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05/10/2017

Actualidad eafitense

La integridad de los profesores en la academia y la ciudadanía


La publicación fue desarrollada por cuatro investigadores y ya está disponible en la Librería Acentos de la Universidad.  

Academia y Ciudadanía: profesores universitarios cumpliendo y violando normas fue el libro que el Centro de Integridad presentó el miércoles 4 de octubre, en el 38-110. 

• Desde las 10:30 a.m. algunos de los investigadores compartieron con los asistentes los resultados del estudio que motivó la publicación que se realizó en nueve universidades en Medellín.

Una moneda con una cara blanca y una negra recibieron cerca de 650 profesores de nueve universidades de Medellín y municipios aledaños. El objetivo: que la lanzaran en privado en su escritorio y dependiendo de la cara que cayera se debía responder una encuesta o decidir no hacerlo. De acuerdo con Juan Camilo Cárdenas Campo, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, se trataba de una oportunidad para decir una pequeña mentira, una base para analizar los comportamientos de los profesores de educación superior. 

Esa fue una de las metodologías que el equipo de autores del libro Academia y Ciudadanía: profesores universitarios cumpliendo y violando normas usaron para garantizar la confidencialidad del proceso de recolección de información que presentaron el miércoles 4 de octubre, a las 10:30 a.m., en el auditorio 38-110, en un evento convocado por el Centro de Integridad de EAFIT. 

Allí no solo buscaron analizar el problema de la trampa en el campo académico, sino que decidieron mostrar también las conexiones entre el mundo universitario y el de la ciudadanía. 

"Esto fundamentado en el principio del mal ejemplo que es el que educa en términos morales y que es un asunto de grandes consecuencias de largo plazo perjudiciales en la sociedad", señaló Mauricio García Villegas, profesor de la Universidad Nacional y también autor del libro junto a Nicolás Torres Echeverry y Andrea Ramírez Pisco. 

Y es que, agregó Mauricio, los individuos son unos mimos que replican los comportamientos de otros y es allí donde se conecta un fenómeno de reciprocidad. "Por ejemplo, cuando las personas ven que su círculo cumple con determinadas normas, son más propensas a utilizar este mismo comportamiento y viceversa", explicó. 

Así mismo, identificaron un sesgo de superioridad ilusoria, en el que casi todas las personas creen que son mejores que los demás y que también lo son sus cercanos sobre sus lejanos. "Esto habla de una moral grupista en la que sienten que están en un entorno más protegido en donde hay estándares parecidos a los suyos", indicó Mauricio. 

La metodología que aplicaron, destacó Camilo, se centró en hacer preguntas sobre comportamientos cuestionables y otros triviales para crear en el encuestado mayor interés. 

“Les preguntamos aspectos como si han presentado datos falsos para postularse a un trabajo, si han llegado tarde a dictar clase en repetidas ocasiones o si son descuidados en la manera de vestirse. Todos mezclados entre comportamientos ciudadanos y académicos”, contó. 

El desafío para el país

Aunque la información fue anónima, el estudio pudo concluir a través de una caracterización especial que no hay grandes diferencias entre las universidades públicas y privadas por faltas en cultura ciudadana o por integridad académica, pero sí hay una brecha entre las que son acreditadas en alta calidad y las que no lo son. 

Según Juan Camilo hay una invitación a las instituciones para resolver cómo moverse y construir la cultura de la integridad académica porque los estudiantes ven en los profesores modelos universitarios a seguir. "Queda mirar en qué nos basamos para autoevaluarnos y generar críticas en los sistemas universitarios", contó Cárdenas. 

Por su parte, Mauricio opina que hay un gran reto en un país en el que la crisis de la educación pública de los años 60, 70 y 80 dio lugar a una explosión de universidades privadas de baja calidad que causan problemas visibles solo en largo plazo, y en el que el llamado a la educación superior es a buscar soluciones para mejorar. 

Las estadísticas así lo demuestran y la respuesta a muchas de aquellas preguntas, que en este caso cuestionan también los comportamientos de los docentes y no solo de los estudiantes cuando de fraude se trata, se pueden encontrar en este estudio que ya está disponible para la comunidad y que puede adquirirse también en la Librería Acentos.

Última modificación realizada el 06/10/2017 10:20 por Bibiana Andrea Mona Giraldo