Sensibilidad por su entorno social, compromiso con la transformación de las futuras generaciones de profesionales, acompañamiento en los procesos de formación; vocación por la labor investigativa. Estas y otras cualidades hacen parte del día a día de los siguientes eafitenses.
Fue precisamente el amor, la convicción y la pasión con la que realizan estas acciones, que las directivas de la Universidad, sus colegas, y sus estudiantes decidieron entregarles los reconocimientos que los distinguen como los mejores profesores.
Estas son sus historias, experiencias y testimonios sobre una profesión a la que han consagrado toda su vida.
Distinción al Profesor Emérito
Blanca Uribe Espitia
En la vida existen profesores que sobrepasan ese rol para convertirse en verdaderos maestros. Docentes que contribuyen de manera inimaginable, no solo a una institución, sino también a una ciudad, al país, al mundo.
Se trata de profesionales que nos hacen llenar de orgullo porque contribuyen tanto a la academia, como al mundo de la ciencia, las humanidades o, como en este caso, a la cultura.
Para la Universidad EAFIT es un gran honor contar con el conocimiento, la experiencia y la sabiduría de una docente que hoy reconoce como su primera profesora emérita: Blanca Uribe Espitia.
Para la maestra Blanca ser pianista es toda una profesión, una vocación que descubrió cuando apenas daba sus primeros pasos y ya quería alcanzar las teclas del piano. Por eso, se siente la más afortunada, porque puede dedicar todo el día a hacer lo que nació queriendo hacer.
Pero sabe que el piano es tanto una pasión como una responsabilidad, la responsabilidad de hacer las cosas bien. La maestra es la primera en dar ejemplo, siempre llega a tiempo a sus clases y respeta cada minuto que tiene con sus estudiantes de pregrado y de la maestría en Música de EAFIT, a quienes transmite sus experiencias y años de estudio detrás de un instrumento que parece adherido a sus manos.
Basta observar unos minutos sus clases para darse cuenta de que ella, el alumno y el piano son uno solo.
Su formación musical se vio enriquecida por las enseñanzas y lecciones de profesores polacos, rusos, italianos, americanos y vieneses, de los que aprendió que a los estudiantes hay que darles apoyo y motivarlos al tiempo que se les aprietan los tornillos. Y cuando algo sale bien hay que darles una voz de aliento porque, como ella misma dice, “no hay nada más satisfactorio que la sonrisa de los alumnos cuando ven que funciona algo que uno les acaba de sugerir”.
Para fortuna de quienes aún no han tenido la oportunidad de pasar por sus aulas o de escuchar sus conciertos, la maestra Blanca ha pospuesto su retiro en varias oportunidades. Y cuando lo haga será de manera natural, tan natural como es para ella Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si.
Otros reconocimientos
Premio Proyección Social EAFIT 2012
La academia es la llamada, por excelencia, a impactar de manera positiva la sociedad. En esta labor el compromiso de los docentes que, sensibles a la realidad de su entorno, complementan sus labores académicas con la gestión de proyectos de alto impacto social para incidir en la transformación del entorno.
Por eso, el Estatuto Profesoral también contempla el reconocimiento a los docentes que enfocaron sus esfuerzos con un alto sentido de responsabilidad social a generar cambios significativos en la comunidad, con la entrega del premio Proyección Social EAFIT.
En esta oportunidad la distinción es para dos docentes que, en su anhelo de aportar a una Medellín más educada, se vincularon a un proyecto que propendía por el mejoramiento de la calidad de la formación básica en la ciudad.
Se trata de dos profesores que trascendieron las fronteras de la Universidad para llevar sus conocimientos, experiencia y vocación de servicio a la Institución Educativa Benedikta Zur Nieden.
Allí contribuyeron a que los estudiantes tuvieran un mejor desempeño en varias materias y en los resultados en las pruebas Saber, que fueran cada vez más los jóvenes que contemplaran su acceso a la educación superior como un opción real y que la institución fuera reconocida con el certificado a la calidad ISO 9001.
Estos y otros logros dan cuenta de la sensibilidad, el sentido social y la generosidad de Sonia Inés López Franco, docente del Departamento de Humanidades; y del profesor del Departamento de Ciencias Básicas Pedro Vicente Esteban Duarte, quienes fueron gestores en una comunidad que precisaba de un acompañamiento que les ayudara a creer que el cambio era posible.
Ahora la Institución Educativa Benedikta Zur Nieden comenzó un nuevo camino en el que con la confianza fortalecida expande sus horizontes para continuar adelante.
Estos son los profesores que fueron merecedores del Premio de la Excelencia Docente EAFIT 2012.
Luis Fernando Vargas Alzate, docente del Departamento de Negocios Internacionales-Escuela de Administración.
A este profesor no le molestan los estudiantes difíciles, para él es todo un reto profesional persuadirlos y atraerlos hacia el conocimiento. Tampoco si son demasiado tranquilos, porque siempre buscará despertar su curiosidad por algún interés en particular. Y ni hablar de los inquietos que siempre le demandan más tiempo, exigencia y mejoramiento continuo.
Es tanta la pasión que este historiador de la Universidad Nacional de Colombia logra trasmitirles a sus alumnos que ninguno quiere perderse sus clases de historia de las relaciones internacionales.
A Luis Fernando, quien además es especialista en Estudios Políticos de EAFIT y magíster en la misma área de la Universidad Pontificia Bolivariana, la docencia solo le ha dejado alegrías y satisfacciones. Por eso, cuando este profesor de la Escuela de Administración entra a un salón de clases, lo hace para tocar vidas.
No es raro ver su oficina llena de estudiantes que quieren aclarar dudas, consultar libros o pedirle asesoría sobre algún tema en particular. Por su parte, el docente, quien cursa el doctorado Estudios Políticos en la Universidad Externado de Colombia, siempre se asegura de mantener las puertas abiertas al diálogo, al aprendizaje y al intercambio de saberes.
Catalina Gómez Toro, docente del Departamento de Economía-Escuela de Economía y Finanzas
“Cuchilla” no, exigente. Exigente consigo misma y con la formación de líderes integrales. Además, con sentido de responsabilidad, disciplina y compromiso con la sociedad. Así se define Catalina Gómez Toro tras 14 años de trayectoria docente e investigativa en la Institución.
En las clases de esta economista, especialista en Organización Industrial y Regulación Económica, y magíster en Economía de EAFIT no solo se aprende acerca de macroeconomía, microeconomía, organización industrial o políticas monetarias, también hay elementos éticos, sociales y morales con los que invita a sus estudiantes a reflexionar sobre su futuro y el contexto que los rodea.
Las notas y las calificaciones de exposiciones, parciales y finales se quedan cortas frente a la satisfacción que siente cuando un joven logra entender e interiorizar un tema. Y es que esta profesora de la Escuela de Economía y Finanzas entrega su alma en cada clase y, con el mismo cariño que cuida a sus hijos Jerónimo, Lucas y Matías, se asegura de preparar a sus alumnos para afrontar los retos profesionales.
Este premio es un reconocimiento a una labor construida con la convicción de que la educación es la piedra angular para la transformación de las sociedades.
Mario Elkin Vélez Ruiz, docente del Departamento de Ciencias Básicas-Escuela de Ciencias y Humanidades
La mecánica cuántica, la física del estado sólido, la materia condensada o el comportamiento del plasma son temas que, desde la teoría, pueden ser difíciles de comprender, pero que con un diálogo agradable, un comentario jocoso o un ejemplo claro y concreto se convierten en conocimientos cercanos y amenos.
Ese es, precisamente, el sello que Mario Elkin Vélez Ruiz le imprime a sus clases, y con el que ha logrado que sus estudiantes del pregrado en Ingeniería Física y la maestría en Física Aplicada desarrollen su curiosidad y disposición por esta ciencia.
Una sesión con este físico y magíster en la misma área no es un recetario de fórmulas y métodos. Por el contrario, es un espacio de conversación donde el conocimiento es el eje central, en el que se busca que ningún alumno se marche sin comprender alguna noción que parezca compleja.
Después de 15 años de trayectoria, este profesor, adscrito a la Escuela de Ciencias y Humanidades, no solo se dedica a encontrar el valor de la masa o a calcular un determinado movimiento. Su gestión pedagógica está enfocada en ratificar el valor de sus estudiantes, despejar sus dudas y calcular su éxito en el futuro.
Guillermo Montoya Pérez, docente del Departamento de Derecho-Escuela de Derecho
Guillermo Montoya Pérez descubrió su vocación por la docencia antes de culminar su bachillerato en el Liceo de la Universidad de Antioquia mientras cumplía con su labor de alfabetización en una escuela del barrio Santa Cruz. Y, fue tanta su convicción, que decidió continuar con esta labor una vez culminó el periodo de voluntariado.
Desde 1969 hasta la fecha, este abogado de la Universidad de Medellín; especialista en Derecho Procesal, en Derecho de Familia y en Derecho Privado de la Pontificia Bolivariana; y magíster en Docencia Universitaria de la Universidad del Valle y en Derecho Privado de la UPB, no se ha detenido en su afán de entregarles a los futuros juristas las herramientas necesarias para comprender el país e impartir justicia con integridad.
Este docente, quien en la actualidad cursa el doctorado en Derecho de Familia en la Universidad de Zaragoza, llegó a la Institución hace 12 años para fortalecer la planta profesoral de la recién conformada Escuela de Derecho.
Por eso, al hacer uso de ese léxico con el que ha formado varias generaciones de abogados, la Universidad confirma que la excelencia docente de Guillermo es una sentencia irrevocable.
Mario César Vélez Gallego, docente del Departamento de Ingeniería de Producción-Escuela de Ingeniería
Cuando se trata de estudiantes o problemas matemáticos, Mario César Vélez Gallego, profesor de la Escuela de Ingeniería, ha aprendido a modelarlos con paciencia, compromiso, disposición y, sobre todo, con la convicción de que, a través de sus clases, se abre una ventana hacia un sinfín de posibilidades y conocimientos.
Llegó a la docencia a los 23 años, justo después de culminar sus maestrías en Ingeniería Industrial en la Universidad de los Andes y en el Instituto Tecnológico de Georgia (Estados Unidos) y, quizás debido a aquella temprana inserción al mundo de la academia, todavía conserva la jovialidad, el trato y la energía de un estudiante.
Inquieto y curioso por aprender nuevas cosas, Mario César, quien además es ingeniero de Producción de EAFIT y doctor en Ingeniería Industrial de la Universidad de La Florida (Estados Unidos), disfruta de esas clases de operaciones y modelación matemática en las que los alumnos sacuden sus estructuras formativas, lo hacen cuestionarse y le siembran nuevas dudas.
Por ese motivo, prefiere no dejar dudas sin responderles a sus estudiantes y siempre tiene un tema de debate para proponerles, convencido de que cada inquietud matemática resuelta, es una nueva herramienta que adquieren para solucionar problemas en su vida real y enfrentarse a los desafíos profesionales.