• En medio de la celebración de las fiestas decembrinas es importante, según la experta, no excederse en los hábitos que puedan atentar contra la salud.
• Por esto la recomendación es a tener autocontrol, a seguirse preocupando por la salud física y mental, y a actuar de forma responsable.
Faltan pocos días para que comiencen las fiestas navideñas. Ya hemos empezado a celebrar las tradicionales reuniones y cenas de empresa y de amigos, a las que sumaremos las propias de la Navidad como Nochebuena, Nochevieja…
Y en todas estas es habitual cometer algún exceso que puede afectar a nuestra salud, aunque sea de forma leve. Para disfrutar de unas navidades saludables lo mejor es utilizar el sentido común y no dejarnos llevar por los excesos.
Cada persona es diferente y, si hay 7.000 millones de individuos en el mundo, tal vez existen 7.000 millones de formas distintas de concebir la vida. No pretendo decir cuál es la forma adecuada de vivir… Se trata solo de exponer algunos de mis conceptos.
En la actualidad existen tantos y tan variados excesos: en el comer; en una cultura prosalud, anclada a la imagen y llena de ejercicios y dietas; en la información; en bares y centros de diversión abarrotados -sin tregua ni descanso de lunes a domingo-; en la pasión por el azar y las apuestas.
Hoy se goza sin culpa, no sin excesos ni efectos perjudiciales. Entonces se fuma cigarro con una boquilla especial, que te promete un cigarro sin nicotina, existen endulzantes sin azúcar, café sin cafeína; sexo virtual sin sexo, cerveza sin alcohol, panes y pasteles libres de calorías y grasas.
Cualquier tipo de exceso (alcohol, comida, ruido, sexo, sol, sustancias químicas, trabajo, falta de sueño) pone a prueba nuestro organismo, lo debilita, convirtiéndolo en una presa fácil para el estrés y la enfermedad.
Por eso, una vida regular (respetando el reloj biológico) y sin exceso, nos permite ser más fuertes física y mentalmente, y afrontar con mayor facilidad las situaciones difíciles.
El autocuidado, un aliado en Navidad
Si queremos disfrutar de unas fiestas agradables, no debemos descuidar nuestros hábitos, especialmente en lo que concierne a la alimentación y a la realización de ejercicio.
Durante la Navidad comemos mucho más de lo habitual, bebemos más alcohol, descuidamos el ejercicio, pasamos más tiempo fuera de casa y, en definitiva, nos relajamos en el cuidado de nuestra salud.
No olvidemos que ante cualquier trastorno que pueda presentarse en estas fiestas navideñas, se debe actuar de forma responsable y, si es necesario, al utilizar medicamentos siempre debe hacerse de acuerdo con el consejo del médico.
Creo que el asunto está en adoptar una actitud justa con objetivos claros y realizables, ante las diferentes situaciones que nos presenta la vida, pero también sin apostarle al ofrecimiento de substraerle a la misma su esencia.
La invitación es a salirse de la zona de confort hacia donde habita el desafío constante, la superación, el aprendizaje y el goce… Y esto no se logra por una simple y peligrosa palabra llamada: exceso.