Actualidad eafitense
Palabras que sanan en época de cuarentena
• Como una forma de invitar a la comunidad eafitense a mantener la tranquilidad, a tomar buenas decisiones y a velar por el cuidado propio y el de los demás, el Centro de Integridad propone un Protocolo de Serenidad y Sana Convivencia.
• Con esta iniciativa se le hace un llamado a las personas a pensar frente a la coyuntura: ¿Cómo asume su posición como ciudadano, como integrante de una familia, o como miembro de una comunidad universitaria y una sociedad?
Lograr tener más tranquilidad durante el periodo de cuarentena y hacer de este tiempo algo edificante, sereno y productivo que le permita a cada uno desarrollar sus tareas cotidianas con serenidad y encontrar en este tiempo una oportunidad de crecimiento es el objetivo principal del Protocolo de Serenidad y Sana Convivencia, según lo explica Nathalia Franco Pérez, jefa del Centro de Integridad, unidad que lidera esta iniciativa.
“Los puntos centrales de este protocolo invitan a comprender que esta es una situación de coyuntura compleja, retadora y exigente en términos de las emociones, de la organización en el trabajo, de la comprensión de la realidad del otro y el desarrollo de la empatía con los demás. Nos ubica en el punto de tomar este tiempo como una oportunidad para desarrollar mejores prácticas con los medios digitales, para encontrar un momento de recogimiento personal o familiar dándole un espacio a la reflexión”.
En términos generales el protocolo hace un llamado a que, en un momento de adversidad como el que se vive en la actualidad, cada uno de nosotros tiene que tomar decisiones y acciones éticas que velen por el mutuo cuidado y que vayan en pro de nuestra tranquilidad, serenidad y armonía con uno mismo y con las personas que están alrededor.
- Encontrar un espacio de silencio, serenidad y recogimiento todos los días es fundamental. Tener la oportunidad de tener nuestro propósito claro sobre aquella actitud que queremos brindar y compartir con las personas que nos rodean.
- Desaceleremos nuestro día: el desespero y el afán solo traen angustias y posibles equivocaciones. Las soluciones o responsabilidades se pueden ir logrando en la medida en que mantengamos nuestra tranquilidad. Con una disposición serena podremos darnos cuenta de todas las oportunidades de acción que tenemos en momentos que pueden parecer complejos.
- La serenidad es fundamental en este proceso, no nos preocupemos por situaciones que no han pasado aún. Vamos viviendo el día a día. Recordemos que tenemos la posibilidad de actuar en el presente cuidándonos y confiando en que todo llegará a un buen puerto.
Para cuidar de los otros, primero debemos cuidarnos a nosotros mismos. Edifiquemos nuestro ser.
- Propongámonos una relación con el otro que sea constructiva. Es una gran oportunidad para crecer el vínculo familiar y de amistad. Una buena acción en este sentido es apadrinar a aquellos miembros de la familia o amigos que pueden estar en una situación más vulnerable –ya sea por la edad o por características de salud–. Podemos llamarlos y escucharlos para que sientan nuestra presencia, así como estar pendientes de sus necesidades.
- Además de las personas que pueden presentar una situación de mayor vulnerabilidad, los invitamos a que comprendamos la realidad del otro y entendamos sus angustias. Para ello, podemos construir espacios de escucha y conversación con quienes viven el hogar para finalizar el día en compañía, celebrando la unión y el cariño entre familia, amigos y allegados.
- Es nuestra oportunidad para ser humildes y respetuosos con aquellos que compartimos el espacio físico, al ser conscientes que lo propio no es necesariamente lo primero o lo principal.
- No alimentemos temores de nuestros amigos o grupo de allegados. Sabemos que hay muchas ideas otorgadas por los medios masivos de información que pueden generar pánico. Podemos marcar la diferencia y ser un apoyo para que sigamos creyendo en la humanidad. Observemos bien cómo nos dirigimos a nuestros amigos y cómo es la naturaleza de nuestras conversaciones. Un diálogo sin afanes, constructivo y acompañado de esperanza puede generar un gran impacto en el otro. Apostémosle a la alegría.
Desplegar el amor y la fraternidad es una apuesta por transformar nuestras realidades más cercanas.
- Sabemos que esta situación nos involucra como ciudad, región y país. Es una gran oportunidad para aprender a trabajar en comunidad. Una forma de sentirnos parte de un nosotros es participando en las redes de solidaridad que se han venido generando de manera espontánea para apoyar a las personas que necesitan un sustento económico. Si podemos hacer parte de estas redes de solidaridad, que sean seguras en su labor, estamos construyendo país entre todos.
- Transformemos la pandemia en una oportunidad de crecimiento para las nuevas generaciones: en espacios de socialización como lo son las clases en donde cada estudiante representa una realidad distinta, podemos convertir la situación del covid-19 en una oportunidad de formación. Pensemos en crear preguntas o trabajos que articulen el tema visto en el curso con soluciones o nuevas visiones sobre el covid-19. De esta forma, los estudiantes aprenderán a analizar de manera crítica y constructiva la situación actual.
- Los insumos de alimentación e higiene son importantes para todos. Tratemos de hacer un uso razonable del mismo al comprar solo lo necesario. Si pensamos en un nosotros, la serenidad y el sentimiento de comunidad aumentan.
Construyamos comunidad y creamos en ella.
- Estar en una posición de dirección no es una labor sencilla. Los invitamos a confiar en que las decisiones tomadas en el ámbito institucional y en el ámbito nacional han sido analizadas por nuestros mandatarios con el propósito de generar mayor bienestar y cuidado para todos. Cuidémoslos para que nos puedan cuidar.
- Esta época es un llamado a la credibilidad en el otro, sobre todo en quienes toman las decisiones en nuestro país y, específicamente, en la Universidad. Las determinaciones nacionales como el periodo de cuarentena han demostrado un impacto positivo en otros casos. Sigamos el ejemplo y creamos en el criterio de nuestros líderes.
- Es importante que estemos pendientes de los comunicados institucionales. Cada comunicado fue creado después de un análisis detenido y responsable para ser coherentes con la filosofía de mutuo cuidado.
Las decisiones solo lograrán su efecto positivo si las aplicamos con compromiso en nuestro día a día.
- Comenzar planeando nuestras actividades del día y pongámosle un tiempo límite para terminarlas.
- Organizarnos como si fuéramos a salir de nuestra casa a cumplir nuestras labores.
- Definir un espacio claro de trabajo –silencioso, con buena luz–, y llegar a acuerdos con la persona o grupo con quien compartes el hogar.
- Es importante ser consciente que el internet es una herramienta que usararemos entre varios y por tanto la señal se puede lentificar. Podemos convenir con todos los miembros de la casa las prioridades en el uso del internet, teniendo en cuenta las actividades que van a tener durante el día.
- Permitirnos momentos de esparcimiento y pausas para descansar, sin descuidar nuestra jornada laboral y/o académica.
- Recordemos que quien tiene el micrófono encendido durante la reunión se encuentra en su casa y puede haber un momento dado algún sonido que genere distracción. Los invitamos a ser comprensivos con el otro y no alterarnos por esto. Si no vamos a participar, podemos apagar el micrófono en ese momento y encenderlo de nuevo cuando lo necesites.
- La comprensión también es con nosotros mismos. El proceso de adaptación requiere tiempo y paciencia. Vivamos con calma este momento. No estamos solos, contamos con canales de contacto de la Universidad, padrinos, tutores y representantes estudiantiles. Ellos nos van a seguir acompañándonos cuando lo requiramos.
Es una oportunidad para unirnos como comunidad.
- Apaguemos el Smartphone y otros dispositivos digitales para encender la vida. Planeemos momentos de interacción digital diarios, con espacios de descanso para conectarnos con la vida.
- Lleguemos a acuerdos con nuestros compañeros de trabajo y estudiantes para interactuar de forma digital en tiempos delimitados, con hora de inicio y hora final, sin necesidad de conectarse de forma indefinida en cualquier momento. De esta forma disminuimos la sensación de trabajar de forma excesiva.
- Si distribuimos la atención, también la diluimos. Procuremos concentrarnos en pocas tareas en nuestras interacciones digitales para hacer más eficiente el trabajo.
- Evitemos exponernos constantemente a información negativa que circunda en espacios digitales. Definamos un momento específico a la semana para revisar noticias.
- Incorporemos estrategias de autocontrol para reducir la ansiedad de observar información digital: meditación, focalización de la atención, planeación, entre otras.
- Antes de compartir cualquier fragmento de información (visual, escrita o auditiva) en medios digitales, hagámonos las siguientes preguntas: ¿cuál es su fuente? ¿Qué evidencia tiene? ¿Es posible compartirla respetando derechos de autor? ¿Cuál es el impacto social no esperado del mensaje?
- Aprendamos a buscar y contrastar información digital de diversas fuentes para lograr una perspectiva equilibrada.
- Los datos que compartimos de nuestra vida personal y la vida de los demás son muy valiosos. Pueden ser usados por terceros, sin solicitar acceso, para favorecer intereses personales. Aprendamos a cuidar nuestra privacidad y la privacidad de los demás.
Ser íntegro también es un asunto digital.