• La creación artística se podrá presenciar en el Auditorio Fundadores, el jueves 18 de abril, a las 7:00 p.m. La entrada es libre y para público en general.
El relato cuenta la aventura del poeta Antonin Artaud que, en 1936, decidió explorar las raíces de los Tarahumara o Rarámuri, en la Sierra Madre Occidental, al norte de México. “La historia se teje con nitidez a través del viaje de un escritor colombiano que, 70 años más tarde, decide replicar los pasos del controvertido poeta francés”.
De esta manera comienza la descripción que el Teatro Tierra hace de su obra La montaña de los signos, que presentará el jueves 18 de abril, en el Auditorio Fundadores de la Universidad, a partir de las 7:00 p.m.
“Con esta obra queremos mostrarle a todos los usuarios de la agenda cultural de EAFIT, una propuesta diversa frente al teatro, que tiene que ver con espacios, en la medida de lo posible, de distintas tendencias del teatro actual en la ciudad y en el país”, afirma Juan Antonio Agudelo Vásquez, coordinador del Área de Extensión Cultural.
Por su parte, Juan Carlos Moyano, escritor y director de la obra, señala que “esta se relaciona, de una u otra manera, con la posibilidad de mirar la cultura latinoamericana de una forma distinta, desde el pensamiento mágico que se origina en las cosmovisiones ancestrales”.
Y agrega que lo que hace su grupo de artistas es retomar la creación de Artaud y montarlo de una manera que le permite al espectador ver, imaginar y sentir la tierra Tarahumara a través de los sentidos.
“Es una labor distinta, un trabajo profesional que trata un tema controvertido. El viaje de Antonin Artaud sucede en 1936, nosotros lo miramos desde el siglo XXI y abarcamos parte de la realidad mexicana actual y parte de la realidad que el poeta encontró en la década de los años 30”, dice Juan Carlos.
Para crear la puesta en escena, el director utilizó, como punto de partida, todos los archivos existentes del poeta: artículos, epístolas, testimonios, estudios, cartas geográficas, experiencias de campo, fotografías y el libro Los Tarahumara, donde Artaud reúne diversos materiales.
Sin embargo, el montaje retrata la visión del cronista colombiano Antonio Morales, quien, 70 años más tarde, decidió rehacer los pasos del controvertido poeta francés en el país azteca con lo que escribió una serie de artículos.
El grupo
Teatro Tierra es un grupo de teatro con una amplia trayectoria. Han sido ganadores de varios reconocimientos y han participado en distintas oportunidades del Iberoamericano de Teatro.
Su enfoque se caracteriza por construir una puesta en escena donde se debaten temas que ponen en cuestión muchos estadios de la ética y de la vida humana.
“Teatro Tierra está cumpliendo 25 años de existencia como una compañía estable y profesional que, año tras año, ha tenido diferentes montajes y que ha seguido un camino dramático, donde la poesía y la condición humana son su esencia”, anota su director.
Entre las obras que más relevantes están, por ejemplo, Memoria y olvido (1991); Sexus (1995), La casa de Eva (2001), Pandemia (2005), Del amor y otras inocentes palabras (2006), Las Troyanas (2007) y La insurrección de las hormigas (2011).
Además, también han trabajado en obras como La Vorágine (2008), La cabeza de Gukup (2010) y La Isla del Tesoro (2012), que ya fueron presentadas en EAFIT.
“En La montaña de los signos se observa un proceso de simbiosis entre el escritor, el poeta, el lector empedernido y el hombre de teatro. En la creación y dirección escénica, en general, se perciben tendencias y poéticas diversas, como ocurre con directores autores que emergieron desde la actuación como Moliere o Darío Fo, y escritores conceptuales como Jean Paul Sartre. Además tiene un valor estético y pictórico evidentes en directores como Max Reinhardt, Lindsay Kemp o Bob Wilson, entre otras de la práctica teatral”, asegura Carlos José Reyes, escritor, dramaturgo e investigador.
Juan Antonio reitera que la propuesta que quiere ofrecer la Institución es siempre diversa y procura ser incluyente y, sobre todo, aspira a que la comunidad universitaria y sus diferentes usuarios se sientan respetados y que vean siempre a EAFIT como referente cultural, con una agenda de calidad.
“Con La montaña de los signos queremos ofrecer eso: otra mirada del teatro, distinta a ciertos lugares comunes con los que nos solemos encontrar dentro de la oferta en la ciudad” anota el coordinador del Área de Extensión Cultural.
En este sentido, Juan Carlos concluye que EAFIT se caracteriza por ser una institución donde la cultura y el pensamiento tienen un espacio importante. “Por lo tanto, cada que vamos a su campus llevamos la curiosa necesidad de encontrarnos con un público amable, que siempre es un receptor generoso de nuestra obra”.