• Un domingo al mes, el Club de Caminantes programa esta iniciativa para que empleados y otros eafitenses realicen actividad física y se encuentren con la naturaleza.
• Los caminantes llegan hasta diferentes subregiones del departamento, para deleitarse con el paisaje y aprender de la geografía antioqueña. Conozca la programación.
Que a los Palomos en Camilo C., que vamos para la cascada de La Estrella, que por qué no pasar por la quebrada Niverengo en Anzá o mejor será ir a la vereda Yerbabuenal en Entrerríos… En fin, lo importante es pasar por ahí, aprender de cada lugar y deleitarse con la naturaleza.
Esa es la invitación que el Club de Caminantes, del Departamento de Deportes y Recreación adscrito a la Dirección de Desarrollo Humano-Bienestar Universitario, hace a empleados, estudiantes, egresados, jubilados y extranjeros que disfrutan de caminar, de contemplar los paisajes antioqueños y de hacer de sus domingos un día diferente.
Porque no solo se trata de hacer actividad física. Más allá de esto, la idea es, como lo dice Sandra Luz Alzate Cadavid, asistente de este departamento, recrearse, aprovechar el tiempo libre y entrar en contacto con el medio ambiente.
“Este es un espacio muy renovador, pues a pesar de que al otro día se reanudan muchas actividades y se puede amanecer cansado, los caminantes que ya llevan tiempo y los que recién se están integrando, viven otra experiencia que los saca de sus rutinas y les proporciona mucho bienestar”, dice.
Gustavo Valencia, uno de los guías y responsable de proponer los recorridos, es un conocedor incansable de las rutas, las trochas, el paisaje, los climas, la situación de orden público y hasta de las condiciones sociales que poseen los territorios por recorrer.
“Él siempre hace recorridos previos para identificar aspectos importantes de la zona y así garantizar a los inscritos que la caminada será confortable, que tendrá el nivel esperado y que el número de pormenores será mínimo”, comenta Sandra, y agrega que además el guía siempre tiene una historia diferente para contar en cada salida. ¡Hasta los habitantes del lugar lo conocen!
Cero dificultad
Pero si se cree que el reto es difícil, se está equivocado. Las convocatorias invitan, por lo general, a novatos, es decir, a aquellos que tienen su estado físico en un nivel mínimo (de 1 o 2 en una escala que llega a 5).
Así mismo, antes de iniciar, los cerca de 40 caminantes que participan hacen calentamiento previo para un recorrido máximo de seis horas, reciben instrucciones y permanecen en grupo de principio a fin.
“Desde las 6:00 de la mañana, que es la hora de encuentro, todos deben seguir al guía, estar con el grupo, ayudar a los demás, no transgredir la naturaleza y seguir otro tipo de recomendaciones que siempre garantizarán el éxito de la salida”, afirma Sandra.
Utilizar un morral de doble cargadera, vestir ropa de algodón, usar medias con zapato de bota y superficie de agarre, llevar gorra o sombrero, aplicarse bloqueador solar, tener presente la hidratación y portar las medicinas (si es del caso) son algunas recomendaciones esenciales que deben seguir los viajeros.
Así, cada domingo del mes en el que esté programada una salida, lo más importante es saber de ante mano el nivel de dificultad de la actividad física (que está entre 1 y 5); inscribirse con tiempo la semana anterior; y alistarse para un domingo relajante, renovador y de nuevos amigos.
Un club con historia
El Club de Caminantes desde que se fundó, en 1977, ha buscado promover en la comunidad universitaria actividades lúdico formativas, recreativas y de proyección social para el uso y aprovechamiento del tiempo libre.
Desde su creación se realiza una caminada por mes. Solo en 1999, por asuntos de orden público se suspendió, y en 2005 se reanudaron las salidas con más rutas y destinos.