Por las dependencias
EAFIT, aliado académico en iniciativa para disminuir el carbono en las ciudades
Una de las iniciativas que promueve Ciudades Bajas en Carbono es el uso de transporte público alternativo.
• Ciudades Bajas en Carbono recibió un reconocimiento en el concurso Climate CoLab, que realiza el Centro de Inteligencia Colectiva del MIT de Boston (Estados Unidos).
• Alejandro Álvarez Vanegas, coordinador del Núcleo de Formación Institucional en Cultura Ambiental de EAFIT, es uno de los líderes de la iniciativa a la que le valoraron que se puede replicar de manera sencilla, que es práctica y que involucra al ciudadano.
El aire limpio está de moda. La frase la ilustraban modelos que desfilaban con máscaras antipolución por algunas calles de Medellín. La idea era enviar el mensaje de urgencia y, por implementar acciones como esa, la iniciativa Ciudades Bajas en Carbono recibió hace poco un reconocimiento especial en el concurso Climate CoLab, que realiza el Centro de Inteligencia Colectiva del MIT de Boston (Estados Unidos).
Ciudades Bajas en Carbono -que comparte en inglés el nombre Low Carbon City- obtuvo el reconocimiento internacional en la categoría Impacto por ideas como en la que se vincularon las modelos con máscaras durante la pasada edición de Colombiamoda, pero también porque en el repertorio de actividades tienen otras como enseñar a la gente a través de internet y sin tecnicismos estrategias para bajar el carbono, los foros que convocan y las actividades en espacios físicos como Mi barrio bajo en carbono.
Alejandro Álvarez Vanegas, profesor del Departamento de Ingeniería de Procesos, coordinador del Núcleo de Formación Institucional en Cultura Ambiental de EAFIT y uno de los líderes de la iniciativa galardonada, menciona que otra de las razones por las que se destacaron en Climate Colab es que en las propuestas vinculan a actores civiles, sector privado, responsables del transporte público, gobierno y academia. Un ejemplo de eso es que EAFIT es el aliado académico y está comprometida institucionalmente con esta propuesta.
En el caso de la sociedad civil, Juliana Gutiérrez Rúa, coordinadora del proyecto, resalta que en los comentarios que recibieron les celebraron que las ideas no solo son realizables y se pueden extender de manera sencilla en otras latitudes, sino que -y eso está entre lo más importante- vinculan directamente al ciudadano y logran cambiar su comportamiento frente al cuidado del medioambiente.
Entre los objetivos principales de Ciudades Bajas en Carbono está apoyar, de manera urgente, la mitigación del cambio climático y la sostenibilidad del desarrollo. Así nació el proyecto, desde la ciudadanía a través del colectivo La Ciudad Verde, con el apoyo de EAFIT y la Agencia Francesa para el Desarrollo, entre otros aliados.
En Medellín se han destacado, también, por convocar de manera efectiva y práctica a actores involucrados en la toma de decisiones, como lo hicieron este año en Café de Ciudad, un espacio en el que se debatió sobre las estrategias que se tomaron en la emergencia ambiental por la calidad del aire que afrontó la ciudad en el primer semestre de 2016.
En lo que están trabajando con fuerza por estos días es en el primer Foro Mundial de Ciudades Bajas en Carbono, el 10, 11 y 12 de octubre en la capital paisa que -según la presentación del evento- “busca generar cambios en los ciudadanos, las empresas y el sector público para reducir las emisiones. A nivel mundial, el 70 por ciento de las emisiones de gases atmosféricos de efecto invernadero (GEI) se producen en las ciudades”. Están confirmados conferencistas de Brasil, Inglaterra, Estados Unidos, Suecia, entre otros países.
La categoría internacional del encuentro de octubre es un reflejo de la expansión internacional de la iniciativa que ya tiene aliados en países de cuatro continentes, y si bien Juliana cree que el éxito de esa globalización de Ciudades Bajas en Carbono se debe al trabajo en red, considera que todavía en el ámbito local falta que el sector público y privado se vincule aún más con el proyecto.