• El sábado 22 de marzo se inauguró Villa Colombia, el barrio de Puerto Príncipe que se construyó para 72 familias damnificadas por el terremoto de Haití en 2010, gracias a la campaña que lideró la Corporación Antioquia Presente.
• En ese momento la Universidad, a través de EAFIT Social, se unió a la iniciativa, y logró recoger entre la comunidad universitaria cerca de 25.000.000 de pesos que fueron donados para contribuir con esta causa.
A las 4:53 p.m. del 12 de enero de 2010 comenzó en Haití lo que sería una de las peores tragedias de su historia. Un terremoto, con epicentro a 15 kilómetros de Puerto Príncipe (la capital) y con una magnitud de 7,2 grados, se llevaría a su paso miles de vidas y dejaría a otros habitantes sin un hogar, desprotegidos y sin razón de sus seres queridos.
De inmediato, algunos países se pusieron a disposición, no solo para enviar ayudas para el rescate de las víctimas, sino para acudir con ropa, alimentos, elementos de salud y medicinas, entre otros.
Una de las ayudas provenientes de Colombia venía de manos de EAFIT, que se unió a la iniciativa de la Corporación Antioquia Presente, entidad que se encargó de sumar voluntades y lograr la colaboración de diferentes empresas de la región, que donaron una cantidad de dinero que permitiría la reconstrucción de algunas viviendas en este país.
En ese momento, y gracias a la solidaridad de la comunidad universitaria, la Universidad entregó a esta entidad cerca de 25.000.000 de pesos para contribuir con esta causa.
Hoy, 72 familias haitianas tienen vivienda nueva, amplia y con las comodidades suficientes para iniciar una nueva etapa de su vida, pues la construcción de estos hogares, que inició en noviembre de 2012, culminó hace poco.
De hecho, el sábado 22 de marzo Villa Colombia, nombre que recibe esta urbanización, fue inaugurada de manera oficial.
“Son 18 edificios multifamiliares, cada uno con cuatro viviendas. Estas 72 casas tienen un promedio de cinco integrantes, lo que quiere decir que se impactó a unas 360 personas en total”, comenta Margarita Inés Restrepo Cárdenas, directora general de la Corporación Antioquia Presente.
La directiva agrega que el mayor impacto de esta obra en la comunidad haitiana tiene que ver con que es un barrio de alta calidad, con viviendas de 66 metros cuadrados, cuando lo habitual en esta zona era vivir en 15 o 18 metros.
Además, según Margarita, la idea con esta entrega es que se contribuye a que estas familias salgan de su situación de pobreza, porque están dentro de un conglomerado que tiene servicios de educación, salud y empleo.
“Creemos que va a ser un barrio sostenible. Ya entregamos las casas a cada uno de los nuevos dueños y ya están comenzando los trasteos”, asegura.
Gracias EAFIT
Afuera de una de las casas construidas aparece el nombre de EAFIT que, al igual que el de muchas otras empresas de Antioquia, permanecerá allí como un sello de la generosidad con la que se hicieron las donaciones.
EAFIT Social fue la iniciativa institucional que, de la mano de otras dependencias de la Universidad, se encargó de la recolección de los fondos. “Creo que la solidaridad se expresa con la capacidad que tienen los seres humanos de tocar la vida de las personas en cualquier lugar en donde se encuentran, siempre y cuando la necesidad y la vulnerabilidad sean importantes”, dice Mario Enrique Vargas Sáenz, director de EAFIT Llanogrande y EAFIT Social.
Mario afirma que Haití es un sueño cumplido, en el que la unión de esfuerzos no solo permitió mejorar la calidad de vida de las personas que lo necesitaban, sino que ratificó la misión de la Universidad de contribuir al progreso social.
“EAFIT Social es una de las formas, a través de la que la Universidad da cuenta de este propósito”, asegura el directivo.
Y es que, como lo dice Margarita Inés, fue gracias al aporte de 3.359 personas de 123 ciudades del país que fue posible alcanzar este sueño.
“Este proyecto es un logro de la sociedad civil, pues las personas donaban desde 5.000 pesos de su salario en diferentes poblaciones de Colombia, lo que demostró que entre todos se puede hacer posible el logro de grandes metas”, concluye Margarita.