• Estos docentes, al igual que muchos de sus colegas, reflejan la esencia de la escuela a la que pertenecen. Ellos eligieron el camino de la enseñanza porque los reta y les permite aportar, desde sus conocimientos, a la transformación de la sociedad.
• Hoy, Día del Profesor, EAFIT quiere hacer un homenaje a la labor de estos empleados que dejan huella con su ejercicio profesional. La celebración estará a cargo del cuarteto Arropame con la presentación Romances del Medio Atrato. Será en el Auditorio Fundadores, a las 5:00 p.m.
Para Catalina Gómez Toro, docente de la Escuela de Economía y Finanzas, su carrera es una pasión. Desde que era estudiante del pregrado en EAFIT mostró interés por ir más allá de lo que aprendía.
Por esto, en su recorrido académico y laboral se pueden ver logros significativos como haber sido joven investigadora en 2005, realizar sus estudios de especialización en Organización Industrial y Regulación Económica, cursar la maestría en Economía de la que espera graduarse muy pronto y asumir el cargo como coordinadora del pregrado de esta Escuela.
“Estar en la Universidad ha sido un proceso muy bonito. He trabajado en diferentes roles: mercadeo del programa en colegios, en la Experiencia EAFIT, en algunos procesos con el Centro de Educación Continua (CEC), en la organización administrativa y logística en Lacea 2010, entre otros”, expresa.
Su vocación por la docencia es algo que refleja en sus estudiantes, colegas y jefes. “Cuando me preguntan que cuál es el éxito de mis clases, digo que lo que hago, lo hago con pasión. Soy feliz, me siento profesionalmente realizada y todo el mundo percibe eso”.
Por eso, en 2011 recibió la noticia de su vinculación indefinida a la Institución, algo que ve como un premio y un reconocimiento a esa labor de tanto tiempo, en la que siempre ha tenido la camiseta puesta.
Para Catalina la Economía fue su mejor decisión, y considera que es una disciplina que le representa un reto y le permite aportar a la humanidad. “Un docente economista usa herramientas como la teoría, la parte gráfica y el análisis. Es una ciencia muy completa”, cuenta.
Carlos Mario Vélez Sánchez, docente de la Escuela de Ciencias y Humanidades, afirma que en esta unidad académica pasa algo muy interesante y es la fusión de estas dos áreas.
Considera que es esto lo que, en parte, ha hecho que su trabajo se enriquezca, porque puede compartir con colegas que tienen diversas miradas. “En la vivencia como profesor ha sido muy grato poder ver, en las reuniones, como todos tenemos posturas diferentes a partir del mismo tema y los resultados son muy buenos”.
El docente del Departamento de Ciencias Básicas, que llegó a EAFIT en 1999, ha ejercido su profesión desde la teoría y la práctica. “En todos mis cursos les recalco a los alumnos la importancia de saber aplicar los principales conceptos matemáticos para resolver problemas de ingeniería. También les cuento las experiencias que hay en la investigación”, dice Carlos Mario, quien se interesa por poder dar mejores cursos y trasmitir sus conocimientos.
Este físico, con maestría en Física Matemática y doctorado en Automática e Informática Industrial, se ha formado en la labor docente gracias a los cursos para profesores que brinda la Institución, y a su experiencia por fuera de EAFIT como es su afiliación a la Asociación Colombiana de Automática, por ejemplo.
Y, además, pone la tecnología al servicio de su actividad. “Tengo un blog en el que consigno la información sobre las experiencias que tengo como profesor, utilizo Twitter para contar para qué sirven las matemáticas y cómo ser mejor investigador o cómo usar los recursos docentes”.
En su concepto la docencia es un reto porque cada vez los estudiantes quieren recibir la información de manera más directa y, para esto, se debe ser creativo. “Ser profesor es mi vida. Siempre me ha gustado, desde que estaba en el colegio”.
Sandra Milena Santamaría Álvarez, jefa del pregrado en Negocios Internacionales, piensa que la esencia de la Escuela de Administración está en la formación integral de los estudiantes de pregrado y posgrado, a través de una educación en cada una de las áreas de competencia, y en el fomento de la ética y el profesionalismo.
La docente afirma que la responsabilidad social y el entendimiento del entorno, desde un punto de vista crítico, objetivo y constructivo, son fundamentales.
“La Escuela quiere internacionalizarse y que sus egresados sean competentes en los ámbitos nacional e internacional, algo que está acorde con la Misión y la Visión de la Institución, y en eso todos los docentes de la esta unidad académica están comprometidos”, opina.
A sus estudiantes les transmite los conocimientos teóricos y prácticos de su disciplina. Para ella, ambos son importantes y se deben integrar para formar mejores profesionales.
Por eso, se vale de distintas metodologías, aplica diferentes pedagogías en sus clases y hace uso de los conocimientos que, en su área del saber, aprende en las capacitaciones que ofrece la Universidad.
“Estoy en constante proceso de aprendizaje, incluso, aprendo mucho de mis estudiantes y construyo más conocimientos para el futuro”, declara Sandra y añade que le gusta ser docente por la investigación, porque la reta intelectualmente y puede estar en contacto permanente con sus alumnos.
Esta próxima doctora, comenzó en 2001 su recorrido en la Universidad como profesora de cátedra y, para 2004, ya era docente del Departamento de Negocios Internacionales, dependencia en la que, desde 2005, ejerce como jefa de la carrera.
En la Escuela de Ingeniería, Raquel Anaya de Páez, docente del Departamento de Ingeniería de Sistemas, ejerce su labor desde una perspectiva de aprendizaje continuo.
Para ella, ser profesora es una experiencia muy enriquecedora porque todo el tiempo se está en constante aprendizaje, se tiene la oportunidad de reflexionar sobre el conocimiento que se transmite y sobre cómo se está impartiendo.
“Uno nunca deja de aprender, porque en el salón de clase, tanto de pregrado como de posgrado, se forman siempre dinámicas que no se esperan y eso redunda en la formación personal y profesional de los alumnos, y en la del mismo profesor”, afirma.
Esta eafitense, con pregrado en Ingeniería de Sistemas en la Universidad Industrial de Santander y con doctorado en Ingeniería de Software en la Universidad Politécnica de Valencia, está vinculada como docente de planta desde 1989 y coordina la especialización de este campo de la ingeniería.
Ella aduce que su mayor satisfacción es ver que los alumnos que se forman en su Escuela se convierten en profesionales exitosos.
“Nunca se tiene el curso perfecto, siempre se está renovando y el reto es hacer que estos conocimientos lleguen al plano práctico en la industria”, concluye esta ingeniera.
Lograr que sus clases sean un espacio ameno en el que esté presente la opinión y donde se pueda formar un criterio propio es la constante en la vida profesional de Alfonso Cadavid Quintero, profesor de la Escuela de Derecho.
Este abogado, que desde muy joven se inclinó por la labor docente, se encuentra en la culminación de sus estudios de doctorado. En la actualidad, es profesor de la especialización y de la maestría en Derecho Penal.
“Yo vivo la docencia como una experiencia vocacional. Me identifico mucho con la enseñanza”, sostiene este eafitense que está desde 2002 en la Universidad.
Por eso, se siente satisfecho con los espacios que la Institución brinda para impartir el conocimiento sobre su disciplina que, según él, son propicios y generosos.
“Los estudiantes son receptivos e interesados en los contenidos de la clase, algo fundamental en el derecho. Además de comprometidos, tienen un buen nivel académico”, concluye.