La Escuela de Verano estuvo de misión académica en Dubái

En total 36 eafitenses de la Escuela de Ingeniería hicieron parte de este viaje enfocado en temas de obras civiles y de construcción. 

Contrario al verde predominante de las montañas antioqueñas que se ve desde el aire cuando se está por aterrizar en Medellín, en Dubái el color café ocupa gran parte del espacio y de los áridos desiertos que caracterizan este país de los Emiratos Árabes en donde 36 eafitenses –entre docentes, estudiantes y egresados- estuvieron de misión entre el 18 de noviembre y el 5 de diciembre para participar de la feria Big 5, que reunió a empresas e instituciones educativas del sector de obras civiles y de construcción. 

Pero el cambio no solo era evidente en los colores que se ven desde el cielo, también lo era en temas culturales, gastronómicos y hasta religiosos. Sin embargo, aspectos en común como la solidaridad, la buena atención a los turistas, y los sueños y metas de otros estudiantes universitarios fueron similitudes que Jhojan Alexander García Múnera, estudiante de octavo semestre de Ingeniería Civil, encontró como generalidad en su recorrido por esta zona. 

El viaje, que según cuenta Natalia Ortiz Gómez, coordinadora de la Escuela de Verano, se logró gracias a las relaciones que la Universidad tiene con la cámara Colombo Árabe, tuvo un énfasis especial en aprendizajes sobre el sector de la construcción, visitas a universidades con programas relacionados con la ingeniería civil y un alto componente cultural. 

Las islas artificiales, por ejemplo, fue uno de los lugares que más llamó la atención de Jhojan por su construcción sobre el mar. Allí llegaron luego de un viaje en yate e hicieron un recorrido en monorriel mientras un guía les explicaba cómo fue posible intervenir el mar sin afectar la biodiversidad. 

“Los musulmanes no solo son unos expertos en temas de obras civiles, sino que también tienen inmerso en su quehacer el tema ambiental y esa fue una gran lección para nosotros. Allí conocimos como transportaron los corales que estaban en la zona para no afectarlos y todo lo hicieron de una forma didáctica e innovadora que también hace parte de esas capacidades que tienen para enseñar”, señala el estudiante. 

No solo el tema de la construcción fue importante en esta inmersión que tuvieron los alumnos, pues otros aprendizajes sobre cómo en este país crearon técnicas de riego para generar jardines en una zona desértica o cómo reemplazaron la energía pública por paneles solares hacen parte de los conocimientos e innovaciones que ahora están presentes en las mentes de estos viajeros. 

“Creo que además de los conocimientos propios del área de la ingeniería que se trajeron los estudiantes y de ver las oportunidades laborales que este lado del mundo ofrece, la vivencia cultural es de los aprendizajes más bonitos que se pueden traer estos jóvenes. Allí rompimos paradigmas de aspectos que creíamos que funcionaban de otro modo, aprendimos sobre los rituales religiosos, sobre las actividades que de verdad sostienen la economía de la zona y nos sumergimos en una cantidad de datos históricos que permiten abrir nuestras mentes y tener otra visión del mundo”, cuenta Oliver Rubio Maya, coordinador de Logística de Educación Continua y quien lideró el viaje. 

El grupo también tuvo la oportunidad de visitar las pirámides de Egypto, el Mar Muerto, una de las mezquitas más grandes que puede albergar a más de 40.000 personas, el Museo del Cayro y tener intercambio con estudiantes de otras instituciones como la Universidad de Dubái, cuyos directivos entregaron un reconocimiento a EAFIT por la visita. 

Abu Dabhi, en Emirates Árabes; el Cairo, en Egipto; y Amman, en Jordania fueron otros lugares que estuvieron en la agenda de estos eafitenses. 

Este es el comienzo de muchas aventuras que la Universidad prepara a través de la Escuela de Verano, pues según explica Natalia, durante 2019 habrá más misiones a Japón, México, Italia, Alemania y otros eventos internacionales que esperan nutrir el conocimiento y el gusto por otras culturas.