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La Orquesta Sinfónica, lista para celebrar el tango
Del 22 al 28 de junio se realiza el IX Festival Internacional de Tango de Medellín, en el que se rinde homenaje a uno de los mayores exponentes de ese género.
• Rodolfo Mederos y la Orquesta Sinfónica EAFIT ofrecerán un concierto este martes 23 de junio, a las 8:00 p.m., en el Jardín Botánico. La entrada es gratuita.
• El repertorio contiene tangos que compuso Gardel, arreglados por Mederos como Volver, Soledad, Melodía de arrabal, El día que me quieras, Mi Buenos Aires querido, entre otros.
Volver, Soledad, Melodía de arrabal, El día que me quieras, Mi Buenos Aires querido y tangos de la vieja guardia como La biblioteca, El caburé y otros de Piazolla como Oblivion y Milonga del ángel
Esas canciones que evocan aún amor, despecho, admiración y que cuentan historias cortas que le son iguales a muchos habitantes de Latinoamérica son las que se escucharán este martes 23 de junio, a las 8:00 p.m., en el Jardín Botánico.
La invitación la hace la Orquesta Sinfónica EAFIT, quien interpretará obras que compuso Gardel, arregladas por Rodolfo Mederos, el bandoneonista que acompañará al colectivo eafitense en esta presentación.
Según Cecilia Espinosa, directora de la Orquesta, es muy significativo este encuentro, teniendo en cuenta la categoría del solista. “Es uno de los bandoneonistas más importantes de estos tiempos, gran exponente de la obra de Astor Piazzolla, de los tangos de Carlos Gardel, del tango de la vieja guardia y de las composiciones contemporáneas”, indica la maestra.
La presentación se hace con motivo de la programación del IX Festival Internacional de Tango de Medellín, que se realiza en la ciudad del 22 y al 28 de junio, y en el que se rinde homenaje a uno de los mayores exponentes de ese género.
“Esta es una de las expresiones más relevantes que Latinoamérica ha adoptado como suya, y más en esta ciudad que fue donde, precisamente, murió Gardel”, señala la directora de la Orquesta.
Por esto, para la Orquesta es muy significativo poder hacer parte de este importante evento y acompañar a un solista de esta categoría que, en palabras de la maestra Espinosa, es un gran exponente de lo que representa la música para el bandoneón, y es un privilegio poder escucharle en vivo.
Rodolfo Mederos
El artista saldrá de la mano de Telmo y entre los dos abrirán las páginas de ese libro llamado tango. Así percibe él, uno de los últimos representantes de la quintaesencia del tango, a ese género musical. Así, como una obra de arte con páginas que él y su bandoneón leerán en voz alta esta noche.
Lo que escuchará el público local serán las notas de un género que para Mederos llegó a su punto más alto en la mitad del siglo pasado y no ha podido ser alcanzado de nuevo.
“El tango como música es una pintura terminada, lo que nos queda es alejarnos dos pasos y disfrutar de esa maravillosa cosa que se llama tango, una música que, curiosamente, fue popular, bailable y, sin embargo, alcanzó un nivel técnico de desarrollo como muy pocas músicas lo han hecho”, dice con la seguridad de un maestro de 75 años que, a los cinco, ya tenía clara la pasión por el bandoneón.
Él, con la fortuna de haber aprendido de los que empezaron a escribir esa obra y ser el mismo un autor, es sin duda uno de los mejores intérpretes de ese texto que empezó relatando los dolores y alegrías de los desarraigados que llegaron a Buenos Aires escapando de las guerras europeas.
“El tango es una expresión individual. No se canta en coro, no se baila en ronda, se baila en pareja. La letra y su música -que es otra letra, quien pueda entender la música como un texto que también dice algo- nos habla de un universo tan complejo, tan completo como pocas otras expresiones en el mundo lo han hecho”, explica Mederos, quien recibió las primeras clases de los carniceros de su barrio que cerraban sus negocios para acariciar el bandoneón.
Pero al hablar de asuntos tan individuales, y siendo la voz de una cultura tan específica, tan porteña, el tango encontró la universalidad.
“Las letras hablan de esa cosa existencial, profundad, la amistad, el amor, la mujer, la soledad, la muerte. Esas cosas que a todos nos pasan, el tango las dice, las pone y la música nos envuelve. El tango no es triste, el triste es uno”, dice el bandoneonista porteño y alumno de Piazzolla.