Perfil
Ricardo Uribe, una vida en ascenso
El nuevo decano de la Escuela de Administración asumió su nuevo rol desde el primero de noviembre de este año.
• Tenacidad, humildad y disciplina hacen parte de la fórmula de vida que le ha permitido a Ricardo Uribe Marín, nuevo decano de la Escuela de Administración, cosechar logros en su vida académica y profesional.
• Su nueva posición en la Universidad significa, para él, un reconocimiento al trabajo realizado durante los cerca de 18 años que lleva dedicado tiempo completo a la docencia.
Cuando sale en su bicicleta todoterreno, o de ruta, para ascender hacia el alto de Las Palmas o La Catedral, Ricardo Uribe Marín, nuevo decano de la Escuela de Administración, sabe que entre el punto de partida y de llegada debe sortear muchos altibajos a fuerza de disciplina. Por eso, su casa es el lugar de entrenamiento durante la semana y, los domingos, pone a prueba su estado físico en medio del verdor de los paisajes y la camaradería de sus compañeros.
De hecho, Carlos Mario Betancur Hurtado, profesor del Departamento de Organización y Gerencia, y uno de los amigos con quien ha compartido por años su pasión por el ciclismo, ha sido testigo de su manera competitiva de afrontar las rutas, al punto que “cuando logras alcanzar la meta de primero, él se esfuerza por llegar también”.
Su vida, como el ciclismo, ha sido un camino irregular, pero siempre en ascenso, uno que recorre acompañado, desde hace 28 años, por su esposa Janeth Mejía, ingeniera de sistemas, magíster en Administración de EAFIT y directora de Tecnología de Sura; y de sus hijos Mateo y Valentina, de 12 y 10 años, con quienes vive en el barrio San Lucas, en Medellín.
“Yo a ‘Richi’ lo describo como un papá muy amoroso, dedicado y 100 por ciento entregado a sus hijos. También como un gran compañero de vida y una persona que ha estado conmigo muchísimos años, desde la universidad y, aunque hemos pasado por muchos estadios, con altibajos, siempre hemos sido constantes a lo largo del tiempo”, comenta Janeth.
Cuando Ricardo no está metido en su papel de decano, hace también las veces de futbolista en partidos amistosos con su hijo, o se le puede encontrar en diversos roles, según la actividad familiar: chef en un asado, espectador de una película, jugador de un juego de mesa, catador de helados o caminante, entre otros. Y, por supuesto, dedicado a su pasión absoluta con la ‘Flaca’, como llama a su bicicleta, el nuevo amor que encontró tras dejar la práctica regular del fútbol, por cuenta de una lesión en una de sus piernas.
Su capacidad de escalar en la vida obedece, en opinión de su esposa, a su tenacidad y a estar lleno de habilidades y competencias: inteligencia, capacidad de liderazgo, amor por lo que hace y decisión para sacar adelante lo que se propone. Por eso, su nombramiento como decano es, para ella, un logro muy merecido que traerá muchas cosas buenas, no solo a él sino a la Escuela y a la Universidad.
Para Ricardo significa un reconocimiento muy grande al trabajo realizado durante los casi 18 años que lleva dedicado tiempo completo a compartir su conocimiento. No solo se siente honrado y orgulloso, sino también contento, y muy comprometido y agradecido con EAFIT.
Por etapas
Ricardo, que llegó a la decanatura en reemplazo de Manuel Esteban Acevedo Jaramillo, quien ahora está como presidente del Icetex, lo hizo luego de pedalear con fuerza en un sendero de subida que le posibilitó conocer cada uno de los cargos de la Escuela de Administración: fue docente de cátedra; profesor de tiempo completo; coordinador del área académica en pregrado; coordinador de posgrado; coordinador de educación continua; jefe del programa de Administración de Negocios y jefe del Departamento de Organización y Gerencia.
“Las posiciones que he ocupado me han permitido conocer la Escuela y la Universidad con mucha profundidad. Es muy rico estar en este lugar tras haber hecho el recorrido por los diferentes puestos del avión. Ir escalando ha sido una satisfacción enorme, porque los seres humanos queremos progresar, crecer en el tiempo y madurar. Ha sido una evolución natural, en la que he trabajado y las cosas han llegado sin buscarlas mucho”, señala este ingeniero de producción de EAFIT y magíster en Ingeniería Industrial de la Universidad de los Andes y quien, en la actualidad, cursa su doctorado en Administración en la Universidad para la Cooperación Internacional de México, Uciméxico.
Este proceso hace que hoy pueda hablar de conquistas personales como un equilibrio en su vida, ganado a pulso, entre los aspectos personal, familiar, profesional, intelectual, emocional y económico. Un equilibrio en cuyo hallazgo han sido claves la administración académica y la docencia.
Ejercer esta última, en sus palabras, lo ha llevado a compartir el aprendizaje con los estudiantes, a escala de pregrado o de posgrado, e influir en la construcción de una mejor sociedad, un compromiso que siente tener con el país.
Y es esa forma de percibir la enseñanza la que hace que Adriana Patricia Gallego Ortiz, secretaria de la decanatura de Administración, describa a Ricardo como “una persona muy sencilla y de familia muy humilde. Es muy buen compañero, todos lo quieren y están felices de su elección como decano. Es charlatán, tiene buen humor y, como profesor, explica muy bien y hace de las materias algo sencillo de entender”.
Apoyo familiar
Más allá de las aulas, la familia es el lugar en donde el nuevo decano de la Escuela de Administración asegura haber tenido un apoyo fundamental en los años que lleva en la Universidad.
Gloria Estella Tapias Soto, secretaria del Departamento de Organización y Gerencia, respalda la importancia del núcleo familiar para Ricardo, como un elemento central de la fuerza con la que ha avanzado en el ámbito académico y profesional.
“Es un excelente ser humano, y un gran papá, esposo, hijo y compañero. Es organizado y conciliador. Está siempre pendiente de los detalles. Llevo cerca de 13 años trabajando con él, desde que era jefe del departamento y siento que puedo hablarle tranquilamente, pues genera mucha confianza y es muy respetuoso”, dice Gloria.
Por lo pronto, Ricardo se servirá de su nuevo cargo para responder al deber que, desde su punto de vista, tiene EAFIT con la sociedad: construir desde los valores institucionales como integridad, tolerancia, excelencia, responsabilidad y audacia, en especial en la coyuntura de transformación social que vive el país.
En esa tarea, como en el ciclismo, tendrá que echar mano de disciplina; fuerza física y mental, y capacidad de manejar la presión y las emociones. De esa manera, ascenderá también en su deseo de aportar a la integridad y la excelencia de los estudiantes de EAFIT.
“Estoy convencido de que la única forma de sacar adelante una sociedad es a través de la educación. Si todos tenemos la posibilidad de una formación con calidad podemos hacer que nuestra región y nuestro país lleguen cada vez más lejos, y ayudamos al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y a la sostenibilidad social de Colombia”, manifiesta Ricardo.