• Ética y academia es el nombre de la segunda fase del proyecto Atreverse a Pensar que atraviesa por un momento de transición (fase 2.5), en la que se pretende recoger la reflexión sobre lo que ha sido esta iniciativa. Ya hay casos positivos.
• Entre marzo y junio se desarrollará la tercera y última etapa sobre Cultura ciudadana en la que los valores institucionales serán un elemento fundamental. Otras instituciones replicarán el proyecto con sus públicos.
Retomar, conectar, explicar y seguir reflexionando. Eso es lo que se quiere con la etapa 2.5 del Proyecto Atreverse a Pensar denominada Ética y academia, y que inició 2012 con nuevas frases alusivas a la relación que existe entre algunas faltas éticas de orden mundial y las que se dan en el entorno académico.
Por eso, por estos días se ven afiches y vallas que dicen “Hecha la ley, hecha la trampa”, contrastada con “Parce, dame tu Pin para el examen”, o la conocida “El fin justifica los medios” frente a “Ah… es que esa materia es muy difícil”.
Así es como la Universidad quiere conectar y mostrar, antes de pasar a la tercera fase sobre Cultura ciudadana, la cercanía que tienen las dos primeras etapas del proyecto que contemplaron temáticas sobre El culto a la viveza, y Ética y academia.
“Son seis frases que muestran cómo las faltas mayores y las de orden académico tienen relación en la medida en que, en ambos casos, existen excusas para justificar actos que involucran deshonestidad e ilegalidad”, afirma Nathalia Franco Pérez, jefa del Departamento de Comunicación y Cultura, y directora del proyecto.
Para la directiva, si bien pudiera parecer menos grave una falta académica, en el fondo es igual de delicada que si se infringe la ley en un nivel más alto como, por ejemplo, robarle al Estado. “Al fin de cuentas se están quebrantando reglas, se incumplen acuerdos, y en la Universidad creemos en la premisa que dice que quien vulnera la norma desde lo pequeño, podría hacerlo desde lo grande”.
Aunque indica que no hay hipótesis que comprueben que esta premisa es verdadera, algunos sociólogos y científicos sí han estudiado sobre el tema quienes afirman que es muy probable que se dé el salto.
Por eso, para la Institución es importante reforzar ambos mensajes (el del Culto a la viveza, y el de Ética y academia), no solo porque ingresaron estudiantes nuevos en 2012 a los que se quiere llegar con el proyecto, sino que es necesario hacer estas últimas reflexiones antes de darle paso, en marzo, a la tercera y última fase.
La base serán los valores institucionales
Cultura ciudadana será un espacio de reflexión y de diálogo igual a los anteriores. Su esencia está basada en el modelo que aplicó Antanas Mockus, en Bogotá, que sostiene que solo en la medida en que lo legal, lo social o cultural, y lo moral estén en armonía, se puede dar un cambio verdadero.
Sin embargo, un componente adicional entra en este punto del proyecto y es la propuesta que hace EAFIT, que no es más que una apuesta a un sistema de principios que movilicen a las personas hacia lo legal, lo cultural y lo moral, y que, además, se pueda ver reflejado en diferentes ámbitos de la vida.
La base para esto serán los valores institucionales, que se convertirán en temáticas del proyecto a lo largo de esta fase. “La propuesta plantea llegar a un pensamiento más crítico, a que se encuentre sentido a la relación consigo mismo y con el otro, a partir de estas declaraciones eafitenses”, explica Nathalia.
Será el momento también para hacer un acompañamiento al Columbus School y a la Universidad de Medellín, dos instituciones que replicarán el proyecto con sus públicos, gracias al impacto que evidenciaron con esta iniciativa.
De ahí en adelante y con la conciencia de que este proyecto es la semilla para un trabajo que debe ser continuo con el fin de obtener resultados en el mediano y largo plazo, lo que se espera es un que en las aulas, en el campus y en las vidas de los eafitenses se motive la transformación.
Ya hay casos positivos
Algunos profesores y estudiantes ya han experimentado cambios en sus comportamientos o en su forma de ver el tema académico desde la honestidad, gracias a las reflexiones emanadas del proyecto.
Uno de ellos es Carlos Mario Betancur Hurtado, profesor del Departamento de Organización y Gerencia, quien en algunas de sus clases de gestión humana abrió el espacio para debatir las temáticas que comprende la iniciativa.
Él les mostró a sus estudiantes la película Lección de honor de la que debían hacer un ensayo, debatir sobre la dignidad y el respeto, con el fin de que la mayoría lograra interiorizar este mensaje a su vida.
Adolfo León Maya Salazar, profesor del Departamento de Humanidades, realizó, en su curso de análisis de la opinión pública, un ejercicio que consistió en profundizar en algunas frases y llevarlas a la vida personal. “No era solo decir qué pensaban, se trataba de preguntar a las personas con las que vivían qué creían sobre eso que ellos piensan, también indagar qué se dice de esa frase en el medio”, cuenta el profesor.
Así, la idea fue construir opinión de lo ético a partir de una frase. “Creo que fue una experiencia muy interesante porque trascendió e implicó cierta revisión de las conductas, los comportamientos y los valores”, apunta.
María Susana Jaramillo Echeverri, profesora del Departamento de Mercadeo, utilizó el cineforo de la película La lengua de las mariposas como una forma de amonestar a dos de sus estudiantes que copiaron un trabajo de clase. Lo que inicialmente fue una sanción pasó a ser después para los alumnos un compromiso permanente, en este y otros cursos, con la honestidad.