• Este Instituto opera en la ciudad gracias a la alianza entre las universidades de Antioquia y EAFIT, y cuenta con el apoyo de Hanban, la oficina del Ministerio de Educación de China.
Sara Estefanía, Luis Javier, Viviana, Adriana María y Ruth son los primeros cinco graduados del programa de chino-mandarín del Instituto Confucio de Medellín. Ellos, acompañados de familiares, amigos, docentes y directivos, recibieron el martes 16 de abril el diploma de este Instituto que opera en la ciudad gracias a un convenio entre EAFIT, la Universidad de Antioquia y la Alcaldía de Medellín.
En la ceremonia, Viviana Restrepo Escobar ofreció un discurso en mandarín en el que, además de agradecerle al Instituto, quiso mostrar los frutos de los logros alcanzados.
“Así uno no hable inglés o francés, por ejemplo, ya es normal para uno escuchar a un latinoamericano hablar en estos dos idiomas, mientras que el mandarín aún parece muy extraño. Entonces me parece muy chévere que nuestros amigos y familiares nos vean apropiados de ese idioma que estudiamos”, expresó la recién graduada.
Y así, en chino-mandarín, Viviana habló de lo que significa para ella estudiar este idioma, del que, asegura, no es un estudio tradicional. Estudiar chino involucra conocer la cultura y la historia de este país, aprender de los valores y la forma en que ellos piensan para poder entender el lenguaje.
“Yo pienso que para estudiar mandarín hay que amar el mandarín, y hay que amar la cultura china porque es un idioma muy difícil, entonces hay que sentir pasión por el tema para que realmente uno pueda aprender”, añadió esta negociadora internacional de EAFIT.
Confucio
El Instituto Confucio es una institución sin ánimo de lucro dedicada a la enseñanza del idioma chino y a la promoción en todo el mundo de la cultura inherente a dicho lenguaje.
Entre sus principales actividades se encuentran: ofrecer cursos del idioma chino que se adapten a las necesidades locales; capacitar profesores para la enseñanza del idioma; y celebrar actividades didácticas, académicas y culturales con el propósito de incrementar los intereses y conocimientos existentes sobre China, su idioma y su cultura.
Este proyecto cuenta con el apoyo de Hanban, la oficina del Ministerio de Educación chino que reúne y administra los cerca de 400 institutos Confucio que hay en el mundo, de los que 30 operan en Iberoamérica.
Los graduandos
De acuerdo con María Catherine Márquez Marín, asistente del Instituto Confucio de Medellín, Sara Estefanía Montoya Muñoz, Luis Javier Villa Arteaga, Viviana Restrepo Escobar, Adriana María Palacio Benítez y Ruth Silva Henao cumplieron con su fase de preparación básica y de niveles intermedios de chino-mandarín.
En total fueron 11 cursos, cada uno de 40 horas, que tienen una duración aproximada de un trimestre. Entonces, en total, cursaron 440 horas de chino en el Instituto.
“Ahora a ellos les queda la posibilidad de buscar un intercambio en China para profundizar sus conocimientos en el idioma o comenzar con los cursos avanzados que vamos a ofrecer”, agregó Márquez Marín.
Y es que, como lo reconoce Viviana, este es un idioma difícil de aprender, que se puede olvidar fácilmente.
Alegría
Adriana María Palacio Benítez, profesora de preescolar y ama de casa, en 2010 se enteró del curso a través de la prensa. Aseguró que el tiempo se le fue “volando” y que se siente muy satisfecha porque sabe que cuando tenga la oportunidad de viajar a China, estará en capacidad de entenderse en lo cotidiano: en los aeropuertos, restaurantes, hoteles, pedir un taxi, buscar un hospital, cómo decirle a un doctor que está enferma, o cómo comprar.
“En lo personal me siento muy satisfecha y orgullosa, porque este era mi sueño: lograr terminar, porque a uno le preguntan mucho que ‘para qué va a estudiar eso’, que ‘eso tan difícil’, pero no, desde que a uno le guste y tenga pasión, uno se dedica y le saca su tiempo”, añadió.
Por su parte, Luis Javier Villa Arteaga, estudiante de tercer semestre de Negocios Internacionales, relató que decidió estudiar mandarín porque dentro de su carrera es muy importante conocer otros idiomas y otras culturas, y en este curso encontró justamente eso, que además de otra lengua, podía aprender sobre la cultura china.
“Yo creo que es un paso muy importante, no solamente para la Universidad, sino también para la cultura de la ciudad, para que vean el ejemplo de que no solamente tenemos que mirar a Europa y a Estados Unidos, sino que también se están estableciendo nuevas relaciones con Asia”.
Finalmente, Viviana Restrepo aseguró que “estamos muy orgullosos, yo personalmente estoy muy orgullosa de mis compañeros, y me alegra mucho por el Instituto Confucio y por las universidades de Antioquia y EAFIT ¡Qué bueno! que sigan pasando cosas como estas y que mucha más gente se ponga a estudiar mandarín, porque esto es lo que vamos a necesitar en el futuro”.