• Cerca de 100 estudiantes de los grados noveno, décimo y once se inscribieron en los ocho cursos que para ellos ofrece la Escuela de Verano.
• Estos incluyen salidas al barrio Moravia, al Jardín Botánico y al Parque Explora. En marcha está también el curso Cultura china para niños (Ver nota secundaria).
Leer, conocer, investigar, compartir, preguntar, diseñar, simular, mercadear, escuchar y comunicar son algunos de los verbos que, más que conjugar, viven los jóvenes que participan de la segunda edición de la Escuela de Verano de EAFIT.
Y quienes por estos días recorren las aulas del campus de Medellín, además de la ciudad y algunos de sus alrededores, aprovechan estas vacaciones de mitad de año para comenzar a experimentar los pormenores de la vida universitaria.
Esto es posible gracias a los ocho cursos que, en este 2012, se abrieron para los estudiantes de los grados noveno, décimo y once que se animaron, entre el 19 y el 29 de junio, a aprender con elementos novedosos, integrarse con otras personas, y disfrutar a Medellín desde sus parques y otros lugares públicos.
Es así como, por ejemplo, los integrantes del curso de Comunicación Social: un paseo por la ciudad y sus sonidos, tuvieron la oportunidad de caminar por lugares que, habitualmente, no recorren, de conocer su gente y de escuchar otras historias.
“Salimos por la mañana desde EAFIT, nos trasladamos en Metro hasta el Parque Explora y desde ahí caminamos hasta el Centro Cultural de Moravia”, relató Ana María Giraldo Flórez, estudiante de noveno grado del Colegio La Presentación de Envigado.
Y así fue. Los integrantes de este curso caminaron por la carrera Carabobo y observaron la gente que por allí transitan, vieron las dinámicas de este barrio y escucharon sus sonidos. De lado tampoco quedó el ruido de los vehículos que pasan pitan, frenan y aceleran.
Pero la llegada al Centro Cultural fue otro cuento. Fue descubrir las ganas de los habitantes de Moravia por construir un buen futuro para sus niños y jóvenes con la música, el arte, la cultura, los idiomas, la historia.
“Yo ya había recorrido el nuevo norte, pero solo hasta el Parque Explora y el Jardín Botánico, no hasta acá. Y me parece muy bacano conocer porque, aún teniendo conciencia social, uno no se alcanza a imaginar las cosas que pasan en otros barrios”, cuenta María Camila Rendón Fernández, estudiante de décimo grado del Colegio Corazonista y quien ya decidió estudiar Comunicación Social en EAFIT.
Esta jornada terminó cerca del medio día, luego de observar fotos antiguas de Medellín (desde antes de que existiera el morro de basuras de Moravia), y de que el grupo recibiera la visita de un grupo de jóvenes raperos de la comuna 13 que, a través de su música, contaron otras historias de la ciudad.
Diseño con sentido urbano
El Jardín Botánico y el Parque Explora fueron otros espacios de la ciudad que recibieron la visita de los jóvenes de la Escuela de Verano, pero en esta ocasión la de los integrantes de Proyecto cero, curso que coordina Jackeline Arango Zapata, docente del Departamento de Ingeniería de Diseño de Producto de EAFIT.
Este programa, que utiliza una metodología de aprendizaje creativa y práctica, aprovecha experiencias y conocimientos que van de lo lúdico a lo científico, de lo tecnológico a lo social y ambiental, de lo creativo individual al trabajo en equipo, y de lo imaginativo a lo real y tangible, para aquellos que quieren imaginar y crear.
Entre los objetivos de esta salida, la profesora destaca la importancia de que los chicos se contextualicen con la ciudad. “Lo que estamos trabajando tiene mucho que ver con lo urbano, con ver cómo se mueve la gente y qué necesidades tiene. Es decir, uno trabaja para diseñar cosas súper bacanas y súper bonitas, pero además tiene que lograr algo completamente funcional”.
Uno de los participantes que ya está pensando en su futuro profesional es Alejandro Hernández Acevedo, estudiante del grado once en el colegio Manuel Uribe Ángel e hijo de María Isabel Acevedo Zapata, coordinadora del Laboratorio de Geología. Y, por esto, para él este curso es una experiencia en la que puede entrar en el mundo de la universidad y acercarse a esta carrera que considera es muy interesante.
Por su parte, Manuel Theo Dover Polanía, de noveno grado en el colegio Conquistadores e hijo de Claudia Marcela Polanía, profesora de cátedra de la Universidad, aseguró que quiere, en su proyecto, hacer una caneca pública, en forma de sesta de basquetbol, para que las personas boten allí la basura. “Este pregrado me aportará mucho a lo que quiero hacer que es desarrollar la creatividad”.
Entre los cursos de mayor acogida en esta segunda edición de la Escuela se destaca el de Derecho de las relaciones internacionales, que coordina el profesor Rafael Tamayo Franco.
Este ofrece seminarios tipo conferencia con profesores de experiencia internacional. También, tiene programado finalizar con un simulacro de un foro internacional de las Naciones Unidas en el que cada estudiante representará a un país.
Y, junto con estos cursos, aparecen Mi primera campaña de Mercadeo, Introducción a la Psicología, Una ventana a la universidad, Verano musical e Ingeniería de Procesos. Estos convocaron a 105 jóvenes con ganas de seguir aprendiendo y conociendo nuevos amigos durante sus vacaciones.
Así pues, durante esta semana, se espera que estos bachilleres sigan disfrutando de la Universidad y de las actividades que se tienen programadas en los diferentes cursos de la Escuela de Verano.