• Gabriel Jaime Arango Velásquez, desde el 3 de septiembre, es el director de Docencia de la Universidad, un cargo nuevo desde el que se espera contribuir a la excelencia académica.
• Este apasionado por la cultura ha asumido importantes retos durante su trayectoria profesional en entidades como la Gobernación de Antioquia y Comfenalco.
Dos profesiones: licenciado y comunicador. Un camino: la cultura y la educación. Y una decisión: hacer lo que no está hecho. Esta es la premisa que ha acompañado a Gabriel Jaime Arango Velásquez en su recorrido laboral, y que aplica de acuerdo con lo que la sociedad, las comunidades o las organizaciones necesitan.
“Me le apunto un poquito a la utopía”, dice el director de Docencia de la Universidad, quien asumió este nuevo cargo desde el 3 de septiembre, y quien se define como una persona disciplinada, metódica, dedicada, servicial, amante de la cultura y convencida de lo que hace.
El directivo llegó a la Institución para liderar y fortalecer uno de los ejes del Plan Estratégico de Desarrollo 2012-2018: la excelencia académica.
“EAFIT es una universidad de docencia con investigación y tiene muy claro que una de las formas de responder a la comunidad académica, a la ciudad y al país es consolidando estos dos ejes en función del aprendizaje de los alumnos”, cuenta Gabriel Jaime.
Fue así como recibió, del rector Juan Luis Mejía Arango, la invitación para asumir este cargo, propuesta que no descartó a pesar de que había otras oportunidades para elegir. “Pensarlo no fue difícil. Me decidí por EAFIT porque yo tengo alma de maestro”.
La dirección que lidera tendrá tres líneas de trabajo principales: el desarrollo del modelo pedagógico de la Universidad que busca el tránsito de la enseñanza al aprendizaje; el apoyo a las cinco escuelas en la gestión del cuerpo docente, a través de la promoción y la cualificación de los profesores; y el direccionamiento del diseño curricular de los programas.
Por esto, para este educador trabajar en la Universidad es tener la oportunidad intelectual y académica de sumarse a una causa en la que ha estado inmerso durante toda su vida: la pedagogía. “Es una de mis pasiones porque fortalecer la educación y los procesos de aprendizaje sin modelos pedagógicos es difícil”.
Educador y promotor cultural
En la hoja de vida de este licenciado en filosofía y letras de la Universidad Pontificia Bolivariana, y comunicador social-periodista de la Universidad de Antioquia se encuentra su participación en la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia, donde por 23 años se enfocó, entre otros, hacia el planeamiento educativo, la educación para la infancia y asuntos relacionados con la gestión cultural.
También representó al Ministerio de Educación Nacional en todo lo que implicó el diseño curricular, la formación de docentes, y la adecuación de los planes de estudio a los contextos sociales y culturales de la región.
En 1993 llegó a Comfenalco para asumir la gerencia de Educación, Cultura y Bibliotecas. Allí tuvo a su cargo el diseño de estos servicios y, en 2010, fue nombrado gerente de Gestión del Conocimiento, donde apoyó la creación y montaje de esta unidad hasta mayo de este año.
Así mismo, tiene experiencia como rector, supervisor docente de instituciones educativas oficiales y profesor de las facultades de Educación de la Universidad de Medellín y de Antioquia, así como de otras instituciones de educación superior del país. Y ha integrado diversas juntas directivas de organizaciones culturales y de educación.
“Ahora tengo la oportunidad de prestarle un servicio a la Universidad y sumarme al esfuerzo que esta organización ha hecho por más de 50 años, haciendo lo que hay que hacer en educación. Espero sea útil”, señala Gabriel Jaime.
Así, y con el trabajo como fundamento y eje de lo que él llama el disfrute de su vida, seguirá pensando la educación, apreciando las expresiones culturales, siguiendo su plan de lectura y compartiendo con su familia.
“La educación sistémica es la más importante herramienta cultural que existe para facilitarle a una persona, en primer lugar, la estructuración y desarrollo de su personalidad, pero además porque en es en esta donde uno puede respaldar el desarrollo de competencias para la inserción en la vida social y económica”.
Y puntualiza: “También porque la educación hace lo que a mí me parece más gratificante en la vida: aprender a pensar”.