• A través de la Resolución 9155 del 8 de agosto de 2012, el Ministerio de Educación Nacional otorgó a este programa el aval de alta calidad por seis años.
• Entre los aspectos que se destacaron están la conformación de la planta docente, la formación investigativa, la articulación con el entorno, los convenios de cooperación y la infraestructura para el aprendizaje.
Un programa joven, dinámico, diferenciador, ágil en sus procesos, que mira hacia el futuro y que piensa en los nuevos roles que deben afrontar sus profesionales. Así es el programa de Comunicación Social, según lo define Jorge Iván Bonilla Vélez, jefe de esta carrera que acaba de recibir la acreditación de alta calidad por parte del Ministerio de Educación Nacional.
Este aval, concedido por un periodo de seis años en la Resolución número 9155 del 8 de agosto de 2012, destaca, entre otros aspectos, el núcleo de profesores que hacen parte del programa, entre los que hay 3 doctores y 16 magísteres de diversas áreas del conocimiento; la participación institucional en la estrategia universidad, empresa y estado, que permite la articulación de la carrera con el entorno; el interés en la formación investigativa, que se evidencia en los cuatro semilleros de investigación; la proyección alcanzada a través de la revista en red Bitácora y de la emisora Acústica; y los convenios de cooperación con 18 instituciones homólogas en Estados Unidos, Canadá y en países de Europa, Oceanía y América Latina.
También, dice la Resolución, se demuestran altos niveles de calidad en el desarrollo de las prácticas profesionales en organizaciones nacionales e internacionales; la infraestructura y el equipamiento, donde se destaca el laboratorio de medios Medialab; los recursos físicos y bibliográficos; el programa de becas y los servicios de bienestar institucional; y los resultados en las pruebas Saber-pro, que están por encima del promedio nacional.
“Estos seis años de aval nos hacen creer en lo que estamos haciendo, así como afianzar aquellos procesos en los que hemos venido trabajando y mejorar en aquellos aspectos que representan debilidad”, dice Jorge Iván y agrega que, si bien trabajar en la acreditación requiere de mucha intensidad, los esfuerzos valen la pena.
Y es que, según el directivo, este aval envía un mensaje a la comunidad académica sobre un pregrado que, a pesar de ser joven, tiene mucha proyección, es diferenciador, está atento a las necesidades del entorno y permite la formación integral de sus estudiantes.
Un proceso participativo
Fueron dos años y medio en los que Sonia Inés López Franco, docente investigadora de este programa, asumió la coordinación general del proceso de acreditación. Ella, al lado de algunos de sus compañeros y con el apoyo de la Dirección de Planeación, asumió el compromiso de hacer que este aval fuera una realidad.
“La acreditación implicó una relación directa con muchas dependencias de la Universidad. En el equipo de trabajo participaron 12 personas, entre egresados, estudiantes, docentes de tiempo completo y de cátedra, y el jefe de la carrera”, cuenta y añade que la tarea emprendida deja una gran satisfacción y tranquilidad.
En este proceso, que Jorge Iván califica como abierto, plural y participativo, se hizo una mirada hacia adentro de cara a lo recogido en el pasado, a lo que se tiene en el presente y a las apuestas de futuro. Para esto, las diversas perspectivas de los integrantes del pregrado fueron fundamentales.
Y, como lo dice Juan Gonzalo Betancur Betancur, profesor de esta carrera, este trabajo permitió que todos la conocieran muy bien, que vieran sus fortalezas y debilidades. “De hecho, no se había terminado aún con el tema de la acreditación y ya se iniciaba un plan de mejoramiento”, señala.
Algunas de las metas que se tienen previstas es hacer ajustes al plan de estudios, trabajar en la maestría en comunicación y continuar atentos a las necesidades del entorno, que cada vez exige profesionales integrales con capacidad de atender diferentes frentes en las organizaciones públicas y privadas.