Reforzar la capacidad de expresarnos con asertividad, la tarea que tenemos en marzo
No hay una fórmula concreta para expresarse, pero un asunto importante es propiciar conversaciones orientadas, más que a la queja, a la solución.
• En febrero la reflexión fue sobre escuchar nuestras emociones. Ahora, en marzo, el programa
Cuidémonos nos recuerda la importancia de expresarlas y saber reconocer las limitaciones en el contexto laboral, para ayudar a disminuir el estrés y la ansiedad.
• Por eso conversamos con los psicólogos de Desarrollo Estudiantil y Servicio Médico, quienes nos hablan, además de la importancia de expresarse, sobre cómo este ejercicio tiene efectos positivos en nuestro cuerpo y salud mental.
Todo comunica. Ya sea a través de la ropa que usamos, los gestos, la postura del cuerpo, la mirada, los gustos personales o nuestros propios hechos cotidianos, siempre estamos enviando mensajes a quienes nos rodean. Pero cuando hablamos de expresarnos en el contexto laboral, la conversación sigue siendo el medio más eficaz para hacerle saber al otro qué sentimos, porqué lo sentimos o cómo lo estamos gestionando.
Y expresarnos, como muchas otras acciones, tiene efectos en el cuerpo y la mente. Hacerlo de manera adecuada, por ejemplo, es fundamental a la hora de generar paz y tranquilidad, aumenta las sensaciones de disfrute y permite la apertura frente a nuevas posibilidades y oportunidades.
“El trabajo es un lugar en el que pasamos gran parte de nuestro tiempo, conocemos personas, tejemos redes y construimos estrategias para mejorar y fortalecer las habilidades laborales. Y eso no lo podemos hacer sin interactuar y expresarnos con los compañeros y líderes. Es una parte fundamental en la gestión del bienestar y la salud mental”, explica Diana Carolina Gómez Restrepo, jefa de Servicio Médico y Seguridad y Salud en el Trabajo.
Y a esta opinión se suma Esteban Meneses Suárez, psicólogo del área de Apoyo Psicosocial y Psicopedagógico de la Universidad, quien explica que, así como expresarse puede traer efectos positivos en el cuerpo y la mete, no hacerlo a tiempo o de la manera adecuada, también puede generar otro tipo de señales de alerta. Acumulamos y acumulamos y, eventualmente, eso va a generar efectos”.
Efectos como la ansiedad, el estrés o sobre pensar las cosas. E, igualmente, y dependiendo de los diferentes organismos, también pueden manifestarse síntomas como dolores de cabeza, fatiga, irritabilidad o molestias gastroinstestinales, entre otras patologías.
Eso sin contar el impacto que puede tener en las labores cotidianas que desempeñamos en la U, como los cambios en el estado de ánimo y los hábitos, las distracciones, o las incapacidades médicas debido a algún malestar que estemos experimentando.
“No hay un modo puntual de saber qué nos va a generar, pero lo cierto es que sí hay efectos. La mente y el cuerpo siempre nos van a dar señales cuando necesitamos descargarnos de algo. De ahí la importancia de conocernos muy bien para saber qué es lo que nos pasa, evaluar la situación y gestionarla a través de la comunicación, ya sea solos o con ayuda”, puntualiza el psicólogo.
No hay una fórmula mágica, pero sí un primer paso
No hay una fórmula para expresarse ni, mucho menos, una única manera de hacerlo. Pero, para Esteban Meneses, el primer paso siempre tiene que ser la introspección. “Sí, hoy en día es muy difícil tener un espacio con uno mismo, pero hay que hacerlo cuando sentimos que algo no está bien, me está afectando o está impactando mi entorno. Es lo mínimo y hay muchas maneras de introspección. A algunos les funciona el ejercicio, a otros el yoga o la meditación y a otros la escritura. Lo importante es dar ese primer paso”, señala.
Tener una mayor claridad sobre lo que se quiere expresar o decir permite que la conversación no se quede en un nivel de queja, sino que sea una construcción colectiva para identificar las posibles soluciones. Eso no significa que si lo que se quiere expresar es una molestia, no se pueda hacer. Al contrario, decirla y exponerla es un comportamiento sano, pero la idea es buscar la manera de trascender más allá de la problemática.
“Buscar un espacio propicio, no tomar decisiones a la ligera, reposar las emociones y las ideas antes de pasar a los actos, o buscar puntos de vista dentro de los círculos de apoyo que tenemos cada uno, son otros tips útiles”, agrega el psicólogo.
Sin embargo, Esteban también enfatiza en la importancia que tiene el acompañamiento profesional por parte de un psicólogo, pues muchas veces las personas no logran entender bien la situación que los agobia y, por ende, no la saben comunicar. En esos casos la consulta puede ser un apoyo para saber expresarse.
Expresar con asertividad las limitaciones es un sinónimo de autoestima
En el entorno laboral también es frecuente que nos encontremos frente a situaciones que nos sobrepasan, que desconocemos o que no podemos controlar. Y ahí es completamente normal que acudamos a expresiones como “no sé”, “no entendí” o “no me dio el tiempo”, entre otras. Son completamente normales y humanas.
Pero para el psicólogo Esteban Meneses, estos mensajes también se pueden comunicar de manera que, además de manifestar la limitación, podamos proponer una posible alternativa. “Como por ejemplo usar: ¿puedo tener más tiempo? Con esta frase estamos diciendo, efectivamente, que no alcanzamos a entregar algo, pero lo decimos de otra manera. Otras opciones pueden ser ¿quién me puede apoyar en esto?, ¿dónde puedo buscar más información? o ¿me podrías repetir el procedimiento? Cambiar el chip de esta manera nos permite pasar a la acción y no seguir alimentando el estrés o la ansiedad”.
Eso, en palabras de Laura Eliana Montoya Espinosa, psicóloga del Servicio Médico de EAFIT, se llama asertividad, y es la capacidad de decir lo que siento y pienso, en el momento que es, de la forma adecuada, y a la persona con la que debo hacerlo, lo que es fundamental para las relaciones personales y laborales.
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Pasividad: quedarse callado con un malestar. Este sigue ahí, latente.
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Agresividad: lo completamente opuesto de la pasividad. Reaccionar de manera violenta o no adecuada.
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Asertividad: saberse expresa o comunicar en el momento debido, de la forma adecuada y con la persona que debo hacerlo.
“La asertividad se relaciona estrechamente con la autoestima. Si tengo una autoestima bajita, débil o frágil, no voy a tener la capacidad de admitir o expresar que no quiero, no puedo, no soy capaz o no entendí. De esta manera vamos a asumir un rol complaciente que nos va a limitar la capacidad de expresarnos”, explica la psicóloga.
Por el contrario, una buena autoestima y conocernos muy bien a nosotros mismos nos permite salir del rol complaciente y tener la capacidad de expresar si nos sentimos incómodos, si no sabemos algo o, simplemente, aprender a poner límites.
Recordemos que la Universidad cuenta con diferentes rutas para el cuidado de la salud mental, así como el apoyo a través de la consulta psicológica, el grupo de paramédicos para brindar primeros auxilios psicológicos, El Escuchadero (en convenio con la Alcaldía de Medellín), y el Directorio de Servicios en Salud Mental. Así mismo, los profesores y colaboradores también cuentan con el apoyo de una línea especializada.
Estos y muchos otros recursos los podemos consultar en el siguiente
enlace.
Recordemos que la U cuenta con un Protocolo de Desconexión Laboral para contribuir a nuestro bienestar
Expresarnos también implica poner límites y encontrar un balance entre la vida personal y la laboral para contribuir al bienestar, la salud y la calidad de vida. Justamente, para seguir contribuyendo a estos temas, es importante recordar que la Universidad cuenta con el Protocolo de Desconexión Laboral.
Te invitamos a conocer y repasar este protocolo aquí