Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
Inicio de sesión
Acreditaciones / Sistema SiaceIntranet Entrenos / NoticiasNoticias 2018Noticias Entrenos / AbrilSin bata y con botas, una travesía investigativa que une academia y comunidad
09/04/2018

​Por las dependencias

Sin bata y con botas, una travesía investigativa que une
academia y comunidad 

La naturaleza en todo su esplendor quedó registrada en el documental, producido por la Universidad de los Niños y el Departamento de Ciencias Biológicas de EAFIT.

• Profesores y estudiantes de EAFIT rastrearon, junto a integrantes de la Universidad de los Niños, la biodiversidad del Parque Nacional Natural Las Orquídeas, especialmente la relacionada con mamíferos.

• Como parte de la expedición crearon un documental que muestra, además de la aventura científica, el encuentro entre miembros de la academia con habitantes de comunidades indígenas y campesinas en el Suroeste de Antioquia. 


Es necesario recorrer carreteras, senderos y trochas para llegar hasta la vereda Venados en Urrao (Antioquia), un grupo de casas de campesinos e indígenas embera katío perdidas entre el horizonte azulado de las montañas del Parque Nacional Natural Las Orquídeas. Y nueve estudiantes de Biología y profesores de EAFIT estudiaron los mamíferos de este parque y, junto a la Universidad de los Niños de la Institución, conversaron con quienes habitan la zona sobre la importancia de este grupo de animales. 

Es el registro audiovisual de una investigación que puede verse en el documental Sin bata y con botas: un diálogo de saberes en el Parque Nacional Natural Las Orquídeas, una aventura científica al corazón de la selva que une a la academia con la comunidad.

Para Ana María Londoño, jefa de la Universidad de los Niños, se trata de una iniciativa cuyo objetivo es “ponernos a hablar en clave de biodiversidad y permitirnos conocer zonas ricas en ecosistemas. Son lugares visitados por expertos cuyas investigaciones generan cambios en la ciencia. Eso es importante para nuestra dependencia, que busca hacer posible la comunicación de la ciencia y facilitar a la gente un contacto distinto con las formas de producir conocimiento científico”.

Para ella el valor de esta aventura académica y de creación es que la academia se involucre con las comunidades en cuyo seno realiza sus investigaciones y se muestre abierta al conocimiento sobre los territorios de los miembros de las mismas, para establecer diálogos entre diversos saberes, una apreciación que coincide con Juan Fernando Díaz Nieto, profesor del Departamento de Ciencias Biológicas y coordinador del semillero de Biodiversidad de la Institución, quien despertó en los estudiantes el interés por los ecosistemas cercanos a Venados.

Él dirigió los procedimientos metodológicos para tratar de recolectar y registrar la mayor cantidad posible de especies de mamíferos, aquellos que hasta entonces, mediados de 2017, hubiesen escapado al radar del Parque Nacional Natural Las Orquídeas.

El docente asegura que “los mamíferos son el grupo biótico en el que me he especializado toda la vida y, afortunadamente, logré despertar el interés de por lo menos una decena de los quince estudiantes del semillero. En este mundo hay un desconocimiento muy grande de muchos grupos taxonómicos, en particular de los mamíferos, y en el parque hay un altísimo potencial para descubrir en dicho sentido”. 

Juan Fernando, que estuvo detrás de la producción del documental, comenzó este esfuerzo investigativo en el parque hace poco más de tres años, con recursos de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), donde culminó sus estudios de doctorado en Ecología, Evolución y Comportamiento. Hoy, con alumnos del semillero, sigue adelante en su esfuerzo por encontrar y dar a conocer nuevas especies de mamíferos, con el apoyo económico de EAFIT.

El documental

El recorrido fue seguido de cerca por la cámara de Andrés Felipe Giraldo Cerón, periodista de la Universidad de los Niños EAFIT, quien relata que “durante todo el trayecto llovió y el equipo de grabación se mojó. Se hizo imposible usar el trípode y tocó hacer las tomas a pulso. Luego vino un ejercicio juicioso de reportero: no dejar pasar ningún detalle y tratar de hablar con los habitantes del parque, quienes no tienen un contacto muy frecuente con el exterior porque, a pesar de que viajan al pueblo y muchos han estado en Medellín, tienen una forma de vida de montaña”. 

El guionista, realizador y editor de la pieza audiovisual acompañó a los jóvenes del semillero durante 12 de los 20 días que estuvieron en el parque. De esos, dedicó ocho a filmar no solo la naturaleza en su estado más puro sino también el proceso de armado de trampas, preparación de cebos y captura de sujetos de estudio. De esta experiencia obtuvo una gran cantidad de material cuya edición, para dar punto final al filme de doce minutos de duración, le tomó una semana y media.

El periodista asegura haber hecho “cerca de veinte entrevistas a los lugareños, durante un taller que adelantaron con ellos los estudiantes. De esas, solo se rescataron dos. Es que, por su naturaleza, cuando uno pone una cámara frente a la mayoría de los habitantes del parque, obtiene un bloqueo total. Además, teníamos una idea clara del taller con la comunidad, pero había incertidumbre sobre cómo trabajar bien el tema del lenguaje audiovisual”. 

Por eso, y por las condiciones del clima y del terreno, para él  fue también no solo una exploración estética sino también de las posibilidades del equipo que llevó: una cámara y una grabadora de audio.  

Al parecer del investigador, “en la academia somos muy buenos para abrirle la mente a los chicos desde una perspectiva global, pero aún muy occidental. Así que estar en contacto con quienes tienen otras formas de conocimiento, más tradicionales, hace que estos vean que el conocer va más allá de lo ofrecido en el aula”.

Dicho esfuerzo por ampliar los límites de la comprensión de los eafitenses, en términos académicos, sociales y culturales, recoge sus frutos cuando se escuchan opiniones como la de Ramón Pérez, habitante del parque natural, tras su interacción con los científicos. "Se me quedaron muchas cosas grabadas, sobre muchos animales que distingo de por acá. Yo he vivido aquí toda la vida, y ellos nos vienen a explicar para qué es todo esto. Lo importante es que tienen en cuenta a la comunidad", manifiesta Ramón.

Y para Valentina Grisales, Mauricio Serna, Sara Velásquez, Yehimy Rueda, Juan Carlos Carrillo, Óscar Santiago Alzate, Francisco Nieto, Mateo Giraldo y Juan Manuel Martínez, estudiantes de Biología de la Universidad, esta iniciativa de investigación fue la oportunidad de colgar las prendas de laboratorio y emprender camino por trochas y quebradas, entre el corregimiento La Encarnación y la vereda Venados, a pie y a lomo de mula, en una travesía que les ofreció ampliar sus conocimientos más allá del aula de clase.
Última modificación realizada el 09/04/2018 10:39 por Aura Maria Giraldo Murcia