Actualidad eafitense
Los niños tienen un manifiesto para proteger la biodiversidad
Los niños proponen a familias, colegios, gobiernos y empresas varias medidas para garantizar la sostenibilidad del planeta.
• Participantes de la Universidad de los Niños de EAFIT elaboraron un manifiesto que recoge sus preocupaciones y propuestas sobre el cuidado de la biodiversidad.
• El documento será llevado a la sexta plenaria Ipbes, que se realiza en Medellín hasta el 24 de marzo con delegados de 128 países.
Llevar la voz de niños y jóvenes a la sexta plenaria de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Ipbes, por sus siglas en inglés), motivó a la Universidad de los Niños de EAFIT a realizar un taller para recoger sus propuestas frente al tema del consumo responsable, como uno de los principales factores que afecta los ecosistemas, y crear el Manifiesto de los niños por la biodiversidad.
Los asistentes a la actividad, realizada el 5 de marzo, discutieron sobre aspectos como las cadenas de producción de los elementos que usamos a diario, o la caducidad de las materias primas, para aportar a la discusión de esta iniciativa intergubernamental, conformada por 128 países y creada en 2012 para garantizar el flujo de información confiable sobre biodiversidad y servicios ecosistémicos.
Samuel Sanín Echeverri, estudiante del grado quinto en el Colegio Campestre Horizontes, en Rionegro, reflexionó acerca de la pertinencia de estas discusiones al manifestar que "los chinos producen muchas cosas porque se van en barco a altamar a hacer la mercancía para no tener que pagar impuestos, y para que la mano de obra sea barata. Es necesario buscar formas de producción más sustentables".
En el taller también participó Rosana Arizmendi, doctora en Ecología y profesora en el pregrado de Ingeniería de Procesos de la Universidad, quien se mostró sorprendida por los conocimientos y la capacidad para cuestionarse demostrada por los participantes.
"No me esperaba que ellos entendieran tan fácilmente conceptos difíciles de comprender para los adultos, como el hecho de que usamos cosas provenientes de materiales de la naturaleza”, aseguró la docente. En su opinión, realizar un manifiesto es una manera de sensibilizar a los participantes del evento y lo considera útil como una forma de generar reflexión entre los tomadores de decisiones del mundo.
Propuestas
Otra de las actividades del día incluyó un recorrido por el campus de EAFIT, un ejercicio en el que los niños preguntaron a varios eafitenses sobre el consumo responsable para, posteriormente, dar a conocer sus hallazgos. “Nos pareció muy curioso que a la gente no es consciente de lo que come ni le interesa saberlo. A los vendedores tampoco les importa” comentó Simón Vélez Tamayo, estudiante del grado séptimo del Colegio San Ignacio de Loyola.
Para Ana María Londoño, jefa de la Universidad de los Niños, esta iniciativa se justifica porque las decisiones que se toman están relacionadas con el presente y el futuro de los niños, y vinculadas a sus hábitos. "Los niños tienen la capacidad y el derecho de observar y opinar sobre estos temas, los que son tan cercanos a ellos como para proponer soluciones”, concluyó Ana María.
El documento fue elaborado por 14 niños y jóvenes, con edades comprendidas entre los 10 y los 14 años de edad, habitantes de diversos barrios de Medellín y otros municipios del Valle de Aburrá. Las propuestas partieron de conclusiones tan reveladoras como que en la mayoría de las escuelas y los hogares no se reutiliza ni se recicla, ni hay campañas o esfuerzos por enseñar a separar correctamente las basuras.
"Para nosotros, la biodiversidad es la base de todos los recursos que nos brinda la naturaleza. Gracias a esto podemos tener una buena calidad de vida. Como la humanidad depende de los servicios de la naturaleza consideramos que su cuidado es un tema de interés para todas las personas, de todas las edades y culturas", concluye el manifiesto.
Por eso, a las familias, entre otros actores, les proponen no comprar productos innecesarios y desconectar los aparatos electrónicos en desuso; a los colegios y universidades, enseñar a hacer ecoladrillos, con desechos de plástico, y fomentar la investigación sobre medios de transporte sostenibles; a los empresarios, usar papel reciclable en sus procesos y reducir la fabricación de productos plásticos y, a los gobiernos, adoptar medidas de los acuerdos internacionales para reducir el calentamiento global.