• María Alejandra Calle recibió dos reconocimientos que le permitirán, no solo continuar con sus estudios de doctorado, sino interactuar con expertos de la Unctad, la Organización Mundial del Comercio y algunas ONG.
• Esta docente del Departamento de Negocios Internacionales ha logrado que el nombre del país y de la Universidad sea conocido en Irlanda y otras naciones europeas.
Cuando María Alejandra Calle Saldarriaga, docente del Departamento de Negocios Internacionales, recibió el mes pasado el premio Comyn Kelleher Tobin de manos del rector de la University College Cork (UCC), de Irlanda, no solo sintió emoción por ser una de las ganadoras, sino satisfacción al saber que está representando bien al país y a la Universidad.
Este reconocimiento, que financiará parte de sus estudios doctorales, lo obtuvo en una ceremonia al estilo medieval que tuvo lugar en el aula máxima de esta universidad, fundada en el siglo XVII.
“Fue un acto muy hermoso. Allí escuché las palabras de bienvenida y felicitación de este directivo que enfatizaba en lo mucho que le complacía tener a alguien de Colombia como estudiante de doctorado. Fue muy emocionante escuchar el nombre de mi país”, dice.
Esta eafitense mostró, desde sus inicios como estudiante de Derecho, su excelencia académica, lo que fue un paso adelante para avanzar en sus estudios de especialización en Derecho Comercial en la Universidad de Los Andes, luego su maestría en Ciencias de la Administración en EAFIT, y de manera posterior la maestría en Derecho Económico Internacional y Política Económica Internacional en la Universidad de Barcelona (España).
El proceso para obtener la beca no fue nada sencillo, ya que eran varios los candidatos internacionales e irlandeses que aspiraban a una plaza doctoral y, según ella, de alto nivel académico.
Pero la calidad, la factibilidad y la relevancia de su trabajo investigativo fueron reconocidos por el comité de investigaciones de la UCC, que decidió otorgarle a la eafitense la posibilidad de desarrollar sus estudios doctorales.
“Este logro sin duda tiene grandes implicaciones para mi carrera como académica y futura experta en temas de investigación. Es muy grato para mí, que tanto el nombre de mi país como el de EAFIT adquieran una mayor visibilidad”.
Y este recorrido es el que también le permitió, hace dos semanas, recibir una comunicación en la que se le entregaba el premio Aidan Synnott, concedido por la Facultad de Derecho de la UCC, que financiará su viaje a Ginebra (Suiza) para realizar su segunda pasantía de investigación.
Será gracias a esta oportunidad, que la docente podrá estar en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad). De igual manera, tendrá la posibilidad de interactuar con expertos en la Organización Mundial del Comercio; y en importantes ONG vinculadas con la protección del medio ambiente, la promoción del comercio y el desarrollo sostenible.
“Esto facilitará mis actividades de investigación en la ciudad de Ginebra, donde realizaré una recolección de datos para el desarrollo de mi tesis doctoral en la que analizo, por ejemplo, asuntos ambientales que han dado origen a barreras no arancelarias”, dice María Alejandra.
Sus temas de investigación
La tesis de la docente aborda el tema de los procesos y métodos de producción ambientalmente sostenibles, en el contexto de la Organización Mundial del Comercio y el Derecho Ambiental Internacional.
Este trabajo investigativo, que hace parte de los intereses del grupo de investigación Estudios Internacionales, adscrito al Departamento de Negocios Internacionales, contribuye, desde la perspectiva jurídica, a temas como comercio internacional, medio ambiente, desarrollo y responsabilidad social empresarial.
“Mi deseo es enriquecer la investigación en EAFIT sobre temas como el derecho económico internacional y el medio ambiente. Quiero que la Institución esté a la vanguardia en los asuntos que se abordan actualmente en la Organización Mundial del Comercio”, comenta la eafitense.
Aunque María Alejandra se encuentra en este país milenario que la acogió desde el primer momento, dice que aún extraña las montañas, los guayacanes florecidos, las frutas tropicales y las ensaladas siempre frescas que disfrutaba en Sol y Melón. También a sus alumnos, a sus compañeros de trabajo y a su familia, a quienes recuerda con gratitud.
“Entre hiedras, piedras labradas con el antiguo alfabeto de los druidas, pájaros que arrullan en las noches, una lluvia que no cesa y la increíble amabilidad de los irlandeses, voy construyendo otra vida lejos de la entrañable rutina que tenía hasta hace seis meses”, concluye.