• La Universidad hace presencia en el Oriente antioqueño desde hace 20 años. Desde entonces ofrece programas de posgrado, educación continua e idiomas.
• Este lugar también es epicentro de eventos académicos, culturales y de proyección social. Para esto, cuenta con un equipo de trabajo comprometido y con alto sentido de pertenencia.
La tranquilidad, el ambiente campestre y la calidad humana son algunas de las características que definen a EAFIT Llanogrande, un lugar que permite que la Universidad se haga presente en el Oriente del departamento y extienda sus servicios a la población de esta región.
“Pero más que un espacio físico, donde se prestan los servicios y programas académicos de la Universidad, es una conversación directa con el territorio, en aras de cumplir su Misión en términos de docencia, investigación y extensión”, afirma Mario Enrique Vargas Sáenz, director de EAFIT Llanogrande.
De esta manera, la Institución, que ya suma 20 años de vínculos con esta región de Antioquia, se proyecta en el futuro como un sitio en el que se pueden desarrollar más programas de posgrado y de educación continua, así como proyectos de investigación.
Así, están, entre otros programas, la especialización en Gerencia de Entidades para el Desarrollo Social, que ya se posicionó en la Institución y que va por su séptima cohorte; la maestría en Gerencia de Empresas Sociales para la Innovación Social y el Desarrollo Local, que avanza en su segunda cohorte; el programas Saberes de Vida; así como los diferentes cursos de idiomas.
“La población del Oriente cercano no es la población de Medellín, por lo que requiere y exige una serie de programas distintos, requiere que las escuelas le presenten oportunidades a la zona. Entonces, en la medida en que se piense en otros oportunidades, inicialmente de posgrado, o en otras de educación continua, se va a contribuir con esta proyección”, anota el director.
Además de la oferta académica, en este lugar se gestan iniciativas que involucran los saberes y capacidades de sus habitantes. Es el caso del Encuentro Musical Escolar (Eme), que este año llegará a su séptima edición y que se realizará el 19 septiembre. Para este encuentro, se espera la asistencia de unas 800 personas y la participación de 40 colegios del altiplano.
En diciembre se realiza el Concierto de Navidad a cargo de la Orquesta Sinfónica de EAFIT, evento que ya se consolidó en la región con una asistencia promedio de 400 personas.
La sede también es el lugar en el que se propician encuentros entre empleados de la Universidad que realizan allí actividades lúdicas o reuniones como grupos primarios, Comité Rectoral, Consejo Superior, entre otros. También, se realizan eventos con instituciones de la zona.
Y, gracias a la gestión y a la colaboración del Centro para la Innovación, Consultoría y Empresarismo (Cice), EAFIT Llanogrande ha logrado formular y ejecutar proyectos de emprendimiento social; fortalecer unidades productivas rurales, en convenio con Prodepaz; desarrollar temas de proyección social como la Red de liderazgo; y adelantar, en convenio con la Secretaría de las Mujeres de Medellín, un trabajo de carácter asociativo en las comunas 6, 9, 10 y 13. Además, en este lugar, se encuentra desde hace tres meses la spin off FlyingWorks UAS.
“El hecho de que ya estemos albergando una spin off, es pensar que aquí en Llanogrande, en un futuro inmediato, se pueden desarrollar programas y proyectos de investigación”, asegura Mario.
Calidad humana
Son 13 personas las que conforman el equipo de trabajo. Todas coinciden en que lo mejor de trabajar en este lugar es la calidad humana de sus integrantes, que se refleja en sus palabras, tono de voz y en los gestos, en los que es posible percibir su satisfacción por pertenecer a la Institución.
Su director señala que este espacio es una oportunidad para la Universidad: “Ante la necesidad de aulas y espacios, acá tenemos capacidad instalada. También se cuenta con personas generosas, maravillosas, responsables y con alto sentido de pertenencia”.
Mónica Henao Arroyave, asistente administrativa, destaca que el equipo tiene un alto sentido de pertenencia, compromiso y actitud para el trabajo, una característica, que en muchos, ya es constante en más de 10 años de trabajo.
María Paula Gómez Zuluaga, auxiliar administrativa, aprecia el compañerismo, la amistad y el hecho de que todos trabajen en busca de un mismo objetivo: el buen servicio.
“Me sorprendí con la calidad humana porque son personas amables. Todos tienen la capacidad de acogerlo a uno y eso es muy bonito”, dice Beatriz Salazar Duque, practicante de mercadeo.
En esto está de acuerdo Nelly Moreno Gómez, secretaria, quien destaca al equipo de trabajo como lo mejor de la sede: “es poder contar con las personas, no en lo laboral sino también en lo personal Acá todos siempre estamos atentos a las necesidades del otro. Somos un muy buen grupo en todos los sentidos”, asegura.
Y es que no solo los que trabajan allí se sienten bien, este sentimiento lo perciben quienes visitan este lugar. “Nosotros siempre tratamos de que todas las personas que llegan tengan una buena acogida y se sientan como en su casa”, señala Luz Stella Rojas Blandón, de servicios generales.
Celsa Rosa Giraldo Ramírez, César Henao Bedoya y Alberto Antonio Quintero Botero, sus compañeros, la complementan al indicar que el ambiente natural, los espacios y la belleza del paisaje cuentan mucho en esto.
Lo mismo le pasa a John Jairo Arias Vásquez, vigilante, quien labora en este lugar desde hace casi 14 años y comenta que no ha sentido el paso del tiempo, gracias a lo contento que está. “Es una felicidad estar acá, inclusive, para mí cada día de trabajo es como el primero. Soy más feliz de venir a trabajar”.
Walter Augusto Morales Echavarría, otro de los vigilantes, expresa que todo se debe al amor con el que se hacen las cosas, porque “uno no siente que lo están obligando, sino que uno, con el propio gusto, lo hace todo con mucho amor”.