Dirección de Desarrollo Humano-Bienestar Universitario
Marco filosófico
La Dirección de Desarrollo Humano-Bienestar Universitario centra sus esfuerzos en el bienestar de la comunidad, entendiendo al ser humano desde la complejidad que denota sus múltiples dimensiones, pero que para efectos de este marco filosófico toma las más básicas y evidentes: la biológica, la psicológica, la social y la espiritual.
El ser humano es un ser biológico que responde a ciertos comportamientos heredados, ya sea por obra de la genética o por su desarrollo comportamental adquirido a lo largo de patrones que lo vinculan con su entorno. Con el ingreso en el lenguaje, en la cadena significante, el ser humano hace un tránsito de lo biológico a lo simbólico, y se reconoce como un ser psicológico; desde allí se gesta la tarea de nombrarlo, delimitarlo, y, de ser posible, intentar comprenderlo. Así mismo, y como todos los de su especie, el hombre se une a otros para constituir grupos con situaciones e intereses similares, de tal manera que pueda delimitar un territorio (sea éste geográfico, moral, económico, ético...) en el cual se comunica, crea, resuelve problemas, se preserva a sí mismo y a su entorno o realiza alianzas de intercambio. De ello se extrae la dimensión de ser social, conformado por individuos reunidos por circunstancias propias y ajenas que se derivan de su historia y les permiten elegir cómo vivir y cómo construir el entorno en que deviene su existencia.
Ahora bien, este ser humano está trascendido por la dimensión espiritual: una experiencia propia e indivisible, aquella que lo desborda y lo lanza por fuera de los límites físicos, psicológicos e incluso comunitarios, pero que al mismo tiempo actúa como una juntura cierta entre las tres categorías primeras: una dimensión de encuentro íntimo consigo mismo y con lo trascendente, que otorga un sentido a la existencia y le confiere al ser humano una vivencia de conectividad a un universo de fuerzas por las que se siente misteriosamente atraído.
Estas categorías se hacen acción en el ámbito de la cultura (entendida ésta como el espacio en el cual los modos de vida, las costumbres, el saber intelectual, las expresiones, la estética y la creación tienen su propio lugar), donde la instauración de límites que permiten el vínculo o lazo social brinda la posibilidad de vivir con otros, dentro de una cultura reflexiva definida en valores, leyes, normas y políticas institucionales.
Finalmente, la Dirección de Desarrollo Humano-Bienestar Universitario enmarca las anteriores dimensiones en el mutuo cuidado, entendiendo este cuidado como una actitud, como un modo-de-ser-en-el-mundo, que se ve reflejado en la comunidad con la que se comparte espacios, ideas, emociones, y en el interior de nuestro propio ser. Saberse cuidado da seguridad, bienestar y facilita un mejoramiento de todas las capacidades y potencialidades. En palabras de Leonardo Boff: “el ser humano es un ser de cuidado; más aún, su esencia se encuentra en el cuidado. Poner el cuidado en todo lo que proyecta y hace: he aquí la característica singular del ser humano”