• La Superintendencia de Industria y Comercio otorgó una patente de modelo de utilidad a un reactor de bajo costo para hacer procesos por plasma. El desarrollo fue de los docentes Juan Manuel Jaramillo y Mauricio Arroyave.
• Para llegar al modelo, que abre puertas a la producción intelectual en el área de la ingeniería física, se contó con el apoyo de diferentes dependencias de la Institución.
EAFIT sumó su primera patente en el área de ciencias básicas y la octava en su trayectoria. Se trata de un modelo de utilidad, que otorgó la Superintendencia de Industria y Comercio, y que se alcanzó por lograr un reactor de bajo costo para realizar procesos por plasma.
El aparato, que fue desarrollado por Mauricio Arroyave Franco y Juan Manuel Jaramillo Ocampo, docentes del Departamento de Ciencias Básicas y que cumple dos funciones principales: modificación de superficies y recubrimientos por plasma, tiene como nombre reactor dual asistido por plasma generado por microondas para ataque iónico y deposición de materiales.
Aunque los inventores aseguraron que, pese a recibir la patente, trabajan en cómo mejorar el reactor y en otras aplicaciones que este pueda tener, agradecieron el apoyo que hasta el momento han recibido de la Universidad, desde diferentes instancias como la Dirección de Investigación, el Departamento de Ciencias Básicas, y los encargados de los laboratorios y del centro de máquinas.
“El hecho de recibir esta patente abre una puerta muy importante al desarrollo de la producción intelectual para la ingeniería física, y esto es estratégico porque permite observar de qué manera, en una línea de desarrollo e instrumentación alrededor de la física, se pueden ir concretando nuevos productos y nuevas ideas”, adujo Félix Londoño González, director de Investigación.
Esta patente, además, tiene una importancia especial para la Institución, pues, de acuerdo con el profesor Mauricio, Latinoamérica posee el uno por ciento de las patentes del mundo y Colombia aporta el uno por ciento de ese porcentaje total de la región, lo que hace mucho más significativo este logro para la Universidad, los investigadores y la comunidad académica.
De esta forma, según el Director de Investigación, EAFIT ya ha recibido tres patentes de invención y cinco de modelo de utilidad.
Las primeras son productos o procedimientos que aportan, en general, una nueva manera de hacer algo o una nueva solución técnica a un problema; mientras que las de modelo de utilidad son un privilegio que otorga el Estado a aquellas invenciones que dan una nueva forma, configuración o disposición de elementos a un artefacto, herramienta, instrumento, mecanismo u otro objeto (o parte de los mismos) y que lo dota de ventajas que antes no tenía.
¿De qué trata la patente?
Cuando desde el pregrado en Ingeniería Física se comenzó a trabajar el tema del procesamiento por plasma, los académicos pensaron en la necesidad de generar una solución para acceder a un reactor.
“La idea era cómo generar un reactor de bajo costo que utilizara una tecnología de consumo masivo.
Entonces pensamos que los hornos microondas cuentan con unos elementos electrónicos que tienen las mismas características de los reactores de plasma convencionales y lo que hicimos fue aprovechar eso para diseñar el reactor”, reveló Juan Manuel.
Así, por ejemplo, se pueden implementar cambios en una superficie por medio de la producción de microcanales, palancas, micropiñones y otras aplicaciones de microingeniería cuando el sistema se usa para atacar.
Cuando se usa para depositar, el reactor hace recubrimientos por plasma. Es decir, a través de este reactor se endurecen superficies para que tengan cualidades antidesgaste, se endurecen herramientas para corte como brocas y fresadoras, se endurecen matrices de estampados en la industria y se hacen recubrimientos que generan biocompatibilidad.
“De manera normal es muy costoso acceder a los reactores que sirven para hacer modificación superficial y recubrimientos. Esas tecnologías son caras, pues están entre unos 250 millones hasta varios miles de millones de pesos, dependiendo del tamaño y de los procesos que se puedan hacer en este”, explicó Mauricio.
Y añade: “Cuando a una persona le implantan una platina o un tornillo en alguna parte de su cuerpo estos suelen ser materiales costosos. Una forma de reducirlos es usar materiales convencionales recubiertos con plasma con un material biocompatible”.