló el martes 11 de marzo en la Universidad.
 
En el evento, que hace parte de la Cátedra Medellín-Barcelona, el periodista catalán discutió acerca de la importancia de la autorregulación en los medios de comunicación, que se entiende como una serie de instrumentos y organismos que moderan la actividad mediática independientemente de la intervención del Estado.
 
La regulación estatal, por su parte, comprende dos campos que, de acuerdo con Alsius, y de no ser abusados, no comprometen el ejercicio periodístico. Se trata del control del espacio radioeléctrico y de los contenidos que promuevan injurias o calumnias, que atenten contra el honor o la privacidad, que no protejan a los menores, que pongan en riesgo la seguridad nacional y, finalmente, el derecho a la rectificación.
 
Las prácticas autorregulatorias, del otro lado, son variadas e involucran a diversos actores, pero el periodista catalán se concentró en cuatro que considera pueden  hacer compatible la libertad de expresión con la necesidad de hacer viable y sostenible el sistema de la comunicación, entendido como un servicio público.
 
En primer lugar están los códigos deontológicos que rigen la actividad periodística y que pueden ser transnacionales como el de la Unesco, nacionales o regionales como el del Círculo de Periodistas de Bogotá, empresariales como el de la BBC y temáticos como los que dan pautas sobre como cubrir la violencia de género.
 
El asunto clave de los códigos, explica Salvador, es que estos funcionan si son los mismos periodistas quienes los construyen, tienen que nacer desde abajo y deben generar identificación entre los profesionales. Un código impuesto desde afuera no tendrá el carácter de contrato social que puede tener uno propio y esto redunda en la credibilidad y la calidad del contenido periodístico.
 

Otras formas de autorregulación 

Los consejos de la información (press councils) son los órganos colegiados que supervisan el cumplimiento de la autorregulación teniendo en cuenta los principios éticos del periodismo.
 
Se componen de periodistas, empresarios y representantes del público. Según Alsius, estos últimos deben ser mayoría porque el titular del derecho a la información es la ciudadanía y, por tanto, son ellos quienes dicen si algo es ético o no.
 
Los consejos reciben las quejas del público y luego dan un dictamen. Aunque no tienen capacidad sancionadora, si contribuyen con la creación de una doctrina ética.
 
El tercer mecanismo es una figura que está dentro del medio pero que toma parte a favor del público. Se trata del defensor del lector (ombudsman), quien recibe los comentarios de los lectores o espectadores y los traslada a la redacción. La existencia de esta figura, argumenta Alsius, habla de las buenas políticas de un medio de comunicación.
 
Finalmente, están las autoridades audiovisuales que son instituciones propias de las sociedades democráticas avanzadas, cuyo fin es lograr un sistema de medios libre, plural, responsable y respetuoso de los derechos de los ciudadanos. Deben  ser independientes de los gobiernos y del sector audiovisual privado.
Bibiana Andrea Mona Giraldo
Última modificación realizada el 12/03/2014 9:30 por Bibiana Andrea Mona Giraldo