• Un total de 98 personas recibieron reconocimiento ayer, durante el Homenaje a empleados, evento en el que, cada aniversario de EAFIT, se destaca la labor de quienes cumplen en la Universidad una trayectoria de 10, 15, 20, 25, 30, 35 y hasta 40 años.
• Gratitud fue la palabra más escuchada durante la ceremonia, que inició con una eucaristía, a las 9:00 a.m., y continuó con la entrega de la distinción en la que, antes de nombrar a un grupo de empleados, se mencionaron las metas de la Institución en cada lustro.
La alegría fue la característica de este evento de principio a fin. Desde que inició el acto, hasta que finalizó. Ante la aparición de cada rostro en la pantalla la emotividad estuvo presente.
Esa pareció ser la premisa de la comunidad eafitense que se apostó en buen número, ayer 8 de mayo, en el Auditorio Fundadores, para aplaudir, gritar y hasta felicitar con pitos a los empleados eafitenses que fueron homenajeados por la Universidad en agradecimiento a sus años de trabajo y dedicación.
Antes de la ceremonia, compañeros, familiares y amigos empezaran a preparar los estilos de celebración, las palabras de reconocimiento y los mejores ángulos para tomar la foto.
Una vez dentro del recinto, los besos y los abrazos sobraron, en este caso, de manera espontánea y con la única planificación que pueden dar años de amistad y compañerismo.
En orden ascendente fueron llamados al escenario, uno a uno, los 98 agasajados que cumplieron años de vida laboral en EAFIT: 21 por los 10 años, 36 por 15, 27 por 20, 8 eafitenses por 25, 3 por 30, 2 por 35 y una persona por sus 40 años de labores. Algunos subieron nerviosos, otros conmovidos, pero todos felices y ovacionados por los asistentes.
Al final, la explosión de sonrisas y exclamaciones, los pitos, los carteles y las bombas fueron cortesía de la barra de la Oficina de Admisiones y Registro, que no podía dejar de festejar por lo alto los 40 años de su jefa, María Eugenia Hoyos de Hernández, una eafitense que en cualquier lugar donde se encuentre, da cuenta de su trayectoria.
“Este logro es lo máximo que he tenido en mi vida porque me ha ayudado cantidades para lo que soy hoy, lo que es mi familia. Estoy feliz de estar acá y ojalá me toquen otros cuarenta años”, dijo la empleada.
Celina del Socorro Bolívar Gómez también estaba feliz, pues llegar a 35 años con la Universidad ha significado para ella “una bendición de Dios”, pues fue el lugar donde se formó, se desarrolló como profesional y al que seguirá perteneciendo siempre, aunque ya es jubilada.
¡Gracias!
La Universidad de los primeros años de María Eugenia es muy diferente a la EAFIT en la que trabaja en la actualidad: tenía una sede pequeña, unos cuantos pregrados y un perfil que todavía estaba afinándose.
Después de cuatro décadas, el crecimiento y los logros son muchos, y su razón de ser es cada vez más clara. “Una Institución no se funda solo para ser un ejercicio intelectual, debe ir más allá y causar un impacto en la sociedad, en la vida de las personas que viven en nuestra zona de influencia”, expresó Juan Luis Mejía Arango, rector de la Universidad durante su intervención.
También agregó que llegar a este punto solo ha sido posible gracias al esfuerzo y compromiso de esos empleados que día a día cumplen su labor y, por eso, no merecen otra cosa que agradecimiento.
“EAFIT es hoy lo que es gracias a ustedes. Hoy les digo gracias por entregar sus vidas, por entregar la mejor parte de su existencia para hacer mucho mejor esta Universidad”, manifestó.
De hecho, el eje central de este homenaje fue el Plan Estratégico de Desarrollo 2012-2014, de manera que, a lo largo de la ceremonia, se fueron mencionando las diferentes metas que ha alcanzado la Institución a través de su historia, en cada uno de los momentos precisos en los que ingresaron los homenajeados.
Por eso, la idea era hacer una mención previa a la presentación de cada grupo para que se hiciera evidente la contribución de todos al cumplimiento de cada uno de esos retos, que hoy son realidad.
El final, que se dio alrededor del mediodía, no tuvo adioses, solo más felicitaciones, agradecimientos y buenos deseos, porque la labor continúa y como dice María Eugenia: “todavía quedan muchos años por delante”.